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Críticas ordenadas por utilidad
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6,4
7.245
6
25 de febrero de 2010
25 de febrero de 2010
143 de 175 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesantísima propuesta que combina de forma muy inteligente terror, suspense y ciencia ficción. Una producción difícil de encasillar que comienza como otras muchas (después de verla, ¿no os parece que un arranque tan convencional, 'tantas veces visto', le viene como anillo al dedo a la película y es una decisión premeditada del director?), pero que, poco a poco, te va descolocando hasta dejarte en el mayor de los desconciertos. Lo mejor es que, termina la película, y todos los cabos quedan perfectamente atados, lo que no es habitual en un género que últimamente busca lo fácil y se pasa por el forro del pantalón algo tan necesario como la verosimilitud. Un ejercicio a ratos cerebral, y, por ello, la mar de estimulante. Los fans de 'Destino final' o 'San Valentín sangriento 3D' se aburrirán soberanamente. Una marcianada modesta pero sin complejos que, no sé a vosotros, a mí me recuerda una barbaridad a 'Los cronocrímenes'. No se conforma con ser un capítulo inspirado de 'Twilight Zone': en algunos momentos la intriga queda en suspenso y la película apuesta decididamente por el análisis existencialista (¡Dios, qué pedante ha sonado esto!). ¿Qué valor tendrían nuestra vida y nuestras acciones en el contexto planteado? En este sentido, apuntar también lo sombría y desasosegante que resulta en su conjunto. No me puedo imaginar un infierno peor que el que sugiere la película. Totalmente recomendable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Dos cositas:
-Hay varias escenas que resultan terribles por lo que se da a entender en ellas: aquella en la que la chica apuñalada se arrastra para morir donde ha muerto antes y se encuentra con los cadáveres de las otras líneas temporales; o el momento en el que la protagonista tira la gaviota atropellada por el acantilado y descubre que la pesadilla no ha terminado al abandonar el barco. Es la misma situación, pero en cada caso se descubre algo nuevo. Un detalle, hay que decirlo de nuevo, muy inteligente por parte del director.
-Lo del mito de Sísifo (alguien dirá: una tontería innecesaria que, en todo caso, sirve para orientar a los espectadores más despistados) adquiere un nuevo sentido al final, cuando nos enteramos de que la protagonista, como el personaje de la fábula griega, ha cometido un crimen terrible (es una madre maltratadora), y que, por eso, no es casualidad que padezca un castigo tan cruel. Por detalles como este la película se eleva por encima de la media.
-Hay varias escenas que resultan terribles por lo que se da a entender en ellas: aquella en la que la chica apuñalada se arrastra para morir donde ha muerto antes y se encuentra con los cadáveres de las otras líneas temporales; o el momento en el que la protagonista tira la gaviota atropellada por el acantilado y descubre que la pesadilla no ha terminado al abandonar el barco. Es la misma situación, pero en cada caso se descubre algo nuevo. Un detalle, hay que decirlo de nuevo, muy inteligente por parte del director.
-Lo del mito de Sísifo (alguien dirá: una tontería innecesaria que, en todo caso, sirve para orientar a los espectadores más despistados) adquiere un nuevo sentido al final, cuando nos enteramos de que la protagonista, como el personaje de la fábula griega, ha cometido un crimen terrible (es una madre maltratadora), y que, por eso, no es casualidad que padezca un castigo tan cruel. Por detalles como este la película se eleva por encima de la media.

6,1
9.160
3
17 de enero de 2011
17 de enero de 2011
182 de 255 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si esta es la crítica que hace Hollywood a la actual crisis económica, apaga y vámonos.
Primero: ¿quién coño se puede identificar con alguno de los super ejecutivos que presenta la película? ¿Tal vez Emilio Botín? Yo no, desde luego, que vivo en una realidad más mundana e ignoro cómo se pueden ganar millones con una simple llamada de teléfono. Los 'curritos' de la película viven en masiones de varias plantas, conducen coches de lujo, juegan a golf y se tiran a rubias de impresión en los ratos libres. Vamos, lo que se dice una existencia cotidiana. Los millones de parados que vean la película se van a ver reflejados en ella desde el principio, yo mismo me gasto cada día quinientos dólares en el almuerzo, como Tommy Lee Jones.
