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Críticas 81
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
4 de octubre de 2011
132 de 143 usuarios han encontrado esta crítica útil
Divertida, alucinante y épica. Éstos adjetivos, serían los ideales para la adaptación a la gran pantalla de uno de los cómics españoles más relevantes de la historia de ése país, a la altura de Mortadelo y Filemón o 13 Rue del percebe, pero no es así. No me he leído ni un solo cómic de “El capitán Trueno” (y si lo he hecho, no me acuerdo), así que desde aquí espero que los fieles fans de este héroe, que no son pocos, no se sientan ofendidos con mi crítica, que no valora a la adaptación como tal, sino como película. Y puedo asegurar que cómo eso vale muy poco. Denigrante, ridícula y muy precipitada. Esos sí que son los conceptos que definen bien a “Capitán Trueno y el Santo Grial”. El creador del cómic, Víctor Mora, que asistió al preestreno al que fui, no dijo nada malo sobre la película en las pocas palabras que pudo pronunciar, pero tampoco dijo nada bueno, así que yo creo que a este hombre ya le daba igual lo que hicieran con su tebeo después de tantos años de retrasos y pegas en la producción. Pero tiene tela la forma en la que han querido dar a conocer al Capitán.

Ya de por sí no iba con muchas esperanzas a verla, olía mal que un proyecto con tantos problemas saliese a la luz tan temprano después de tanto tiempo estancado. Parecía que todo lo estaban haciendo forzados por algo, de forma precipitada, y no es que lo pareciese, es que es lo que he sentido al verla. Puedo aceptar que el inicio no es horrible, tampoco es bueno, pero los 10-15 primeros minutos son pasables. A partir de aquí, la cosa empieza a tambalearse de forma escandalosa, con un montón de escenas “porque sí” en las que no te explican ni el cómo, ni el porqué ni nada, simplemente están ahí porque el director quiere que estén ahí. Y desde luego, esa es una de las peores cosas que tiene pues el hecho de que aparezcan cosas por aparecer, da mucha rabia. La integración de nuevos personajes a la historia, es verdaderamente horripilante. No sabes nada de ellos, sólo de donde vienen y para que están allí, no te ponen una escena introductoria que te lo presente o algo, nada. Por no hablar de los personajes secundarios totalmente innecesarios que para lo único que sirven es para aumentar el número de muertos que hay.

Pero es que aún no he llegado a lo peor. Ahora llega ese engendro al que, haciendo un gran esfuerzo, llamaré guión. Suficiente es que sea una mezcla entre 'Indiana Jones', 'Robin Hood' y 'Temblores', pero no se queda ahí, va más allá y es que posiblemente sea uno de los peores guiones que he visto en mi vida, inverosímil a más no poder, si es que es imposible tomársela en serio. Momentos que deberían ser tremendamente dramáticos resultan un cachondeo (los últimos 30 minutos no podía parar de reír), sin ser una comedia ha sido la película con la que más me he reído en el cine este año, junto con alguna otra, pero pocas, muy pocas, alcanzan el nivel de gracia que produce esta.

(continua)
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spoiler:
Que no exagero cuando digo que he llegado a llorar de la risa, al igual que mi compañero y muchos otros que estaban dentro de la sala. Me da mucha pena que una superproducción (porque ésta lo es) que tendría que entretener como mínimo, acabe convirtiéndose involuntariamente en un film de serie B, propio de esa productora llamada The Asylum. Si no se tomase en serio a sí misma, la cosa cambiaría, La parte final deja momentos para la posteridad, me resulta imposible sacarme de la cabeza ese último plano a Morgano o el descubrimiento de ese “algo”.

