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6,4
17.322
6
23 de diciembre de 2023
23 de diciembre de 2023
95 de 119 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes que nada, ¿Kristin Scott Thomas se ha retirado? ¿Ha muerto Emma Thompson? No, sólo son demasiado viejas para hacer de madres de Jacob Elordi. Mejor Rosamund Pike, con la que se lleva escasos dieciocho años, que seremos feministas pero no hermanitas de la caridad, eh, Emerald. Las viejas, al Imserso.
Respecto a todo lo demás, nada de sutilezas, porque para qué cerrar una historia que estaba siendo abrumadora con una simple decepción, un alejamiento natural por el paso del tiempo o cualquier otro elemento emocional, no, mejor muertes a mansalva y psicópatas tan psicópatas que monologuean solos. Nivel Joker, vamos. Se adjunta escena final*(1).
Alguien debería explicarle a la guionista y directora que los relatos de perversiones ya son radicales de por sí, por lo que piden una base sólida; si no, corres el riesgo de que todo parezca gratuito. Que es lo que pasa aquí. Querían imitar a "El talento de Mr. Ripley", pero se olvidaron de la humanidad y de la coherencia de aquella. Aquí el malo es malo porque sí, no tiene siquiera motivos económicos*(2).
"Saltburn" cruza las líneas de lo asumible para cualquier obra adulta, lamentablemente. Uso tal término porque la primera hora y media es fastuosa, celestial, casi poética, en la que una premisa sencilla estaba siendo tejida con un buen gusto sobresaliente y unas escenas que quitan el hipo*(3). A propósito, "Saltburn" pone cachondo al personal sólo por cómo está rodada e iluminada.
Y actuada. Barry Keoghan no sorprende si ya lo has visto en otros lados. Es un actor de rostro y presencia salvajes. Jacob Elordi, por su parte, goza de un perfil matador. Ya tardaban en explotar a semejante adonis que, además, actúa con naturalidad. Obviando lo suyo, Pike también está estupenda gracias a un guion cuyos diálogos son los mejores, auténticos puñales verbales siempre dirigidos a quiénes no están presentes, pues educada es un rato*(4).
Con todo lo dicho, reconozco que estoy cabreado como una mona con "Saltburn" porque te seduce, te imbuye y te deleita en su desarrollo, porque es una obra que está viva, que se sabe festiva y que mereció un final menos bochornoso.
Respecto a todo lo demás, nada de sutilezas, porque para qué cerrar una historia que estaba siendo abrumadora con una simple decepción, un alejamiento natural por el paso del tiempo o cualquier otro elemento emocional, no, mejor muertes a mansalva y psicópatas tan psicópatas que monologuean solos. Nivel Joker, vamos. Se adjunta escena final*(1).
Alguien debería explicarle a la guionista y directora que los relatos de perversiones ya son radicales de por sí, por lo que piden una base sólida; si no, corres el riesgo de que todo parezca gratuito. Que es lo que pasa aquí. Querían imitar a "El talento de Mr. Ripley", pero se olvidaron de la humanidad y de la coherencia de aquella. Aquí el malo es malo porque sí, no tiene siquiera motivos económicos*(2).
"Saltburn" cruza las líneas de lo asumible para cualquier obra adulta, lamentablemente. Uso tal término porque la primera hora y media es fastuosa, celestial, casi poética, en la que una premisa sencilla estaba siendo tejida con un buen gusto sobresaliente y unas escenas que quitan el hipo*(3). A propósito, "Saltburn" pone cachondo al personal sólo por cómo está rodada e iluminada.
Y actuada. Barry Keoghan no sorprende si ya lo has visto en otros lados. Es un actor de rostro y presencia salvajes. Jacob Elordi, por su parte, goza de un perfil matador. Ya tardaban en explotar a semejante adonis que, además, actúa con naturalidad. Obviando lo suyo, Pike también está estupenda gracias a un guion cuyos diálogos son los mejores, auténticos puñales verbales siempre dirigidos a quiénes no están presentes, pues educada es un rato*(4).