Segundo. ¿Cómo es posible que unos tíos que ganan tanta pasta -el protagonista de la película, 160.000 dólares anuales- se vean en la misería más absoluta a los pocos meses de perder su empleo? ¿Es que no tienen ahorros? Bobby (Ben Affleck) acaba trasladándose con su familia a casa de sus padres. A mí, sinceramente, esto me parece de risa. Puro cachondeo es la escena en la que vende el Porsche para poder hacer frente a los pagos: nos ponen una música melosa para ablandarnos el corazón y nos enfocan al bueno de Ben mirando en la distancia la venta (como él se siente muy compungido y sin fuerzas la tiene que realizar su esposa). ¡Mi Porsche, ay mi Porsche! No veía una escena tan conmovedora en la gran pantalla desde el monólogo final de Rambo en 'Acorralado'. Otra muestra más de cómo afrontan los ricos los tiempos de incertidumbre económica: aquella escena en la que el protagonista manda a su hijo al carajo porque lo inoportuna con una tontería en un momento en que él está ocupado. 'Vete a jugar a la Xbox', y el muchacho se va a su cuarto apesadumbrado. Entonces aparece la madre para regañar al padre: 'Ya no tiene la Xbox, la ha vendido para ayudarte'. Joder, a ratos crees estar viendo un capítulo de 'Ana y los siete'.
Tercero. Lo que realmente me parece inmoral es que la película no cuestiona en ningún momento el sistema económico que ha generado la crisis. No me esperaba un análisis marxista sobre el capital, pero, demonios, tampoco una crítica tan tibia. La cinta de John wells (¿alguien conocía a este tipo?) entiende estas crisis como algo inevitable, y presenta como única solución la resignación. Hay que joderse, es lo que hay, dirían en mi trabajo, y el que quiera superar el contratiempo que trabaje más y con más ganas. Despedir a miles de trabajadores para salvar la empresa es muy injusto, pero nuestra economía funciona así. El mundo de los negocios tiene su propia lógica. Y digo yo, si tan canalla es nuestro sistema, si tantos atropellos comete con las personas, ¿no habría que cambiar alguna cosa? Está claro que Hollywood no está por la labor de profundizar en el tema.
Continúo en 'spoiler' por falta de espacio.
Primero: ¿quién coño se puede identificar con alguno de los super ejecutivos que presenta la película? ¿Tal vez Emilio Botín? Yo no, desde luego, que vivo en una realidad más mundana e ignoro cómo se pueden ganar millones con una simple llamada de teléfono. Los 'curritos' de la película viven en masiones de varias plantas, conducen coches de lujo, juegan a golf y se tiran a rubias de impresión en los ratos libres. Vamos, lo que se dice una existencia cotidiana. Los millones de parados que vean la película se van a ver reflejados en ella desde el principio, yo mismo me gasto cada día quinientos dólares en el almuerzo, como Tommy Lee Jones.
Segundo. ¿Cómo es posible que unos tíos que ganan tanta pasta -el protagonista de la película, 160.000 dólares anuales- se vean en la misería más absoluta a los pocos meses de perder su empleo? ¿Es que no tienen ahorros? Bobby (Ben Affleck) acaba trasladándose con su familia a casa de sus padres. A mí, sinceramente, esto me parece de risa. Puro cachondeo es la escena en la que vende el Porsche para poder hacer frente a los pagos: nos ponen una música melosa para ablandarnos el corazón y nos enfocan al bueno de Ben mirando en la distancia la venta (como él se siente muy compungido y sin fuerzas la tiene que realizar su esposa). ¡Mi Porsche, ay mi Porsche! No veía una escena tan conmovedora en la gran pantalla desde el monólogo final de Rambo en 'Acorralado'. Otra muestra más de cómo afrontan los ricos los tiempos de incertidumbre económica: aquella escena en la que el protagonista manda a su hijo al carajo porque lo inoportuna con una tontería en un momento en que él está ocupado. 'Vete a jugar a la Xbox', y el muchacho se va a su cuarto apesadumbrado. Entonces aparece la madre para regañar al padre: 'Ya no tiene la Xbox, la ha vendido para ayudarte'. Joder, a ratos crees estar viendo un capítulo de 'Ana y los siete'.