El reparto es tan desastroso que llega a conseguir que Manuel Martínez, un hombre que no es actor, sea el mejor de toda la película junto con Adrián Lamana (curiosamente se parece bastante a Eduardo Noriega) que no es que esté perfecto, pero al menos cumple con su papel. El gran fallo que veo es su protagonista, Sergio Peris Mencheta, un actor al que no he visto actuar jamás, pero es que después de ver lo que hace con un personaje tan mítico como el del Capitán aún tengo menos ganas. Que un personaje así no sea carismático por culpa suya, ya lo destroza todo. Físicamente da el pego perfectamente, pero a la hora de actuar no transmite nada, ni alegría ni tristeza, y no motiva ni a un tío hinchado a redbulls. Goliat y Crispín tampoco están bien, pero al lado del resto de secundarios digamos que son los únicos que pueden dar el pego. La belleza y el cuerpazo (totalmente desaprovechado) Natasha Yarovenko no consiguen que te puedas creer a su (estúpido) personaje, y mucho menos con ese acento ucraniano tan marcado que llega a molestar. Como ya he comentado antes, Alejandro Jornet (Morgano) deja un momento épico, en el que demuestra como NO debe hacerse lo que él hace. Ramón Langa tiene una presencia de estas que imponen, pero mejor que siga doblando a Bruce Willis, porque lo que es gesticular no es lo suyo. Gary Piquer es el otro extremo: si Langa es un carapalo, Piquer consigue crear una de las actuaciones más sobreactuadas jamás vistas.

Antonio Hernández es el hombre, el verdadero malo de la película, encargado de dañar nuestra vista grabando todo este horror. Solo empezar, a los 10 minutos, nos deja una joyita, una escena en primera persona del Capitán deslizándose por una tirolina por la que yo me pregunto... ¿qué? ¿qué sentido tiene? Ya podrá decir misa, pero no causa impresión y tampoco es que aporte mucho dinamismo o acción. Además, que está rodada de forma terrible, como toda la película, que se basa en plano fijo – primera plana de algún/algunos personajes – paisaje, y así todo el metraje ,que incluso se me llegó a hacer un poco largo.

No le doy menos de un dos porque a pesar de lo mala que es, me ha hecho reír tanto que se merece algo más que un triste 1. En el top 5 de “Peores películas que he visto en un cine”.
16 de diciembre de 2023
116 de 124 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace casi 70 años de la primera aparición de Godzilla en la icónica 'Godzilla. Japón bajo el terror del monstruo', de Ishirô Honda, donde veíamos a un lagarto/dinosaurio gigante destrozando el país nipón como alegoría del ataque nuclear que recibió por parte de Estados Unidos. Desde 1954 hasta hoy, el kaiju más famoso del mundo ha pasado por múltiples rediseños, toneladas de merchandising e incluso alguna que otra incursión en Hollywood. 'Godzilla Minus One' es el pistoletazo de salida a la celebración del setenta aniversario de la franquicia, que tendrá lugar en 2024, y es un auténtico regalo, tanto para los fans del personaje como para los que disfrutamos con los blockbusters (que llevan varios años de capa caída).

Takashi Yamazaki ha decidido echar la vista atrás a la hora de escribir y dirigir esta película. No puedo decir que haya visto todas las películas del universo kaiju del lagarto radiactivo (estoy en ello), pero he visto unas cuantas, y en esta ocasión se han centrado mucho en crear un título más parecido a sus dos primeras películas que al (buen) espectáculo sin sentido del ridículo en el que se acabó convirtiendo. Ni versiones mecha de las criaturas, ni monstruos del espacio exterior ni tampoco Godzilla marcándose una doble patada voladora. Es una película seria, solemne, donde la simbología de Godzilla es muy evidente, más incluso que en la cinta original.

