You must be a loged user to know your affinity with Tylercito
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred
9
8 de octubre de 2018
8 de octubre de 2018
230 de 269 usuarios han encontrado esta crítica útil
Escribo estas líneas de manera más o menos precipitada, a tan solo un día de haber visto esta estimable película de David Robert Mitchell en la sesión despertador de Sitges. La inmediatez de este análisis quizá conlleve cierta falta de profundidad, pero he preferido ser rápido antes de que se me esfumen las ideas que me ha despertado su visionado. Como muchos ya habrán hablado sobre el director (a mí It Follows ni fu ni fa), los actores, aspectos técnicos, etcétera, me centraré únicamente en una posible interpretación de la película (así que me voy directo a la zona spoiler).
Pero un consejo, no os la perdáis.
Pero un consejo, no os la perdáis.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En mi opinión la primera escena de la película nos deja las claves a la hora de interpretarla, que es lo que toda buena película suele hacer. El protagonista está en una tienda de comida, y el director filma la escena desde dentro, así que vemos a una chica en la parte exterior de dicha tienda creo que borrando del cristal un mensaje que irá reapareciendo a lo largo de la película: BEWARE THE DOG KILLER. Pero claro, desde dentro de la tienda el mensaje se lee al revés, y DOG se convierte en GOD; de hecho, veremos cómo la D enmarca el rostro de Jim Morrison de la camiseta de la chica. Y de eso va la cosa en mi opinión, de la muerte de todo Dios/Ídolo, de la carencia de referentes morales y Grandes Narrativas que den sentido a nuestra vida.
Ante el sinsentido, las personas se obsesionan con encontrar mensajes ocultos y misterio en lo mundano, y es fácil encontrar asociaciones en un mundo que no deja de ser un palimpsesto en el que las ideas se reciclan una y otra vez, como bien sabe el compositor de todas las canciones del mundo. Pero todas las canciones son falsas historias, creadas para manipular a la masa, mentiras que hacen el mundo más tolerable y nos mantienen unidos o en pie, como la de Batman al final de El caballero oscuro o la de San Manuel Bueno Mártir.
El director no deja en pie a ningún sueño: el Hollywood dorado se corroe mientras las aspirantes a actriz se prostituyen por sus calles, una pista lleva a otra pero detrás de la última puerta solo hay un vacío, y los ricos lo tienen todo, pero es un todo vulgarmente material, un todo que ante el sinsentido de la existencia se convierte en otra nada más (algo que, para quien está acostumbrado a salirse siempre con la suya, solo puede generar locura y paranoia, hasta el punto de acabar enterrándose vivo en pos de una trascendencia que nunca llegará). Y sí, todos los perros/dioses están muertos, pero ahí seguimos nosotros, rastreando misterios y mensajes ocultos, erigiendo falsos ídolos, drogándonos en busca de paraísos artificiales y con dos galletas de perro en el bolsillo, por si Dios no ha muerto y algún día regresa.
Ese es para mí lo que esconde Lo que esconde Silver Lake. Sé que me dejo mil retazos que no terminan de conectar (PE, lo de la asesina búho -en el mundo occidental, los búhos siempre han representado la sabiduría, el conocimiento, que en esta película se convertiría en una revelación asesina (¿el saber que nada tiene sentido te puede destruir?)-), pero apostaría a que las líneas maestras del film van por ahí. Y sí, a mí también me ha parecido muy pynchoniana.
PD Tras salir de la peli me fui directo a ver Arrebato (obra maestra de Iván Zulueta) al Brigadoon, y es curioso, pero salvando las distancias me pareció que ambas películas dialogaban. Arrebato te enseña cómo aquello que adoras te puede acabar destruyendo, mientras que en Lo que esconde Silver Lake te das cuenta de que no tener qué adorar también puede llevarte a la perdición.
Ante el sinsentido, las personas se obsesionan con encontrar mensajes ocultos y misterio en lo mundano, y es fácil encontrar asociaciones en un mundo que no deja de ser un palimpsesto en el que las ideas se reciclan una y otra vez, como bien sabe el compositor de todas las canciones del mundo. Pero todas las canciones son falsas historias, creadas para manipular a la masa, mentiras que hacen el mundo más tolerable y nos mantienen unidos o en pie, como la de Batman al final de El caballero oscuro o la de San Manuel Bueno Mártir.