Tercero. Lo que realmente me parece inmoral es que la película no cuestiona en ningún momento el sistema económico que ha generado la crisis. No me esperaba un análisis marxista sobre el capital, pero, demonios, tampoco una crítica tan tibia. La cinta de John wells (¿alguien conocía a este tipo?) entiende estas crisis como algo inevitable, y presenta como única solución la resignación. Hay que joderse, es lo que hay, dirían en mi trabajo, y el que quiera superar el contratiempo que trabaje más y con más ganas. Despedir a miles de trabajadores para salvar la empresa es muy injusto, pero nuestra economía funciona así. El mundo de los negocios tiene su propia lógica. Y digo yo, si tan canalla es nuestro sistema, si tantos atropellos comete con las personas, ¿no habría que cambiar alguna cosa? Está claro que Hollywood no está por la labor de profundizar en el tema.
Continúo en 'spoiler' por falta de espacio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Si la película, a pesar de todo, se deja ver, es por una puesta en escena sobria (no estamos ante el típico drama lacrimógeno tipo 'En busca de la felicidad') y unas interpretaciones correctísimas. A Ben Affleck le sienta como un guante el papel de pijo que es expulsado del club de golf por no pagar las cuotas. Y Tommy Lee Jones compone un personaje lleno de matices (si bien acaba resultando antipático por ser presentado como el auténtico héroe de la función: el empresario 'bueno' que cree en un capitalismo menos salvaje y más humano -¿realmente existen?-).
Seamos justos. La película describe muy bien la situación a la que se han visto abocados muchos trabajadores cualificados. Personas con licenciaturas, doctorados y másters en un mercado laboral sin oportunidades. Ingenieros que sólo encuentran trabajo como peón de albañil, jefes de ventas de grandes empresas desperdiciando su talento en tareas que puede realizar cualquiera. Realmente es un drama dedicar tantos años de estudio y preparación para que luego, por circunstancias del mercado, nada de eso sirva para ganarte la vida con dignidad. Esto lo sabemos muy bien los que vivimos aquí en España.
Pero ahí terminan los logros de una cinta que, como digo, nunca profundiza ni hurga en nada. Desde una perspectiva más universal, resulta risible en muchos aspectos. Trabajadores de 'alto standing' en apuros... ¿Realmente se puede comparar su situación con la de los millones de parados que hacen cola en el Inem? Es que ni psicológicamente se puede establecer un paralelismo. Y si nos centramos en cómo está afectando la crisis económica a los obreros de países menos desarrollados, donde no existe ni seguridad social ni nada que se le parezca, entonces sólo podemos ofendernos. 'The Company Men' es un producto de consumo interno, una película para yanquis más bien paletos que ignoran la existencia de un mundo más allá de sus fronteras. Y, con todos mis respetos a los usuarios que han expuesto esas opiniones, aquí se está hablando de ella como una 'radiografía de nuestro tiempo'. Lo que hay que oír.
Seamos justos. La película describe muy bien la situación a la que se han visto abocados muchos trabajadores cualificados. Personas con licenciaturas, doctorados y másters en un mercado laboral sin oportunidades. Ingenieros que sólo encuentran trabajo como peón de albañil, jefes de ventas de grandes empresas desperdiciando su talento en tareas que puede realizar cualquiera. Realmente es un drama dedicar tantos años de estudio y preparación para que luego, por circunstancias del mercado, nada de eso sirva para ganarte la vida con dignidad. Esto lo sabemos muy bien los que vivimos aquí en España.
Pero ahí terminan los logros de una cinta que, como digo, nunca profundiza ni hurga en nada. Desde una perspectiva más universal, resulta risible en muchos aspectos. Trabajadores de 'alto standing' en apuros... ¿Realmente se puede comparar su situación con la de los millones de parados que hacen cola en el Inem? Es que ni psicológicamente se puede establecer un paralelismo. Y si nos centramos en cómo está afectando la crisis económica a los obreros de países menos desarrollados, donde no existe ni seguridad social ni nada que se le parezca, entonces sólo podemos ofendernos. 'The Company Men' es un producto de consumo interno, una película para yanquis más bien paletos que ignoran la existencia de un mundo más allá de sus fronteras. Y, con todos mis respetos a los usuarios que han expuesto esas opiniones, aquí se está hablando de ella como una 'radiografía de nuestro tiempo'. Lo que hay que oír.