Situando la acción justo después de la Segunda Guerra Mundial, con un Japón en plena reconstrucción y colocando de protagonista a Koichi, un piloto kamikaze fracasado con miedo a morir. Así se nos presenta el panorama, cargado de altas dosis dramáticas de culpabilidad y miedo, junto con la búsqueda de una chispa de esperanza para mirar hacia el futuro. En general, suele ser la parte humana la que más flojea en las 'monster movies' y lo que más pereza suele dar de entrada, porque tanto el estudio como el espectador lo que tienen ganas de explotar/ver es el poder de destrucción del monstruo. Aquí está bien trabajada e incluso diría que le iría fantásticamente bien más tiempo de desarrollo, para que lo que le ocurre a los personajes le importe algo más al espectador, especialmente en un final algo apresurado.

Todos los personajes tienen su particular relación con la Segunda Guerra Mundial. A todos les ha afectado de una forma demoledora. A través del trauma es como la película los va desarrollando y ahí es cuando Koichi se convierte en alguien interesante, por su dificultad para avanzar y mirar hacia el futuro. Es un viaje del héroe con varios tropezones por el camino, con un héroe atípico en este tipo de producciones por lo humano que se siente. No es tan complejo psicológicamente, pero recuerda a Shinji de 'Neon Genesis Evangelion' por el odio que siente hacia si mismo y lo incapacitado que se ve para hacer cualquier cosa. Ryunosuke Kamiki hace un buen trabajo interpretativo, dotando al personaje de esa falta de esperanza y humanidad que figura en el guion.

Cuando ya conoces a todos los personajes y estás inmerso en el drama de la película, escuchas los primeros compases del impresionante tema característico del personaje (compuesto originalmente por Akira Ifukube) y te reincorporas en la butaca, porque ya sabes lo que está por llegar: Ni más ni menos que Godzilla, en una nueva versión. Un nuevo diseño bastante conservador que parece el hijo de las versiones de los años 90 y 2000. Si en 'Shin Godzilla' rompían con cualquier diseño visto anteriormente, aquí han decidido ir con algo más clásico. Acorde con la celebración de la franquicia que supone, pero que quitando algún detalle (la forma de cargar el aliento atómico), no será una de las versiones más memorables.

Dejando de lado el diseño, cabe decir que la recreación mediante efectos especiales es fabulosa, sobre todo si tenemos en cuenta que su presupuesto ha sido de 15 millones de dólares, ni una décima parte de lo que costó 'Black Panther', de la que ya sabemos todos como son sus (d)efectos especiales. Las escenas de destrucción cobran todavía más importancia por el contexto de reconstrucción en el que se encuentra Japón, por lo que cada edificio destruido, cada comercio destrozado, tiene cierta relevancia. Cuando vemos recibir un ataque así a una sociedad en busca de una nueva identidad es más fácil empatizar. Cada aliento atómico, cada pisada o rugido merecen ser disfrutados en pantalla grande. Aquí se nota la experiencia de Takashi Yamazaki como director de efectos especiales. Mención especial al último acto, con una set-piece espectacular en la que es muy fácil implicarse gracias al trabajo previo en la construcción de los personajes y sus conflictos. Destacar también la BSO de Naoki Sato, que más allá del mítico tema principal, aporta mucho en las escenas de acción.

Los defectos que le puedo encontrar son básicamente dos: Un par de decisiones de guion algo cobardes e innecesarias y una sobrexplicación que roza el absurdo en algún momento. De todas formas, el resultado final es muy sólido incluso con estos problemas, así que tampoco se lo vamos a tener muy en cuenta. Godzilla vuelve a rugir en tierras japonesas después de siete años de letargo, y de qué manera lo hace. La secuela está prácticamente confirmada después de su éxito comercial, así que parece que estamos ante el nacimiento de una nueva etapa del personaje. Feliz aniversario Godzilla (por adelantado), y que cumplas muchos más.
18 de diciembre de 2010
105 de 150 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aún tengo reciente ‘TRON (1982)’, una película que marcó época gracias a su revolucionario y atrevido apartado visual, apartado que le sirvió para que a día de hoy sea considerada una película de culto y por encima de todo, una película que me gustó más de lo esperado y que cada vez que la recuerdo, me gusta más. Gracias a esto puedo apreciar aún más (aunque se vea de lejos) la gran evolución que ha sufrido aquel mundo virtual 28 años después y el resultado es, por lo menos visualmente, IMPRESIONANTE y en el apartado de sonido no se queda nada corta, con una BSO magistral, a la altura de los efectos especiales. Otra cosa totalmente diferente ya es el guión, que no está a la altura del apartado visual y que es tan simple como el de la primera película pero que entretiene muchísimo y sus más de dos horas de metraje pasan volando, que ya es mucho.