El director no deja en pie a ningún sueño: el Hollywood dorado se corroe mientras las aspirantes a actriz se prostituyen por sus calles, una pista lleva a otra pero detrás de la última puerta solo hay un vacío, y los ricos lo tienen todo, pero es un todo vulgarmente material, un todo que ante el sinsentido de la existencia se convierte en otra nada más (algo que, para quien está acostumbrado a salirse siempre con la suya, solo puede generar locura y paranoia, hasta el punto de acabar enterrándose vivo en pos de una trascendencia que nunca llegará). Y sí, todos los perros/dioses están muertos, pero ahí seguimos nosotros, rastreando misterios y mensajes ocultos, erigiendo falsos ídolos, drogándonos en busca de paraísos artificiales y con dos galletas de perro en el bolsillo, por si Dios no ha muerto y algún día regresa.
Ese es para mí lo que esconde Lo que esconde Silver Lake. Sé que me dejo mil retazos que no terminan de conectar (PE, lo de la asesina búho -en el mundo occidental, los búhos siempre han representado la sabiduría, el conocimiento, que en esta película se convertiría en una revelación asesina (¿el saber que nada tiene sentido te puede destruir?)-), pero apostaría a que las líneas maestras del film van por ahí. Y sí, a mí también me ha parecido muy pynchoniana.
PD Tras salir de la peli me fui directo a ver Arrebato (obra maestra de Iván Zulueta) al Brigadoon, y es curioso, pero salvando las distancias me pareció que ambas películas dialogaban. Arrebato te enseña cómo aquello que adoras te puede acabar destruyendo, mientras que en Lo que esconde Silver Lake te das cuenta de que no tener qué adorar también puede llevarte a la perdición.

7,0
32.621
10
12 de febrero de 2008
12 de febrero de 2008
162 de 200 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una "película cinéfila" deliciosa, perfecta para cualquier aficionado al séptimo arte que se precie.
Un triángulo delicioso, sensualidad y sexualidad que rebosa, actores en estado de gracia (Eva Green directamente deviene mítica) y la mirada de Bertolucci, ¿qué mas se puede pedir?
De las mejores películas del 2003, si no la mejor.
Un triángulo delicioso, sensualidad y sexualidad que rebosa, actores en estado de gracia (Eva Green directamente deviene mítica) y la mirada de Bertolucci, ¿qué mas se puede pedir?
De las mejores películas del 2003, si no la mejor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tiene tantas cosas: la carrera por el museo, el sexo, ese final que refleja la madurez de Pitt/Odiseo, dejando atrás a sus "sirenas", la relación entre los hermanos, el cine, su cinefilia, París, la vida bohemia, Eva Green con guantes negros (1/3 Gilda, 1/3 Lilith, 1/3 escultura y figura mítica), y algunas conversaciones que ponen los pelos de punta; lean:
“(…) Theo: Escucha Matthew...
Matthew: ¿Sí?
Theo: Tú eres un gran cinéfilo.
Matthew: Sí.
Theo: ¿Y por qué no ves a Mao cómo un gran director, haciendo una película con millones de actores, con sus miles de guardias rojos marchando juntos hacia el futuro con el pequeño libro rojo en la mano? Libros, no armas. Cultura, no violencia ¿No crees que sería una magnífica película épica?
Matthew: Supongo, pero… Es fácil decir “Libros, no armas”, y no es cierto. No son libros… Es Libro, un libro… Sólo es un libro.
Theo: ¡Cállate! Hablas igual que mi padre.
Matthew: ¡No, no! No, escúchame. Esos… Esos guardias rojos, a los que admiras, llevan todos el mismo libro, y cantan las mismas canciones y repiten como loros las mismas consignas. En esa gran película épica, todos ellos son extras. Da miedo. Me pone la piel de gallina. Siento decirlo, pero, para mí, hay una clara contradicción.
Theo: ¿Por qué?
Matthew: Porque si de verdad creyeras lo que estás diciendo, estarías fuera.
Theo: ¿Dónde?
Matthew: Ahí, en la calle.
Theo: No sé a qué te refieres.
Matthew: Sí, lo sabes. Está pasando algo, algo que podría significar algo importante, que podría hacer que las cosas cambien, incluso yo lo noto, pero no estás fuera. Estás dentro conmigo bebiendo vinos caros, hablando de cine, hablando de… maoísmo, ¿por qué?