7,1
11.385
2
27 de julio de 2009
27 de julio de 2009
130 de 206 usuarios han encontrado esta crítica útil
No entiendo que una película como ésta reciba críticas tan positivas. Seré un memo, pero es que no acabo de comprender que un bodrio de semejante calibre, rodado de cualquier manera, se diría que sin guión ni planificación alguna, merezca de gente muy respetable loas y parabienes tan entusiastas. Alguno la describe como 'magnética', otro habla de 'bello poema en imágenes', y la que más me gusta: 'de una extraña belleza'. Yo precisaría más: de una belleza insondable, porque, amigos, no alcanzo a verla por ningún lado. Que se la compare con 'Apocalypse Now' y que se diga que la interpretación de Klaus Kinski es magistral me crea la mayor de las incertidumbres y me reafirma en la idea de que yo, de cine, entiendo más bien poco.
La película se abre con un plano prometedor (la expedición de los conquistadores españoles descendiendo por una escarpada montaña en mitad de la jungla). Te imaginas que vas a asistir a un espectáculo magnífico. Pero el espejismo se esfuma pronto, en cuanto los actores se ponen a hablar y te das cuenta de que el operador de cámara no tiene indicación alguna del director y filma a su antojo, ahora enfocando a estos monitos tan graciosos, ahora acercando el plano a las barbas mugrientas de un explorador. El guión parece haberse trabajado lo que dura el viaje en avión desde Alemania hasta Perú. Y hay que ser zoquete para tener un escenario tan impresionante, la selva, y grabar imágenes tan sosas.
Vale que Herzog no ha rodado en su vida una película comercial y que el aspecto descuidado del film casa bien con el propósito de hacer un relato desmitificador, pero ser poco convencional no significa rodar como te salga de las narices. Uno tiene la impresión de que está viendo las cintas de vídeo de su vecino, que ha pasado las vacaciones en la Ribera Maya. Formalmente están igual de cuidadas, y la experiencia también resulta soporífera.
El ritmo de la película es lento, muy lento. Y lo dice alguien que disfruta como un loco con Dreyer y Terrence Malick. ¿Una película contemplativa? ¿Qué hay que contemplar? ¿Sobre qué hay que reflexionar? Una historia sobre la codicia y la ambición humanas, que nos vuelven tarumbas, pobre de nosotros. Ah, sí, y la lucha entre el hombre y la naturaleza, un tema recurrente del director. Pero, ¿hay que torturar al espectador para explicarle eso? '1492, la conquista del paraíso' no se pasará mucho en las filmotecas, pero cuenta lo mismo sin producir sopor.
Continúo en 'spoiler' sin desvelar nada.
La película se abre con un plano prometedor (la expedición de los conquistadores españoles descendiendo por una escarpada montaña en mitad de la jungla). Te imaginas que vas a asistir a un espectáculo magnífico. Pero el espejismo se esfuma pronto, en cuanto los actores se ponen a hablar y te das cuenta de que el operador de cámara no tiene indicación alguna del director y filma a su antojo, ahora enfocando a estos monitos tan graciosos, ahora acercando el plano a las barbas mugrientas de un explorador. El guión parece haberse trabajado lo que dura el viaje en avión desde Alemania hasta Perú. Y hay que ser zoquete para tener un escenario tan impresionante, la selva, y grabar imágenes tan sosas.
Vale que Herzog no ha rodado en su vida una película comercial y que el aspecto descuidado del film casa bien con el propósito de hacer un relato desmitificador, pero ser poco convencional no significa rodar como te salga de las narices. Uno tiene la impresión de que está viendo las cintas de vídeo de su vecino, que ha pasado las vacaciones en la Ribera Maya. Formalmente están igual de cuidadas, y la experiencia también resulta soporífera.
El ritmo de la película es lento, muy lento. Y lo dice alguien que disfruta como un loco con Dreyer y Terrence Malick. ¿Una película contemplativa? ¿Qué hay que contemplar? ¿Sobre qué hay que reflexionar? Una historia sobre la codicia y la ambición humanas, que nos vuelven tarumbas, pobre de nosotros. Ah, sí, y la lucha entre el hombre y la naturaleza, un tema recurrente del director. Pero, ¿hay que torturar al espectador para explicarle eso? '1492, la conquista del paraíso' no se pasará mucho en las filmotecas, pero cuenta lo mismo sin producir sopor.
