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Críticas 23
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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24 de agosto de 2024
222 de 311 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esto va de una camarera working class que se quiere follar a un rico. Una camarera que aspira a dar un calzoncillazo que es la otra versión del braguetazo. Se cuela en una fiesta y el prota rico se la lleva a ella y a una amiga de ella (la Sole y su mechero), a su isla privada. Allí hay gallinas, culebras, nativos ¿polinésicos? haciendo de nativos, y se celebran fiestas (bastante aburridas seguramente por la forma tan aburrida de rodarlas). Algunos dicen que esta peli es feminista. Feminismo de derechas, se entiende... el feminismo liberal de empoderarte monetariamente para dejar de ser camarera (afroamericana) y que te sirva otra camarera (asiática), mientras bebes champán. Y si entro por la puerta grande con este comentario, es porque veo que a muchos les va esto de puntuar con un 8 cualquier cosa que venga de américa envuelta en marketing de pacotilla. Si alguien de verdad cree que el mensaje de esta película es superfeminista es que las gafas lilas las tiene sin graduar. En todo caso será un feminismo de andar en zapatillas de casa. Hay más feminismo en "Cómo eliminar a su jefe" de 1980, que en "Parpadea dos veces" de 2024. Y si quieren una buena película de terror protofeminista, las hacían mejor en 1979 cuando Ripley se enfrentaba a la explícita violencia sexual del octavo pasajero. La misma directora, por lo que veo, Zoë Kravitz, fue actriz en una, esta vez sí, gran película de género de los últimos años, con mensaje feminista: "Mad Max furia en la carretera" (2015). Ahí no aprendió a hacer cine con mensaje. Yo hasta diría que a esta película le vendría mejor que no la promocionaran como feminista... Compararla con "Déjame Salir" de Jordan Peele, tiene su razón de ser, por esa revelación de la conspiración que se va cocinado a fuego lento, también en cómo las dos se desinflan a partir de la mitad del metraje con las explicaciones de guión, aunque en "Déjame Salir", el tema social estaba mucho mejor tensionado.

Pero al margen del marketing con el que nos quieren vender la película ¿Qué es lo que falla en ella? Evidentemente falla la idea principal. No me la creo. Tendré que explicarlo en el spoiler. Sólo quiero adelantar una cosa: creer lo que ocurre en esta película, o más bien CÓMO ocurre, esas "cosas extrañas" de las que se habla en la sipnosis que suceden todas las noches cuando hay juerga... es como creer que una cagada deja de oler a mierda solo con rociarla con perfume. Y hablo de cagadas, porque la película empieza con una. Y también de perfume, por la importancia que tiene este elemento como se verá en la zona spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
"Parpadea dos veces" no inventa nada y echa mano de la estructura del rape and revenge. Violación y venganza. Un género viejo que ha ido evolucionando según pasan los años. "Escupiré sobre tu tumba", que ponía al frente de la venganza a la propia mujer agravida, ya es de 1978. Emerald Fennell hace nada (2020) seguía con la temática en la extraordinaria "Promising young Woman". De esta misma directora, en la también genial "Saltburn" (2023), tenemos mucho de confrontación de clases y ricos pasándolo bien, rodada con mejor pulso y baba más corrosiva.

Aquí la supuesta vuelta de tuerca al género, viene de que no sólo una chica, sino que un grupo de mujeres (5) son vejadas todas las noches en juergas de gente de pasta (todos hombres + 1 mujer cómplice con rol de secretaria), y por la mañana no se acuerdan de nada. ¿Es porque utilizan un perfume que tiene esencia de una planta de la isla? ¿Porque se lo rocían todas las mañanas sin que nadie las obligue a ello? ¿O será por unas gotas de algo que se toman durante la cena? ¿Cómo los malos se aseguran que todas se echen perfume o se tomen sus gotas? yo qué se... La película da a entender que el abuso es en plan rollo bacanal con mucho rico implicado, salvajismo, fotos, souvenirs en bolsas rojas... pero el caso es que a la mañana siguiente ellas tan frescas, pocas secuelas, si tal una mínima magulladura en un brazo. No se acuerdan de lo malo, sólo de que lo pasaron muy bien. Durante un buen trecho ni una mención a lagunas mentales.