Con todo lo dicho, reconozco que estoy cabreado como una mona con "Saltburn" porque te seduce, te imbuye y te deleita en su desarrollo, porque es una obra que está viva, que se sabe festiva y que mereció un final menos bochornoso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
*(1) Mucho culo y mucho rabo, pero es Jack Nicholson entrando en el museo en "Batman".
*(2) Aún no me ha quedado claro por qué quiere un casoplón cuando ya tiene uno.
*(3) La bañera.
*(4) "Ha muerto Pamela. Ella siempre llamando la atención".
*(2) Aún no me ha quedado claro por qué quiere un casoplón cuando ya tiene uno.
*(3) La bañera.
*(4) "Ha muerto Pamela. Ella siempre llamando la atención".
9
6 de diciembre de 2022
6 de diciembre de 2022
94 de 132 usuarios han encontrado esta crítica útil
Era difícil igualar la notable y sorprendente primera temporada, que iniciaba su andadura como una simple comedia veraniega y la terminaba como una de las producciones más valientes, lúcidas e irreverentes del panorama actual. De ahí que empezase esta segunda parte con una mezcla de entusiasmo y temor, pero no sólo la iguala, sino que la ha superado.
En Sicilia, su guionista y director Mike White, aglutina lo mejor de la anterior y va tres pasos más allá: dónde antes había una pareja joven, ahora hay dos; si en la primera veíamos una familia tipo, en esta tenemos a un abuelo, un padre y un nieto, todos sin pareja; si antes teníamos a una señora deprimida por el fallecimiento de su madre, aquí tenemos a la misma señora con sus mismos traumas pero empezando a vivir; si en Hawái veíamos a dos jóvenes hermanos que renegaban de un sistema que no les ofrecía nada, ahora tenemos a los esnobs que no ven las noticias porque son tan ricos que les es absolutamente indiferente lo que suceda en el mundo*(1), aunque pobres así también he conocido. La dichosa frase de “no veo el telediario porque sólo cuentan desgracias”...
Los personajes y sus actores son otro lujo que Mike White nos ha regalado. A excepción de la asistente de Coolidge, que es un pan sin sal, el resto son para enmarcar. Me quedo con el controvertido modo de vida de la prostituta italiana, con la eterna malhumorada gerente del hotel, con las fricciones generacionales de los tres italoamericanos, especialmente con ese chaval que no quiere repetir los errores de su progenitor, el mismo que, a su vez, siempre quiso hacer lo propio con el suyo, y con las dos parejas jóvenes, los unos, tan empeñados en ser honestos que se pasan el tiempo frustrados, mientras que los otros son más felices al asumir su imperfección*(2).
Interpretativamente hablando, es Aubrey Plaza la que merece todos los premios sólo por sus caras, y por todo lo demás, ella es El personaje, aunque Theo James le sigue el ritmo junto a todos los demás, incluso algunos que, de entrada, no parecen demasiado interesantes, como sus respectivas parejas. Hay que decir que son los personajes los que elevan a sus intérpretes y no al revés.
Su mayor baluarte es, como sucedía en la primera, la mezcla de comedia y misterio siempre in crescendo. El cómo logra ponerte de los nervios mientras intercala escenas absolutamente hilarantes y otras de una sensualidad tremenda, todo ello envuelto en una música deliciosa y un marco incomparable, este es el único país por el que un barcelonés puede sentir envidia: Italia. Ya puedes viajar por todo el globo que, salvo la sabana africana, la Polinesia francesa o Islandia, no nada hay más espectacular que la Europa mediterránea, tanto en belleza natural como cultural y arquitectónica.
A modo de confesión impúdica diré que lo único que quería hacer cada lunes, al terminar el episodio de turno, era echar un polvo y perderme por Italia. Y también ser rico, porque aunque la serie los ridiculice hasta el extremo con un gusto y una lucidez implacable, cierto es que cualquier drama, con dinero, es menos drama.