Todo comienza con el castillo de Disney digitalizándose a lo TRON, para dar paso a unos 50 minutos muy bien dirigidos por el debutante Joseph Kosinki (como el resto de la película, un buen debut el de este hombre), con un grado de entretenimiento muy alto en el que hay de todo, destacando la primera aparición de Sam Flynn en la película y como no, la entrada de este mismo a TRON para más tarde participar en “Los juegos”, o lo que es lo mismo, la gozada visual y de diversión que resultan ser las “luchas” en moto y los duelos de discos, vamos, un no parar. Hasta el momento en el que Olivia Wilde (guapísima, por cierto) entra en escena todo va perfecto, con un ritmo muy acertado (bastante frenético), pero este ritmo no es fácil de aguantar durante toda la cinta y como no, pega un bajón considerable después de la (espectacular) aparición de Olivia. A partir de ese momento se centra más en los personajes y en la historia que en la acción pero, por suerte no aburre en ningún momento y durante los últimos 30 minutos de película adquiere otra vez dinamismo y es un sinfín de diversión con escenas de acción espectaculares. Porque básicamente en eso consiste el guión, en que es un guion tan entretenido como espectacular, pero que peca de simple en diálogos y que cuenta con una trama bastante desaprovechada siendo este el mayor defecto de la película. A ‘Tron’ no se le pide un guion brillante (solo hay que ver su antecesora para comprobarlo) pero se podía haber sacado mucho más el guión, tanto en los personajes (en especial el personaje de Tron) como en la historia principal.

(continua)
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Los actores están mejor de lo que uno se puede esperar en este tipo de producciones. Sus papeles no dan para mucho más y los principales como son Garrett Hedlund, Olivia Wilde y Jeff Bridges están más que correctos. Otro actor más es el Jeff Bridges joven o lo que es lo mismo, el personaje llamado CLU. Es totalmente cierto que en el aspecto físico está muy trabajado, tanto que parece un actor de verdad, pero esto solo en lo físico, porque interpretativamente hay momentos en los que no transmite tanta credibilidad como debería y ese es otro de los puntos negativos que tiene la película, lo poco creíble que resulta en ocasiones (y no son pocas) el Jeff Bridges digital. En el apartado de secundarios Martin Sheen es el que sale mejor parado y es que a pesar de que solamente aparece en una escena, menuda escena (una de las mejores de toda la película y eso que no abusa de efectos especiales…). Consigue una interpretación muy excéntrica sin llegar a lo ridículo y que me ha recordado mucho al Joker de los comics por todo, tanto en el carácter como en los gestos y los movimientos. Vamos, que del reparto ni una sola queja porque cumple su trabajo a la perfección y no chirria por ningún lado.

De los efectos especiales poco se puede decir, porque ya está todo dicho. Simplemente son una pasada. Eso sí, una cosa esta clara y es que estos efectos hoy en día no sorprenden a nadie a pesar de su calidad y a raíz de esto pues no resultan tan arriesgados o revolucionarios como los de la antigua primera parte, aunque esto no tiene que restarles ni un solo merito, porque como he dicho antes, son una pasada, de lo mejorcito que he visto nunca. Además, el 3D me ha parecido que está muy bien empleado y a pesar de su poco uso (solo en el mundo virtual) tiene algunas escenas en las que dices “Ha valido la pena pagar por verla en 3D” y eso no pasa siempre, es más, diría que pasa pocas veces. El Oscar a mejores efectos especiales a la de YA.