Continúo en 'spoiler' sin desvelar nada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sobre la tan comentada y alabada interpretación del señor Kinski poco puedo decir. A mí me recuerda a Chiquito de la Calzada en 'Brácula': un tío que va a su rollo, completamente ajeno a lo que ocurre a su alrededor. Te preguntas qué demonios está haciendo ahí y por qué pasa de los otros intérpretes y hasta de la misma película. Chiquito no es actor, ¿qué excusa tiene Kinski? A mí me parece que nos toma el pelo a todos. Eso o que el ego le pesa una tonelada y piensa que no necesita hacer nada para cautivar al respetable. Que, cual Marlon Brando, su simple presencia irradia un magnetismo irresistible.
Tres cosas para terminar. La primera, una pregunta: ¿por qué hay películas épicas sobre cualquier episodio histórico (Troya, las Cruzadas, Napoleón, la 2ª Guerra Mundial, el holocausto judío) y de los conquistadores españoles siempre hay que hacer un retrato desmitificador, crepuscular, que se diría ahora de muchos westerns?
Dos: hay un par de planos en la película destacables. En un momento de sosiego, los exploradores miran a su alrededor fascinados por la flora y fauna del lugar. En esa breve pero poderosa sucesión de planos Herzog es capaz de transmitir el sentimiento de asombro que debieron de experimentar los primeros europeos que visitaron el Nuevo Mundo. Es una pena que esos aspectos de la conquista se traten tan poco (en ésta y otras películas).
Y concluyo con una recomendación. Si os quedáis con el mono de ver alguna otra cinta sobre el tema (que a mí, personalmente, me apasiona) no dudéis en echarle un vistazo a 'El Nuevo Mundo' del incomprendido Terrence Malick. Vale que aquí los conquistadores no son españoles, pero la historia y las emociones que se plasman en la película son equiparables. Recomiendo también 'Apocalypto', un relato épico, éste sí, sobre la América precolombina. Una aventura trepidante y cautivadora ideal para combatir el muermo que produce este pesadísimo Aguirre de Herzog.
Tres cosas para terminar. La primera, una pregunta: ¿por qué hay películas épicas sobre cualquier episodio histórico (Troya, las Cruzadas, Napoleón, la 2ª Guerra Mundial, el holocausto judío) y de los conquistadores españoles siempre hay que hacer un retrato desmitificador, crepuscular, que se diría ahora de muchos westerns?
Dos: hay un par de planos en la película destacables. En un momento de sosiego, los exploradores miran a su alrededor fascinados por la flora y fauna del lugar. En esa breve pero poderosa sucesión de planos Herzog es capaz de transmitir el sentimiento de asombro que debieron de experimentar los primeros europeos que visitaron el Nuevo Mundo. Es una pena que esos aspectos de la conquista se traten tan poco (en ésta y otras películas).
Y concluyo con una recomendación. Si os quedáis con el mono de ver alguna otra cinta sobre el tema (que a mí, personalmente, me apasiona) no dudéis en echarle un vistazo a 'El Nuevo Mundo' del incomprendido Terrence Malick. Vale que aquí los conquistadores no son españoles, pero la historia y las emociones que se plasman en la película son equiparables. Recomiendo también 'Apocalypto', un relato épico, éste sí, sobre la América precolombina. Una aventura trepidante y cautivadora ideal para combatir el muermo que produce este pesadísimo Aguirre de Herzog.
14 de septiembre de 2009
14 de septiembre de 2009
41 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me resulta difícil valorar una película como ésta, impecablemente realizada, pero completamente desfasada para el espectador de hoy en día. Las interpretaciones me convencen, empezando por un David Niven que hace de perfecto caballero inglés, arrogante y quisquilloso hasta la exasperación, y un Cantinflas que -hasta sus críticos tendrán que reconocerlo- demuestra que es un gran cómico y que puede con todo lo que le echen encima, incluso con una superproducción norteamericana que, a priori, debería achantarlo, teniendo en cuenta que procede de un cine mucho más modesto. El resto del reparto está a la altura, aunque algunos cameos (el de la Dietrich, por ejemplo, o el de frank Sinatra) están fuera de lugar (no así el de Buster Keaton, al que se rinde un homenaje entrañable). El diseño de producción es sobresaliente; maravillosos los trajes, los escenarios y, en general, la recreación de esa sociedad decimonónica que el mismo Julio Verne evoca en sus novelas. El viaje de Phileas Fogg y Passpartout (Picaporte en el doblaje español) por el mundo quizá no nos descubra nada nuevo, empachados como estamos de programas como 'Pilot Guides' o 'National Geographic', pero las bellas estampas que desfilan ante nosotros mantienen intacta su capacidad para asombrar (la imagen de esas embarcaciones de vela remontando el Nilo es para enmarcar).