En Sicilia, su guionista y director Mike White, aglutina lo mejor de la anterior y va tres pasos más allá: dónde antes había una pareja joven, ahora hay dos; si en la primera veíamos una familia tipo, en esta tenemos a un abuelo, un padre y un nieto, todos sin pareja; si antes teníamos a una señora deprimida por el fallecimiento de su madre, aquí tenemos a la misma señora con sus mismos traumas pero empezando a vivir; si en Hawái veíamos a dos jóvenes hermanos que renegaban de un sistema que no les ofrecía nada, ahora tenemos a los esnobs que no ven las noticias porque son tan ricos que les es absolutamente indiferente lo que suceda en el mundo*(1), aunque pobres así también he conocido. La dichosa frase de “no veo el telediario porque sólo cuentan desgracias”...
Los personajes y sus actores son otro lujo que Mike White nos ha regalado. A excepción de la asistente de Coolidge, que es un pan sin sal, el resto son para enmarcar. Me quedo con el controvertido modo de vida de la prostituta italiana, con la eterna malhumorada gerente del hotel, con las fricciones generacionales de los tres italoamericanos, especialmente con ese chaval que no quiere repetir los errores de su progenitor, el mismo que, a su vez, siempre quiso hacer lo propio con el suyo, y con las dos parejas jóvenes, los unos, tan empeñados en ser honestos que se pasan el tiempo frustrados, mientras que los otros son más felices al asumir su imperfección*(2).
Interpretativamente hablando, es Aubrey Plaza la que merece todos los premios sólo por sus caras, y por todo lo demás, ella es El personaje, aunque Theo James le sigue el ritmo junto a todos los demás, incluso algunos que, de entrada, no parecen demasiado interesantes, como sus respectivas parejas. Hay que decir que son los personajes los que elevan a sus intérpretes y no al revés.
Su mayor baluarte es, como sucedía en la primera, la mezcla de comedia y misterio siempre in crescendo. El cómo logra ponerte de los nervios mientras intercala escenas absolutamente hilarantes y otras de una sensualidad tremenda, todo ello envuelto en una música deliciosa y un marco incomparable, este es el único país por el que un barcelonés puede sentir envidia: Italia. Ya puedes viajar por todo el globo que, salvo la sabana africana, la Polinesia francesa o Islandia, no nada hay más espectacular que la Europa mediterránea, tanto en belleza natural como cultural y arquitectónica.
A modo de confesión impúdica diré que lo único que quería hacer cada lunes, al terminar el episodio de turno, era echar un polvo y perderme por Italia. Y también ser rico, porque aunque la serie los ridiculice hasta el extremo con un gusto y una lucidez implacable, cierto es que cualquier drama, con dinero, es menos drama.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
*(1) "Todos bien entreteniditos mientras el mundo arde".
*(2) Él le pone los cuernos, ella lo sabe e, inteligentemente, lo deja pasar.
*(2) Él le pone los cuernos, ella lo sabe e, inteligentemente, lo deja pasar.
8
24 de marzo de 2025
24 de marzo de 2025
54 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mike White alcanza tal grado de elitismo en su tercera temporada de “The White Lotus” que es muy posible que las masas se aburran, pero estaría bien recordar que siempre fue una serie reposada, singular en modos y más contemplativa que otra cosa. En otras palabras, resolver el misterio jamás fue lo primordial.
Se trataba del viaje y de los personajes que nos encontrábamos, esa caterva de ricos blancos estadounidenses perdidos en el paraíso, mezquinos, completamente solos y desesperados aparentando lo contrario. Todo eso sigue presente, y si bien es cierto que la cosa va más lenta, me atrevería a decir que tenemos mejor material que nunca.
Cuento ocho personajes absolutamente rotundos. Ocho. Por un lado, tres amigas de la infancia que se reencuentran en un viaje y se van dando cuenta de que no tienen nada en común. Envidias y celos, parece que desde pequeñas. Por otro, un hombre muerto en vida por un pasado atormentador y su dulce y estimable novia, veinte años más joven. Dudo de que en algún momento estuvieran en la misma frecuencia.
