Esta película es una brillante crítica a la sociedad actual en la que no se acepta al diferente. Una historia que nos hace reír y llorar, y que llega facilmente al corazón de cualquier espectador.

Actores de gran calidad y guión impecable, después de verla solo nos preguntaremos cómo es posible que no haya tenido reconocimiento internacional, pues otras de su estilo (como por ejemplo Les Intouchables) han tenido mejor suerte y este film no tiene nada que envidiarle.

Estupenda fotografía, guión entretenido y muy buenos actores principales.

Los protagonistas son dos sinvergüenzas que tienen una amistad entrañable entre ellos ya que a pesar de sus múltiples desavenencias a lo largo de los años son siempre leales el uno al otro.

La fotografía y la música me han gustado tanto que quisiera vivir en un escenario de Foodie Love, donde hasta el desorden es armonioso.

Los diálogos de los protagonistas, a veces teatrales, reflejan a la perfección una versión a cámara lenta de una primera cita, que se acentúa con las voces en off de los pensamientos de los personajes.

Me ha parecido una serie diferente, muy a la europea, con capítulos magistrales como el que sucede en Roma.

Ella y Él parece que lo tienen todo para ser felices en su mundo « bobó » : son atractivos, cultos, viven en apartamentos de ensueño y tienen unos salarios que les permiten comer exquisiteces a todas horas... Además se gustan y tienen muchas cosas en común, ¿qué puede ir mal?

Sin embargo detrás de esa vida color de rosa se esconde mucha tristeza, melancolía e infelicidad, que maquillan con altas dosis de sexo y manjares varios.

La tragedia de Ella la terminamos sabiendo, y entendemos que no es solo una chica excéntrica y superficial sino que es un caparazón para ocultar su verdadero drama personal. Como ella misma dice: « yo también tengo heridas y me gusta arrancarme la costra ».

La tragedia de Él, mucho más reservado, no se nos desvela, pero desde el primer momento sabemos que vive atormentado con quién es y con lo que le gustaría ser.

¡Qué hambre y qué ganas de... !

Decidí ver esta película porque me encontré con Toni Servillo, que es el actor fetiche de mi director favorito, Sorrentino. Nunca elijo la película por sus actores, pero confieso que esta vez fue así y no me defraudó.

Este drama carcelario podría decir su sinopsis que trata sobre la relación entre presidiarios y guardas en un cárcel, pero en realidad habla sobre el concepto de humanidad y empatía.

Los diálogos, sobre todo entre Servillo (en el papel de Gaetano) y Orlando (en el papel de Lagiogia) son de una profundidad magnífica, casi teatrales, e invitan constantemente a la reflexión.

Lagiogia desafía a Orlando al inicio de la película cuando le pregunta desde las rejas de su celda: "es duro estar en la cárcel, ¿verdad?".

Adoro ese cine italiano lento, intenso y de fotografía mordaz que nos hace plantearnos cuestiones sobre nuestra propia existencia, y Ariaferma es un ejemplo de ello.

Conocer la historia real de Giorgio Rosa hace que esta película valga la pena.

Aunque es una comedia romántica fácil de ver, no me parece acertada la elección de este género para contar una historia que es más bien épica.

En un momento como el actual, con las libertades individuales tan restringidas, la hazaña de La Isla de las Rosas es un soplo de optimismo para los que nos consideramos libertarios.

Otra película que recuerda al pasaje bíblico de David contra Goliat, la fortaleza es solo una apariencia ya que todos tenemos puntos débiles, hasta Goliat, que en este caso sería el aparato del estado, en cierta medida derrotado por el ingenioso Giorgio.