‘La red’ esta genialmente ambientada, básicamente gracias a tres elementos: el vestuario, el maquillaje y la BSO. Sin estos tres elementos la película no sería lo mismo y son tan importantes como los alabados efectos especiales, pero es que la BSO merece una mención aparte. La música de Daft Punk encaja perfectamente con el film, como si de dos piezas de puzle se tratara y los toques épicos (muy a lo Hans Zimmer) son muy acertados a la vez que buenos. No me imagino la película con una BSO que no sea de Daft Punk y eso tiene mucho merito por parte suya.

‘Tron Legacy’ no llegará a alcanzar el nivel de película de culto a pesar de su increíble estética y sus espectaculares efectos especiales, pero de lo que si estoy seguro es de que hará justicia a la fallida ‘TRON’ y de momento, como secuela ha cumplido y con nota. Argumento simple… ¿y qué? La película con la que mejor me lo he pasado este año dentro de un cine, eso es lo que es esta película, un gran blockbuster palomitero.
18 de octubre de 2021
35 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Phil Tippett era una persona desconocida por la mayoría a pesar de ser un maestro de los efectos especiales. Él es la persona detrás de esas criaturas que tanto nos impresionaron la primera vez que vimos 'Parque jurásico' o 'Star Wars'. Dentro de su campo es todo un referente, participando también en películas como 'Robocop', 'Starship Troopers', 'Willow' o 'Howard, un nuevo héroe', siempre en el apartado de los efectos especiales, en muchas ocasiones en la animación stop-motion.

Llegó agosto de este año y, de repente, su nombre empezaba a resonar por todo Internet. Salió a la luz el tráiler de 'Mad God', para muchos una agradable sorpresa en forma de película original, para otros no tan sorprendente. Tippett llevaba gestando la creación de esta obra más de 30 largos años y algunos hacía tiempo que seguían este proyecto de película imposible. El dicho tráiler de por si ya prometía emociones fuertes, y saber que era una obra cumbre acabó de rematarlo; las expectativas, de golpe, eran enormes. Esto ya son palabras mayores, pero entrando en comparaciones con otras obras definitivas de grandes directores, estábamos presenciando el nacimiento de otra 'Ran', 'La cosa', '2001: Una odisea del espacio' o 'Mulholland Drive'. Lo que ocurre es que, normalmente, la obra definitiva, aquella en la que pones todo tu ser y tu esfuerzo, en la que te abres en canal al resto del mundo, se realiza después de haber hecho unas cuantas películas y para Tippett esta era su primera experiencia al mando de un largometraje. Algo que le ha dado exactamente igual. Se ha sacado de la chistera una obra maestra absolutamente descomunal.

He podido disfrutar de ella en el 54º Festival de Cine de Sitges, un marco prácticamente inmejorable para verla. Sus primeros minutos tienen una potencia desmesurada, una fuerza que te da de lleno en la cara y te pone en situación. Es tan ambiciosa como suena su creación. La escala de su animación en stop-motion es sumamente surrealista, como si de una película épica se tratase, sus sets de rodaje dan una sensación de profundidad y tamaño gigantescos. Hay una cantidad desorbitada de elementos en pantalla, similar a lo que pasaba con la también fabulosa 'La LEGO Película', es imposible cerciorarse de toda la información que te da cada plano con solo un visionado. El nivel de detalle en cada elemento es absurdo, especialmente en el caso de los personajes y criaturas que van desfilando por pantalla. Esta maestría en la artesanía se ve complementado por un diseño artístico salido de una mente enferma, malsana. Ya no es solo que el diseño de las criaturas sea desagradable e incómodo, es que su mundo está diseñado de forma infernal. Vas a pasar 80 minutos en el peor infierno que te puedas imaginar. Empiezas aplaudiendo y disfrutando su soez y exageradísima violencia constante para pasar a inquietarte y pensar, ¿Cuándo va a parar esto? La respuesta es nunca.