Por último, la milagrosa familia de los Ratliff, comandada por un padre supuestamente venerable cuyos chanchullos empiezan a salir a flote y su esposa permanentemente anestesiada porque la vida se le hace difícil, la cual florece como el personaje revelación. Habrá quiénes aseguren que está demasiado exagerada y será porque no conocen a suficientes mujeres burguesas, bien casadas y mejor deprimidas. El hijo mayor ha heredado las peores cualidades: adicto al trabajo, al deporte y a acosar mujeres, es arrogante, superficial y bobo. Los otros retoños sobreviven en semejante huracán de narcicismo familiar.
Para todos ellos, unos intérpretes excelsos que se meten en su piel. Te pones a pensar en quién es el mejor y vas saltando mentalmente de uno al siguiente sin ser capaz de desestimar a ninguno. Evidentemente Parker Posey y Carrie Coon son las que más destacan, una por su inusual forma de actuar y la otra por su magnético talento, pero sería un necio si no dijese que Monaghan, Bibb, Lou Wood, Schwarzenegger, Isaacs o Goggins también están perfectos.
Todos ellos actores secundarios que los habías visto aquí y allá y jamás les prestaste atención, incluso algunos te habían parecido mediocres. Hasta ahora. Ese es el poder de Mike White, un genio irreverente que también peca de algún error: las tramas de los empleados no funcionan. No interesan en absoluto. No son recordables, no tienen gancho. De todos los personajes anteriores que podría traer de vuelta, escogió a la más aburrida.
Visualmente es una delicia. Realmente HBO sigue siendo la mejor cuando quiere. Actualmente, no hay una serie que logre el peso emocional mezclado con la festividad visual y el misterio envolvente que posee “The White Lotus”. Sigue siendo orgásmico cenar los lunes viendo a esas gentes charlar, decir tonterías tras tonterías y que, entre medias, suelten alguna perla que te explique quiénes son y qué les pasa realmente. Pero claro, su exótica narración no está hecha para todas las bocas. “La casa de papel” está en Netflix, "Los Simpson" en Neox y “La isla de las tentaciones” en Telecinco.
Se trataba del viaje y de los personajes que nos encontrábamos, esa caterva de ricos blancos estadounidenses perdidos en el paraíso, mezquinos, completamente solos y desesperados aparentando lo contrario. Todo eso sigue presente, y si bien es cierto que la cosa va más lenta, me atrevería a decir que tenemos mejor material que nunca.
Cuento ocho personajes absolutamente rotundos. Ocho. Por un lado, tres amigas de la infancia que se reencuentran en un viaje y se van dando cuenta de que no tienen nada en común. Envidias y celos, parece que desde pequeñas. Por otro, un hombre muerto en vida por un pasado atormentador y su dulce y estimable novia, veinte años más joven. Dudo de que en algún momento estuvieran en la misma frecuencia.
Por último, la milagrosa familia de los Ratliff, comandada por un padre supuestamente venerable cuyos chanchullos empiezan a salir a flote y su esposa permanentemente anestesiada porque la vida se le hace difícil, la cual florece como el personaje revelación. Habrá quiénes aseguren que está demasiado exagerada y será porque no conocen a suficientes mujeres burguesas, bien casadas y mejor deprimidas. El hijo mayor ha heredado las peores cualidades: adicto al trabajo, al deporte y a acosar mujeres, es arrogante, superficial y bobo. Los otros retoños sobreviven en semejante huracán de narcicismo familiar.
Para todos ellos, unos intérpretes excelsos que se meten en su piel. Te pones a pensar en quién es el mejor y vas saltando mentalmente de uno al siguiente sin ser capaz de desestimar a ninguno. Evidentemente Parker Posey y Carrie Coon son las que más destacan, una por su inusual forma de actuar y la otra por su magnético talento, pero sería un necio si no dijese que Monaghan, Bibb, Lou Wood, Schwarzenegger, Isaacs o Goggins también están perfectos.