Theo: Ya basta.
Matthew: No, dime por qué.
Theo: Basta.
Matthew: Pregúntate por qué. Porque no crees en ello de verdad. Te compras la lámpara y pegas los posters en la pared, pero no creo que…
Theo: Hablas demasiado (…)”
“(…) Theo: Escucha Matthew...
Matthew: ¿Sí?
Theo: Tú eres un gran cinéfilo.
Matthew: Sí.
Theo: ¿Y por qué no ves a Mao cómo un gran director, haciendo una película con millones de actores, con sus miles de guardias rojos marchando juntos hacia el futuro con el pequeño libro rojo en la mano? Libros, no armas. Cultura, no violencia ¿No crees que sería una magnífica película épica?
Matthew: Supongo, pero… Es fácil decir “Libros, no armas”, y no es cierto. No son libros… Es Libro, un libro… Sólo es un libro.
Theo: ¡Cállate! Hablas igual que mi padre.
Matthew: ¡No, no! No, escúchame. Esos… Esos guardias rojos, a los que admiras, llevan todos el mismo libro, y cantan las mismas canciones y repiten como loros las mismas consignas. En esa gran película épica, todos ellos son extras. Da miedo. Me pone la piel de gallina. Siento decirlo, pero, para mí, hay una clara contradicción.
Theo: ¿Por qué?
Matthew: Porque si de verdad creyeras lo que estás diciendo, estarías fuera.
Theo: ¿Dónde?
Matthew: Ahí, en la calle.
Theo: No sé a qué te refieres.
Matthew: Sí, lo sabes. Está pasando algo, algo que podría significar algo importante, que podría hacer que las cosas cambien, incluso yo lo noto, pero no estás fuera. Estás dentro conmigo bebiendo vinos caros, hablando de cine, hablando de… maoísmo, ¿por qué?
Theo: Ya basta.
Matthew: No, dime por qué.
Theo: Basta.
Matthew: Pregúntate por qué. Porque no crees en ello de verdad. Te compras la lámpara y pegas los posters en la pared, pero no creo que…
Theo: Hablas demasiado (…)”

6,4
36.469
7
2 de julio de 2008
2 de julio de 2008
122 de 152 usuarios han encontrado esta crítica útil
La niebla es una película que, mejor pulida, podría haber sido una auténtica obra maestra, pero hay pequeños detalles lastran al film. ¿Que qué detalles?
1. En algunas ocasiones se rompe todo el clima de tensión con unos diálogos demasiado hinchados y pretenciosos que la mayor parte de las veces son incluso innecesarios. Hay un ansia por subrayar su desencantada tesis que no le va nada bien a la película.
2. El personaje de la fanática religiosa puede resultar creíble en un primer momento, pero su poder de convicción va a más y a más y a más conforme pasa el tiempo, y al final ya no te crees lo que estás viendo (igual es que tengo más fe que el director en el escepticismo y la inteligencia del ser humano). Problema de falta de credibilidad que se vuelve a repetir en otras ocasiones, pero es que es muy difícil intentar analizar de forma 100% realista los recovecos del ser humano en sólo dos horas de película (creo que se puede perdonar que los protagonistas a veces sean más personajes que personas).
3. Quizás los efectos cutres de serie B que tiene La niebla hubiesen quedado maravillosamente bien en la versión en blanco y negro que no dejaron hacer finalmente a Frank, pero así a color... NO. Para mí éste es el mayor lastre de la película: te saca de ella constantemente. Y ya que Darabont homenajea descaradamente a Carpenter al comienzo, bien podría usar los trucos del maestro y en vez de mostrar a la bestia tan claramente desde un principio jugar más con el misterio, "sugerir"*.
Pero el resto de la película es realmente maravilloso.
"Cualquier día puede no salir el sol".
"Al final del camino, se descubre en todo su esplendor la absurdidad del recorrido vital y las bregas de todo ser humano (sí: el hombre es una pasión inútil)".
"Por muy Sísifos dichosos que seamos, la supervivencia acaba sirviendo para nada".
"Toda decisión humana -y más las efectuadas en situaciones extremas y en momentos de desesperación- puede ser tanto acertada como errónea: el azar siempre impera (No sabemos, sólo podemos conjeturar)".
"La muerte es la libertad (pero la libertad sin opciones es un regalo del diablo)".