El mayor miedo que había respecto a 'Mad God' es que, si técnicamente iba a ser una maravilla con toda seguridad, su guion era una incógnita, no había trabajos previos de Tippett para comparar. No son pocos los largometrajes que en lo técnico son una obra maestra pero no tienen un guion que potencie lo suficiente su apartado audiovisual como para que el conjunto sea memorable. Tippett se planteó que su película no iba a ser un envoltorio bonito vacío por dentro, y la ambición de su trama está al mismo nivel que el resto. Descendemos al infierno a través de los ojos de un explorador, que tiene el objetivo de llegar a un lugar en concreto. Esta sencilla premisa le da un abanico de posibilidades que se molesta en explorar a fondo. Los siete pecados capitales aparecen a lo largo del metraje, y veremos pasar por delante de nuestros ojos todo tipo de atrocidades relacionadas con el comportamiento del ser humano. Salvajada tras salvajada, no da tregua, y no tiene ningún atisbo de piedad con los seres que habitan el lugar donde sucede todo. Se antoja muy complicado no sentirse abrumado ante toda la información, y procesarla con un solo visionado es imposible, más aún si nos fijamos en su tramo final, donde se vuelve existencialista, rompiendo la cuarta pared de forma bestial. Llegado a cierto punto, su estructura se vuelve completamente loca y es raro no perderse, pero ahí se convierten en un film en el que es mejor dejarse llevar y sumergirse en la experiencia.

(sigo en zona spoiler por falta de espacio)
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spoiler:
Esta obra descomunal en su paso por festivales está recibiendo multitud de elogios tanto de crítica como de público, pero es el tiempo el que la pondrá en su lugar, en gran parte por su apuesta técnica por lo real, lo orgánico, lo artesanal. 'Mad God' tiene un lugar reservado en esa lista de películas que no envejecerán jamás y en el olimpo de la animación. De la misma forma que 'La momia' o 'Black Panther' eran caducas nada más salir a pesar (y por culpa) de su gran apuesta por el CGI; o poniendo un ejemplo más cercano con 'Toy Story' y su rudimentaria (y revolucionaria) animación en 3D, el stop-motion es inmortal. Tan solo hay que echar la vista atrás y fijarse en 'Pesadilla antes de Navidad', 'Krysar' o 'Chicken Run' para ver que tienen más años que las mencionadas anteriormente, pero se conservan como el primer día y siguen luciendo espectacular. 'La cosa', 'Robocop', 'Parque jurásico' o 'E.T., el extraterrestre' tienen a los efectos especiales prácticos como parte importante del conjunto, '2001: Una odisea del espacio' (con la que 'Mad God' comparte varias cosas) apuesta muy fuerte por el uso de sets y maquetas o la trilogía original de 'Star Wars' por crear todo un universo tangible a base de animatrónicos y gente disfrazada. Películas que perduran en la memoria colectiva y que son historia del cine, donde puedes sentir el gran esfuerzo detrás de ellas. En parte, este texto es una carta de amor hacia lo rudimentario, hacia lo artesanal, y una queja hacia el modelo de cine comercial actual, sobrecargado de efectos especiales digitales, perdiendo toda la magia que tenía el cine de antaño. No es que ahora se haga mejor o peor cine que antes, pero se ha perdido el concepto del cine más puro para pasar a la computarización de todo lo posible.

Pero aún queda algo de esperanza. Aún quedan artesanos, gente que entiende por cine como algo puro y no digital. Como algo que puede tener imperfecciones y seguir siendo maravilloso. Laika Studios lleva toda su vida apostando por la animación en stop-motion, James Wan hace poco sorprendió a todos con su 'Maligno' por como evoca a una época donde el cine era diferente y desde Japón han llegado 'One Cut of the Dead' y 'Beyond the two infinite minutes', dos películas que nos recuerdan porque sentimos pasión por el cine, una pasión que transmiten a través de la pantalla todo el equipo de ambas cintas. El cine que perdurará, del que se hablará dentro de 50 años, será este, el que no utilice el croma como herramienta principal. Así que no todo está perdido.