Todos ellos actores secundarios que los habías visto aquí y allá y jamás les prestaste atención, incluso algunos te habían parecido mediocres. Hasta ahora. Ese es el poder de Mike White, un genio irreverente que también peca de algún error: las tramas de los empleados no funcionan. No interesan en absoluto. No son recordables, no tienen gancho. De todos los personajes anteriores que podría traer de vuelta, escogió a la más aburrida.
Visualmente es una delicia. Realmente HBO sigue siendo la mejor cuando quiere. Actualmente, no hay una serie que logre el peso emocional mezclado con la festividad visual y el misterio envolvente que posee “The White Lotus”. Sigue siendo orgásmico cenar los lunes viendo a esas gentes charlar, decir tonterías tras tonterías y que, entre medias, suelten alguna perla que te explique quiénes son y qué les pasa realmente. Pero claro, su exótica narración no está hecha para todas las bocas. “La casa de papel” está en Netflix, "Los Simpson" en Neox y “La isla de las tentaciones” en Telecinco.
Serie

4,9
1.919
2
1 de septiembre de 2024
1 de septiembre de 2024
49 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo lo malo que puede tener una serie lo posee "Respira". Los diálogos son penosos, los personajes son puras caricaturas, las tramas se ven venir de lejos y los actores... Pues las tres caras de siempre, ninguna de las cuales sabe vocalizar, y luego las cuotas que tocan y para casa. Aitana, maja, ¿Qué haces metida aquí?
En estos días también estoy viendo la segunda temporada de "La edad dorada" y no es por comparar, pero voy a hacerlo. Esa también es una serie ligera que no viene a salvar el mundo, pero es que no hay ápice posible de similitud. En ningún sentido. Aquí no hay nada cuidado. Es pura basura cuyos implicados, todos sin excepción, saben positivamente que lo es.
Y yo, que suelo tener el estómago hecho a todo, me he sentido ofendido viendo "Respira". Me he sentido insultado. Tonto de baba.
En estos días también estoy viendo la segunda temporada de "La edad dorada" y no es por comparar, pero voy a hacerlo. Esa también es una serie ligera que no viene a salvar el mundo, pero es que no hay ápice posible de similitud. En ningún sentido. Aquí no hay nada cuidado. Es pura basura cuyos implicados, todos sin excepción, saben positivamente que lo es.
Y yo, que suelo tener el estómago hecho a todo, me he sentido ofendido viendo "Respira". Me he sentido insultado. Tonto de baba.

5,8
39.628
9
22 de julio de 2023
22 de julio de 2023
349 de 663 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comprendo las críticas tan nefastas que ha recibido en esta página, pues cualquier bomba atómica contra lo establecido crea detractores a mares, y pocas cosas hay más establecidas que el patriarcado. Sé que es un rollo hablar de esto, pero entonces no sé qué hacéis aquí. "Oppenheimer" es en la sala de al lado y "Misión Imposible 17" en la otra.
Reconozco que le tenía más miedo que a un nublado: primero, porque mi relación con la citada muñeca es nula; y segundo, porque creía que Greta Gerwig me daría la tabarra. Y para nada. No sólo ha escrito un guion ingenioso, sino que la narración funciona siempre. Con Barbie funciona, con Ken funciona muchísimo y con Mattel también. Cada nuevo escenario es mejor que el anterior, cada escena acierta en algún momento y la escenografía es acartonadamente genuina.
Ojo, que hay peña quejándose de que los personajes son estereotipados... No me jodas, ¡Son puñeteros muñecos! Y lo mismo con la película, que si es excesivamente autoconsciente, que si lo lleva todo al extremo... Pues claro, si habla directamente al espectador. Yo me lo pasé pipa, y eso que yo no soy su público objetivo, tanto que me sentí representado por Ken en varios momentos y eso me avergonzó, aunque siempre con una sonrisa, esa es la clave del éxito. Al fin y al cabo, es una sátira y quién se ofenda por ello tiene un problema, más aún cuando es tan terriblemente realista. Para muestra, una frase que le dice Mattel a Barbie*(1).