Todas estas ideas son disparadas a bocajarro durante los últimos e inolvidables quince minutos, injustamente criticados por algunos. Un final glorioso, arriesgadamente brutal y desesperanzador, al estilo Shyamalan pero con más huevos y cinismo; final atípico e irónico que sin duda tardaré en olvidar.
Como un renegado de la raza humana, Darabont nos da un puñetazo en pleno estómago de forma realista y aterradora... ¿quién tenía razón? ¿Quién supo enfocar bien la situación? ¿Podría ser que todo el mundo estuviese equivocado? ¿Podría ser que toda lucha o decisión, sean, finalmente, inútiles?
1. En algunas ocasiones se rompe todo el clima de tensión con unos diálogos demasiado hinchados y pretenciosos que la mayor parte de las veces son incluso innecesarios. Hay un ansia por subrayar su desencantada tesis que no le va nada bien a la película.
2. El personaje de la fanática religiosa puede resultar creíble en un primer momento, pero su poder de convicción va a más y a más y a más conforme pasa el tiempo, y al final ya no te crees lo que estás viendo (igual es que tengo más fe que el director en el escepticismo y la inteligencia del ser humano). Problema de falta de credibilidad que se vuelve a repetir en otras ocasiones, pero es que es muy difícil intentar analizar de forma 100% realista los recovecos del ser humano en sólo dos horas de película (creo que se puede perdonar que los protagonistas a veces sean más personajes que personas).
3. Quizás los efectos cutres de serie B que tiene La niebla hubiesen quedado maravillosamente bien en la versión en blanco y negro que no dejaron hacer finalmente a Frank, pero así a color... NO. Para mí éste es el mayor lastre de la película: te saca de ella constantemente. Y ya que Darabont homenajea descaradamente a Carpenter al comienzo, bien podría usar los trucos del maestro y en vez de mostrar a la bestia tan claramente desde un principio jugar más con el misterio, "sugerir"*.
Pero el resto de la película es realmente maravilloso.
"Cualquier día puede no salir el sol".
"Al final del camino, se descubre en todo su esplendor la absurdidad del recorrido vital y las bregas de todo ser humano (sí: el hombre es una pasión inútil)".
"Por muy Sísifos dichosos que seamos, la supervivencia acaba sirviendo para nada".
"Toda decisión humana -y más las efectuadas en situaciones extremas y en momentos de desesperación- puede ser tanto acertada como errónea: el azar siempre impera (No sabemos, sólo podemos conjeturar)".
"La muerte es la libertad (pero la libertad sin opciones es un regalo del diablo)".
Todas estas ideas son disparadas a bocajarro durante los últimos e inolvidables quince minutos, injustamente criticados por algunos. Un final glorioso, arriesgadamente brutal y desesperanzador, al estilo Shyamalan pero con más huevos y cinismo; final atípico e irónico que sin duda tardaré en olvidar.
Como un renegado de la raza humana, Darabont nos da un puñetazo en pleno estómago de forma realista y aterradora... ¿quién tenía razón? ¿Quién supo enfocar bien la situación? ¿Podría ser que todo el mundo estuviese equivocado? ¿Podría ser que toda lucha o decisión, sean, finalmente, inútiles?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
*Nada más ver los tentáculos cargándose a Sherminator, me cagué en sus putas madres. ¿De verdad era necesario mostrar al monstruo? Totalmente innecesario y contraproducente, pues te olvidas de los conflictos del supermercado y empiezas a pensar en bichos, en una amenaza que ya no perturba por ser desconocida; tan sólo asusta por ser asquerosa y letal.

6,3
18.932
8
15 de marzo de 2008
15 de marzo de 2008
104 de 128 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al princio cuesta 'meterse' un poco en este film (por la trama, el tono, etc), pero una vez dentro no quieres salir.
Uno de sus puntos fuertes es sus constantes referencias a miles de películas con las de hemos crecido: el póster de Buscando a Eva -¿casualidad? ¿no se acercan los protagonistas al cine como Brendan Fraser al amor?- que preside el videoclub, la loca que necesita ver Paseando a Miss Daisy, y por supuesto, todas las películas que los protagonistas recrean (Jack Black se magnetiza y borra todas las cintas del videoclub de su amigo, hecho que los lleva a volver a filmarlas cámara en mano, de un modo totalmente amateur pero rebosante de originalidad y gracia): Los cazafantasmas, Robocop, El rey león, Regreso al futuro, Hora punta II, 2001: una odisea en el espacio... Es aquí donde todo el talento y la imaginería visual de Gondry alcanza su pleno rendimiento, y donde más disfruté -como un auténtico niño, al igual que el que hace años se deleitaba con los viajes lunares de Méliès-.