Continúo en 'spoiler' por falta de espacio.
Continúo en 'spoiler' por falta de espacio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ahora bien, para disfrutarla de verdad hay que pasar por alto demasiadas cosas. Comienza mal, con un prólogo indigesto (¿os acordáis de Walter Lantz presentando al Pájaro Loco?) que ya te predispone en contra. Hay un par de escenas graciosas después (la de la agencia de mayordomos es muy buena), pero cuando en teoría comienza lo mejor, el relato de aventuras propiamente dicho, te encuentras viendo algo parecido a 'La niña de la venta' de Lola Flores... Vestidos de faralai, guitarras españolas, botijos y, cómo no, 'bailaores' flamencos con aire de señorito que provocan sofocos entre las señoras. Mantienes el tipo como buenamente puedes, pero en los minutos siguientes se acumulan tal cantidad de despropósitos (unos turcos malos malísimos, una corrida de toros que se alarga hasta lo insoportable, y un Cantinflas denigrado haciendo de bufón para el público angloparlante) que al final tienes que hacer un gran esfuerzo para no darle al botón de avance del mando a distancia. Los segmentos siguientes, el de la India y el de China, no son tan folclóricos, pero la película recupera este sentido del espectáculo, llamémosle de barraca de feria, al llegar al oeste americano (indios asaltando un tren y el Séptimo de Caballería acudiendo al rescate). Me gusta la parte de la 'Henrietta', quizá porque es el único momento en que se respira auténtico aire de aventura clásica, quizá porque aparece ese elenco de secundarios magníficos que conocemos de las películas de Ford. El rescate de la guapa Shirley MacLaine (muy sosa, por cierto, en toda la película) carece de emoción, y la aventura de Picaporte en China es prescindible. Tampoco pegué un respingo con el final, tal vez porque lo recordaba de la novela (¡qué grande Julio Verne cerrando la historia con ese giro genial!). Eso sí: por nada del mundo os perdáis los créditos finales, diseñados por Saul Bass.
No he sido capaz de disfrutarla. No he conectado con su concepción del entretenimiento y se me ha hecho pesada. Y, desde luego, no me parece el mejor exponente del cine de aventuras. Extraño esto de los gustos: un usuario que despotrica contra la película dice que es tan aburrida como 'La carrera del siglo'; a mí la cinta de Blake Edwards me parece una obra maestra, un espectáculo sin igual, como dice otro compañero, 'cine de ese que ya no se hace'.
Cuatro estrellas. Que me perdonen los nostálgicos.
No he sido capaz de disfrutarla. No he conectado con su concepción del entretenimiento y se me ha hecho pesada. Y, desde luego, no me parece el mejor exponente del cine de aventuras. Extraño esto de los gustos: un usuario que despotrica contra la película dice que es tan aburrida como 'La carrera del siglo'; a mí la cinta de Blake Edwards me parece una obra maestra, un espectáculo sin igual, como dice otro compañero, 'cine de ese que ya no se hace'.
Cuatro estrellas. Que me perdonen los nostálgicos.
1
12 de marzo de 2011
12 de marzo de 2011
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El éxito de la saga ‘Crepúsculo’ me desconcierta. Dirigidas a un público adolescente y preferentemente femenino, las novelas de la escritora Stephenie Meyer han conseguido, no obstante, cautivar a un espectro de lectores más amplio. En su mayoría, mujeres curtiditas (30-40 años), devoradoras compulsivas de ‘best sellers’ y con una concepción del amor ‘demodé’ que hasta la propia Corín Tellado encontraría cursi. Como novelas de género de terror o fantásticas no son más que un acercamiento superficial y pueril al mito del vampiro, lo que, por otro lado, no deja de tener su guasa: precisamente el vampiro, personificación del deseo prohibido, protagonista de una historia que no podemos calificar precisamente de lúbrica.