Hace años que vengo diciendo que Margot Robbie es una de las mayores estrellas que ha dado el cine. Ahora, al fin, parece que todo el mundo coincide en eso. Aquí está perfecta como Barbie, aunque “Yo, Tonya” y “Babylon” siguen siendo sus mejores trabajos. Es difícil llegar ahí. Ryan Gosling resulta hilarante. Algunos ya hablan del Oscar, yo no me atrevería a tanto. El resto del reparto cumple como apoyo, pero ningún secundario se queda en la retina más allá de Will Ferrell. Los cameos de gente supuestamente famosa se quedan en eso, en supuestos, y esperaba más realeza de Hollywood, la verdad. La película se prestaba a eso. Destacaría el trabajo de Helen Mirren como narradora si lo hubiese escuchado.
Conclusión en forma de recomendación: si eres un facha, abstente; si tienes la masculinidad frágil, también; ya no te digo si eres un machista redomado... Pero si no eres nada de eso, felicidades, tienes en el cine una película que cambiará la historia y que es, posiblemente, uno de los últimos golpes en la mesa para que las niñas, adolescentes y jóvenes asuman definitivamente el feminismo como algo inherente en ellas, mientras que las más mayores se enorgullecerán del progreso logrado. Y los hombres, los decentes, ahí estaremos. Dándoles la mano.
PD: la campaña de promoción de “Barbie” se estudiará en las universidades de publicidad.
Reconozco que le tenía más miedo que a un nublado: primero, porque mi relación con la citada muñeca es nula; y segundo, porque creía que Greta Gerwig me daría la tabarra. Y para nada. No sólo ha escrito un guion ingenioso, sino que la narración funciona siempre. Con Barbie funciona, con Ken funciona muchísimo y con Mattel también. Cada nuevo escenario es mejor que el anterior, cada escena acierta en algún momento y la escenografía es acartonadamente genuina.
Ojo, que hay peña quejándose de que los personajes son estereotipados... No me jodas, ¡Son puñeteros muñecos! Y lo mismo con la película, que si es excesivamente autoconsciente, que si lo lleva todo al extremo... Pues claro, si habla directamente al espectador. Yo me lo pasé pipa, y eso que yo no soy su público objetivo, tanto que me sentí representado por Ken en varios momentos y eso me avergonzó, aunque siempre con una sonrisa, esa es la clave del éxito. Al fin y al cabo, es una sátira y quién se ofenda por ello tiene un problema, más aún cuando es tan terriblemente realista. Para muestra, una frase que le dice Mattel a Barbie*(1).
Hace años que vengo diciendo que Margot Robbie es una de las mayores estrellas que ha dado el cine. Ahora, al fin, parece que todo el mundo coincide en eso. Aquí está perfecta como Barbie, aunque “Yo, Tonya” y “Babylon” siguen siendo sus mejores trabajos. Es difícil llegar ahí. Ryan Gosling resulta hilarante. Algunos ya hablan del Oscar, yo no me atrevería a tanto. El resto del reparto cumple como apoyo, pero ningún secundario se queda en la retina más allá de Will Ferrell. Los cameos de gente supuestamente famosa se quedan en eso, en supuestos, y esperaba más realeza de Hollywood, la verdad. La película se prestaba a eso. Destacaría el trabajo de Helen Mirren como narradora si lo hubiese escuchado.
Conclusión en forma de recomendación: si eres un facha, abstente; si tienes la masculinidad frágil, también; ya no te digo si eres un machista redomado... Pero si no eres nada de eso, felicidades, tienes en el cine una película que cambiará la historia y que es, posiblemente, uno de los últimos golpes en la mesa para que las niñas, adolescentes y jóvenes asuman definitivamente el feminismo como algo inherente en ellas, mientras que las más mayores se enorgullecerán del progreso logrado. Y los hombres, los decentes, ahí estaremos. Dándoles la mano.
PD: la campaña de promoción de “Barbie” se estudiará en las universidades de publicidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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*(1) "Nosotros amamos a las mujeres. Yo soy hijo de una madre".
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