Creo que con Be Kind Rewind Gondry no busca mofarse de las películas comerciales (y quizás por eso el film acabe siendo más comercial de lo que el director nos tiene acostumbrados), a todos esos deliciosos films de los 80 y compañía (él mismo es un acérrimo fan de Regreso al futuro), sino a las comercialización impersonal de esas películas (que por otra parte, es lo único que las financia y permite que existan). Parece que diga: las películas como Robocop me encantan, me gustan tanto que quiero homenajerlas, lo que no me gusta es el marketing que las rodea, el mercado que corta el vuelo de todos esos artistas (piensen en el personaje de Sigourney Weaver). Come de la mano que le alimenta, al igual que El club de la lucha. Reivindica el cine como un arte libre desde una multinacional, porque es el único medio que le permite hacerlo a gran escala. Las mismas contradicciones de siempre, la misma vieja dicotomía arte/industria del cine (que a mí me encanta).
Fats Waller era un artista del jazz que hizo de su arte su vida, a pesar de todos los inconvenientes. Michel Gondry es Fats Waller (ese pianista con manos de oro ignorado por la crítica), y Mos Def es Michel Gondry, un Michel Gondry que, apoyándose sobre todo lo que le alimentó en sus inicios, acaba emergiendo como el dios/creador de un mundo imaginario maravilloso, tan maravilloso como ese documental sobre un Fats Waller imaginario que vivió en Passaic, Nueva Jersey.
Y sí: también es una excelente comedia.
Uno de sus puntos fuertes es sus constantes referencias a miles de películas con las de hemos crecido: el póster de Buscando a Eva -¿casualidad? ¿no se acercan los protagonistas al cine como Brendan Fraser al amor?- que preside el videoclub, la loca que necesita ver Paseando a Miss Daisy, y por supuesto, todas las películas que los protagonistas recrean (Jack Black se magnetiza y borra todas las cintas del videoclub de su amigo, hecho que los lleva a volver a filmarlas cámara en mano, de un modo totalmente amateur pero rebosante de originalidad y gracia): Los cazafantasmas, Robocop, El rey león, Regreso al futuro, Hora punta II, 2001: una odisea en el espacio... Es aquí donde todo el talento y la imaginería visual de Gondry alcanza su pleno rendimiento, y donde más disfruté -como un auténtico niño, al igual que el que hace años se deleitaba con los viajes lunares de Méliès-.
Creo que con Be Kind Rewind Gondry no busca mofarse de las películas comerciales (y quizás por eso el film acabe siendo más comercial de lo que el director nos tiene acostumbrados), a todos esos deliciosos films de los 80 y compañía (él mismo es un acérrimo fan de Regreso al futuro), sino a las comercialización impersonal de esas películas (que por otra parte, es lo único que las financia y permite que existan). Parece que diga: las películas como Robocop me encantan, me gustan tanto que quiero homenajerlas, lo que no me gusta es el marketing que las rodea, el mercado que corta el vuelo de todos esos artistas (piensen en el personaje de Sigourney Weaver). Come de la mano que le alimenta, al igual que El club de la lucha. Reivindica el cine como un arte libre desde una multinacional, porque es el único medio que le permite hacerlo a gran escala. Las mismas contradicciones de siempre, la misma vieja dicotomía arte/industria del cine (que a mí me encanta).
Fats Waller era un artista del jazz que hizo de su arte su vida, a pesar de todos los inconvenientes. Michel Gondry es Fats Waller (ese pianista con manos de oro ignorado por la crítica), y Mos Def es Michel Gondry, un Michel Gondry que, apoyándose sobre todo lo que le alimentó en sus inicios, acaba emergiendo como el dios/creador de un mundo imaginario maravilloso, tan maravilloso como ese documental sobre un Fats Waller imaginario que vivió en Passaic, Nueva Jersey.