La película tiene tantos alicientes como la novela, es decir, muy pocos o ninguno. Las imágenes son impersonales y asépticas, y el desarrollo monótono. Viendo la tronchante escena en la que Robert Pattinson se echa unas carreras por el bosque, no se puede decir tampoco que su punto fuerte sean los efectos especiales. Los actores muy fotogénicos, de póster: muy jóvenes, muy guapos, muy saludables y peinados a la última. La banda sonora es súper molona. Y qué paisajes más bonitos... Pongámonos serios, la valoración de ‘Crepúsculo’ ha de hacerse en función de su rentabilidad en taquilla, utilizando otro criterio es imposible que salga bien parada.
(Continúa en 'spoiler'.)
La película tiene tantos alicientes como la novela, es decir, muy pocos o ninguno. Las imágenes son impersonales y asépticas, y el desarrollo monótono. Viendo la tronchante escena en la que Robert Pattinson se echa unas carreras por el bosque, no se puede decir tampoco que su punto fuerte sean los efectos especiales. Los actores muy fotogénicos, de póster: muy jóvenes, muy guapos, muy saludables y peinados a la última. La banda sonora es súper molona. Y qué paisajes más bonitos... Pongámonos serios, la valoración de ‘Crepúsculo’ ha de hacerse en función de su rentabilidad en taquilla, utilizando otro criterio es imposible que salga bien parada.
(Continúa en 'spoiler'.)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El romance entre la lánguida Bella y Edward, el Mustio, no tiene desperdicio, no, señor. Te quiero, yo te quiero más, te deseo, yo te deseo más, pero no nos acostemos que entonces hacemos apología de la promiscuidad y avocamos a la juventud norteamericana a su ruina moral. El sexo, dentro del matrimonio, y enfocado a la reproducción, no vaya a ser que lo disfrutemos demasiado y nos condenemos al fuego eterno. Stephenie Meyer es mormona, conoció a su marido en la iglesia (y yo perdiendo el tiempo en las discotecas…) y, aunque le pagaran una millonada, nunca escribiría un guión para un especial de ‘Física y Química’. No quiero ser irrespetuoso con las creencias ajenas, incluso estoy dispuesto a ponerme del lado de los que creen que la sociedad actual trata la cuestión sexual con demasiada frivolidad, pero no puedo aceptar que en pleno siglo XXI la única alternativa a este problema pase por recuperar hábitos medievales. No, después de Freud, ‘El segundo sexo’ y la invasión de las nórdicas en Benicasim, defender una postura semejante es una estupidez. Jóvenes del mundo entero: el sexo no es sucio ni antinatural, y proporciona un placer inigualable siempre que uno esté emocionalmente preparado y lo consienta. Como expresión del sentimiento amoroso, no se me ocurre gesto más hermoso. A Bella y Edward recordarles lo que decía el inventor del psicoanálisis: que es imposible conservar la salud mental reprimiendo el deseo. ¿Quién quiere acabar como Santa Águeda? Edward, hijo, que has cumplido los cien años, ¿todavía con dudas? ¡Libera al pajarito de la jaula de una puñetera vez!
¿Por qué me irrita tanto ‘Crepúsculo’? ¿Por qué era una de las películas favoritas de mi ex mujer, que me abandonó hace unos meses por otro ('qué poco romántico eres', me reprochaba cuando criticaba la película...)? Quizá. Pero sobre todo porque es un panfleto religioso que nos hace retroceder a un tiempo más ingrato, a una época en la que la libertad personal estaba cuestionada. Aunque se presente con una estética modernilla de videoclip y se dirija a un público rebelde per se, es tan rancia y retrógrada como una misa en el Valle de los Caídos.
¿Por qué me irrita tanto ‘Crepúsculo’? ¿Por qué era una de las películas favoritas de mi ex mujer, que me abandonó hace unos meses por otro ('qué poco romántico eres', me reprochaba cuando criticaba la película...)? Quizá. Pero sobre todo porque es un panfleto religioso que nos hace retroceder a un tiempo más ingrato, a una época en la que la libertad personal estaba cuestionada. Aunque se presente con una estética modernilla de videoclip y se dirija a un público rebelde per se, es tan rancia y retrógrada como una misa en el Valle de los Caídos.
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