Tippett nos ha otorgado el placer de disfrutar de su obra maestra. El trabajo de una vida. Y yo solo puedo rendirme a sus pies.
16 de agosto de 2021
28 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fox Searchlight Pictures fue un estudio propiedad de 20th Century Fox, el cual se dedicaba a sacar adelante películas pequeñas/medianas que solían contar con una estrella al frente o con un reparto conocido. Era cine independiente bajo el amparo de una gran productora como era la Fox. Su listado de películas populares es inmenso: 'Juno', 'Pequeña Miss Sunshine', 'El luchador', 'Slumdog Millionare', '(500) días juntos'... y podría seguir hasta aburriros.

No es que el estudio haya desaparecido: Ahora es propiedad de Walt Disney, una compañía a la cual no le interesan las producciones modestas, precisamente. El futuro es algo incierto, pero en mi humilde opinión, el estilo que se había marcado bajo este sello no creo que se mantenga. 'Cuestión de sangre' aunque no lo parezca a simple vista, bien podría pertenecer a ese sello aunque esté producida por Dreamworks, Amblin y otras tantas.

Estamos ante una película mucho más madura de lo que se puede ver en su tráiler o en los diferentes carteles que han sacado, ninguno le hace justicia. La imagen que da es la de una película de venganza, como 'Venganza' con Liam Neeson, pero está muy lejos de eso. La película mezcla varios géneros, algo que ya de por sí es atípico, y aunque haya una parte importante que es thriller vengativo, el drama es lo que predomina. También hay una parte importante que es el choque cultural entre un estadounidense y los franceses. El acercamiento a la figura de un padre que ha actuado mal en el pasado y ahora trata de enmendar sus errores ayudando a su hija encarcelada, es el núcleo de la cinta.

Matt Damon interpreta a Bill Baker, un estadounidense modelo con el que empatizas rápidamente gracias a su fantástica interpretación. Ahí hay un personaje bien desarrollado y construido, con sus conflictos internos y externos que realmente afectan a su vida, y cuenta con un punto de inflexión que verdaderamente modifica su comportamiento. Algo bastante alejado del personaje de su hija, interpretado por una Abigail Breslin que parece confundida y fuera de lugar en varias escenas, siendo la interpretación más floja de todo el reparto. Aún así, su enlace, su relación, es creíble y te implicas en ella. El núcleo de la cinta funciona, aunque a veces se pase de efectista.

La mezcla de diferentes géneros hace que el tono de la película vaya variando a medida que pasan los minutos. Eso le da dinamismo a su extensa duración y hace que no se haga pesada en ningún momento. Los momentos en los que cobra protagonismo el thriller son tensos y vibrantes gracias a una dirección de Tom McCarthy, muy solvente y que le da un toque especial. También brilla en los momentos más intimistas, donde se le nota más cómodo. Es lo que la hace ver como si se tratase de cine independiente. La buena BSO de Mychael Danna, habitual en este tipo de producciones, también suma a que el aspecto del film sea así.

El mayor problema que le veo al conjunto es que trata de tocar muchos aspectos de la vida, sin centrarse especialmente en uno en concreto. Le falta un foco y eso puede ser un problema, porque por momentos es algo dispersa y ambigua. Bajo mi punto de vista, eso la convierte en algo interesante. En una película que intenta hacer cosas que otras no, aunque ello signifique fallar alguna vez, lo que acaba siendo más estimulante que otras cintas menos atrevidas.
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Su punto álgido son unos últimos 30 minutos: Tensos, impactantes y con un final poco convencional que te hace reflexionar y que le da significado al título de la cinta en versión original. Stillwater. Quedaos con esa palabra.
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