Y sí: también es una excelente comedia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No contento con esto, Michel Gondry ha llevado a esta especie de "metacine" hasta el paroxismo en la red; me explico: ¿no trata Be Kind Rewind de dos tipos que reintrerpretan las películas comerciales de forma amateur y alcanzan un éxito sin precendentes -con todas las consecuencias positivas/negativas que algo así puede desencadenar-? Pues bien, circula por Youtube un vídeo en el que el propio Gondry nos hace creer que Be Kind Rewind ha sido borrada, y a continuación la reproduce él solo cámara en mano, al estilo Mos Def/Jack Black. Cine que versiona cine que estaba versionando cine. Gondry gustaría a Cortázar. Aunque ver hacer a Michel Gondry de un Jack Black que hace de Miss Daisy casi me fríe la cabeza.
Lo mejor es que ya circulan por internet miles de versiones be-kind-rewineras de clásicos del cine comercial... ¿acabará democratizando Michel Gondry el acto creativo cinematográfico? Quizás, pero los genios seguirán naciendo con cuentagotas.
PD: también me resultó curiosa la rabia que sentí al ver cómo después se les acusa de plagio a Mos y a Jack -sientes que en el fondo les están robando a ellos, que han cortado las alas a dos soñadores- ; algo parecido sentiría Gondry cuando en el mundo real se le prohibió incluir "homenajes" a varias películas en Be Kind Rewind, por derechos de autor y esas tonterías legales, recortando así las posibilidades de su película.
Hecho que, por cierto, me parece absurdo, pues creo que la conversación que los tres protagonistas mantienen en la cafetería sobre El rey león animará a más gente a dicho film que 1000 intentos por parte de los encargados del marketing de la propia Disney.
Lo mejor es que ya circulan por internet miles de versiones be-kind-rewineras de clásicos del cine comercial... ¿acabará democratizando Michel Gondry el acto creativo cinematográfico? Quizás, pero los genios seguirán naciendo con cuentagotas.
PD: también me resultó curiosa la rabia que sentí al ver cómo después se les acusa de plagio a Mos y a Jack -sientes que en el fondo les están robando a ellos, que han cortado las alas a dos soñadores- ; algo parecido sentiría Gondry cuando en el mundo real se le prohibió incluir "homenajes" a varias películas en Be Kind Rewind, por derechos de autor y esas tonterías legales, recortando así las posibilidades de su película.
Hecho que, por cierto, me parece absurdo, pues creo que la conversación que los tres protagonistas mantienen en la cafetería sobre El rey león animará a más gente a dicho film que 1000 intentos por parte de los encargados del marketing de la propia Disney.

7,1
37.728
10
12 de febrero de 2008
12 de febrero de 2008
84 de 97 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás influyó haber visto primero el film, pero a mí eso me pareció.
Es la película pop perfecta.
Y como (casi) siempre, John Cusack se sale.
Es la película pop perfecta.
Y como (casi) siempre, John Cusack se sale.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿Por qué me parece mejor? Tienes tantos detalles... aunque musicalmente hablando es "menos completa", el enfrentamiento con Rob no es por teléfono y gana muchísimo, por ejemplo, luego está la aparición de Springsteen... y lo de patrocinar a los críos para sacarles una maqueta me parece sublime: una metáfora maravillosa sobre cómo da el paso de crítico a creador, de mirar desde fuera a meterse dentro, algo no sólo aplicable a la música, sino a toda su vida por completo.
Y esta conversación me dejó sin palabras, tanto en el libro como en la película (es una de las pocas ocasiones en las que he podido ver reflejadas en un cine mis ideas sobre el amor -también está ¡Olvídate de mí!, Moulin Rouge, El nuevo mundo... pero no es el momento):
“(…) Laura (entrando al bar en el que se encuentra Rob): ¡Hola! Bebiendo en un día de colegio, ¡qué novedad!
Rob: (Silencio).
Laura: Mmm… ¿Te preocupa lo de mañana?
Rob: No mucho, no (silencio).
Laura: Pues… ¿Vas a decirme algo, o saco el periódico…?
Rob: No, tengo que decirte algo.
Laura: Bien, y… ¿De qué se trata?
Rob: Ah… Iba a preguntarte si quieres, o no… Casarte… Conmigo.
Laura: (Carcajadas).
Rob: Qué, ¡en serio!
Laura: ¡Ya lo sé!
Rob: ¡Pues yo no le veo la gracia!
Laura: Lo siento, es que… Hace unos días estabas grabando una cinta para esa chica (…), y perdona pero no te considero una apuesta segura…
Rob: ¿Te casarías si lo fuera?
Laura: ¿A qué viene esto?
Rob: No lo sé, estoy harto de darle vueltas constantemente.
Laura: ¿A qué?
Rob: A estas cosas… El amor, sentar la cabeza, el matrimonio, ya sabes. Quiero pensar en otras cosas…
Laura (irónicamente): He cambiado de opinión. Es lo más romántico que me has dicho; Sí quiero, ¡lo haré!
Rob: Cállate, por favor. Intento explicártelo, ¿vale? Esa otra chica, o las otras mujeres, no importan. Creo que sólo son fantasías. Y, siempre parecen ideales porque nunca hay problemas, y sí, los hay, aunque muy tontos cómo, no sé, que nos hemos comprado el mismo regalo de Navidad, o que ella quiere ir a ver una peli que yo ya he visto y… Bueno, luego llego a casa y tú y yo tenemos problemas de verdad, y no quieres ver la misma peli que yo y punto y, no hay lencería, y…
Laura: Tengo lencería…
Rob: Ya lo sé, una lencería estupenda, pero también tienes esa de algodón que has lavado miles de veces y que cuelgas en la ducha, y… Y ellas también, pero yo no la veo porque no está en mi fantasía, ¿lo entiendes? Estoy harto de fantasías. Porque no existen. Y nunca hay sorpresas de verdad. Y además, nunca…
Laura: ¿Te llenan?
Rob: … te llenan, exacto. Estoy harto. Estoy harto de todo lo demás, pero no me harto de ti.
Y esta conversación me dejó sin palabras, tanto en el libro como en la película (es una de las pocas ocasiones en las que he podido ver reflejadas en un cine mis ideas sobre el amor -también está ¡Olvídate de mí!, Moulin Rouge, El nuevo mundo... pero no es el momento):
“(…) Laura (entrando al bar en el que se encuentra Rob): ¡Hola! Bebiendo en un día de colegio, ¡qué novedad!
Rob: (Silencio).
Laura: Mmm… ¿Te preocupa lo de mañana?
Rob: No mucho, no (silencio).
Laura: Pues… ¿Vas a decirme algo, o saco el periódico…?
Rob: No, tengo que decirte algo.
Laura: Bien, y… ¿De qué se trata?
Rob: Ah… Iba a preguntarte si quieres, o no… Casarte… Conmigo.
Laura: (Carcajadas).
Rob: Qué, ¡en serio!
Laura: ¡Ya lo sé!
Rob: ¡Pues yo no le veo la gracia!
Laura: Lo siento, es que… Hace unos días estabas grabando una cinta para esa chica (…), y perdona pero no te considero una apuesta segura…
Rob: ¿Te casarías si lo fuera?
Laura: ¿A qué viene esto?
Rob: No lo sé, estoy harto de darle vueltas constantemente.
Laura: ¿A qué?
Rob: A estas cosas… El amor, sentar la cabeza, el matrimonio, ya sabes. Quiero pensar en otras cosas…
Laura (irónicamente): He cambiado de opinión. Es lo más romántico que me has dicho; Sí quiero, ¡lo haré!
Rob: Cállate, por favor. Intento explicártelo, ¿vale? Esa otra chica, o las otras mujeres, no importan. Creo que sólo son fantasías. Y, siempre parecen ideales porque nunca hay problemas, y sí, los hay, aunque muy tontos cómo, no sé, que nos hemos comprado el mismo regalo de Navidad, o que ella quiere ir a ver una peli que yo ya he visto y… Bueno, luego llego a casa y tú y yo tenemos problemas de verdad, y no quieres ver la misma peli que yo y punto y, no hay lencería, y…
Laura: Tengo lencería…
Rob: Ya lo sé, una lencería estupenda, pero también tienes esa de algodón que has lavado miles de veces y que cuelgas en la ducha, y… Y ellas también, pero yo no la veo porque no está en mi fantasía, ¿lo entiendes? Estoy harto de fantasías. Porque no existen. Y nunca hay sorpresas de verdad. Y además, nunca…
Laura: ¿Te llenan?
Rob: … te llenan, exacto. Estoy harto. Estoy harto de todo lo demás, pero no me harto de ti.
Más sobre Tylercito
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here