Llega el momento de la revelación: Parece ser que te acuerdas de lo que te hicieron si te muerde una serpiente. O una nativa sin venir a cuento te da de beber su veneno. El veneno de serpiente cómo antídoto. La mujer nativa como cliché racista.

Pues así de estúpido es el gran giro de la trama. Se pudo hablar sin más de sumisión química sin tanto floripondio inverosímil. Qué mayor terror que la cruda realidad. Antes del giro hay mucha superfiesta de megaricos que están rodadas tan mal, que los cumpleaños de mi tía Paqui, que en octubre cumple 85, me parecen más fashion. Y después de desvelarnos el enigma hay un batiburrillo de sangre y apuñalamientos, disparos y peleas, la típica escena en la que con un cristal roto se corta la cuerda que te amordaza..., un poco de sororidad también (la prota hace piña con otra de cero a cien) pero tampoco conviene pasarse de sororidad, ya que hay mujeres que sabemos que sólo están ahí para verlas morir porque son rubias aunque sepan jugar al ajedrez.

Después está el final. Que en caliente cuela, en cuanto sales del cine, ya no. La conclusión es que si tu violador es rico merece la pena convertirlo en mejor persona haciéndole olvidar selectivamente ciertas cosas, por ejemplo, que no le gusta la carne (sí, en serio), todo ello, para poder disfrutar con él de una vida de lujo.

Curiosidad: Por la película, junto a las gallinas, también andan como pollos sin cabeza todo el reparto de secundarios: Christian Slater (Adso de El nombre de la Rosa). Haley Joel Osment (el niño de El 6º sentido), Geena Davis (Thelma & Louise), Kyle MacLachlan (el agente de Twin Peaks) o un tal Levon Hawke, hijo nepobaby de Uma Thurman y de Ethan Hawke. La pareja protagonista no pasa de actuación correcta. Ella (Ackie), mejor que él (Tatum)

PD. Me acaban de chivar por el pinganillo que la propia directora (novia del protagonista Channing Tatum) es hija nepobaby de Lisa Bonet y Lenny Kravizt, y que Jason Momoa, ex de Lisa Bonet, es padre de sus hermanastros, y que a su vez, Momoa es novio actual de Adria Arjona, que es una de las actrices de esta película (de las que no mueren), hija del cantante latino Ricardo Arjona... Adria Arjona en una entrevista dice que consiguió el papel después de una audición... Podrán pensar que esto nada tiene que ver con la calidad de la película, pero sí que no debe pasarse por alto, cuando su valor artístico parece que tenga que ver más con una intachable reinvidicación social (metoo), que por su propia coherencia.
8 de marzo de 2025
124 de 168 usuarios han encontrado esta crítica útil
La copia americana de Bong Joon-Ho es una americanada. Y aquí podría acabar mi crítica. Pero como tengo ganas de explicarme un poco más y contradecir a los que ya hicieron su crítica antes de su estreno en salas el 07/03/2025, es decir, a aquellos de los que dudo que hagan crítica amateur cuando duplican sus apreciaciones en webs (con publicidad) antes de que el populacho acceda al filme... pues diré (que me voy por las ramas) que es triste ver a un director tan personal, incluso interesante en sus películas coreanas menos redondas, arrastrar su valía por el vil metal hollywoodense en una especie de blockbuster de aventuras espaciales que peca de lo mismo que el 95% del cine americano actual: De infantilizar al espectador y darle el chupete mojado en azúcar. Ni Park Chan-wook en su aventura americana (Stoker) cayó tan bajo, lo que viene a ser la prueba de fuego de que uno es mejor director que otro.

¿Cuánto se suavizó aquí la mala baba para llegar al mayor número posible de espectadores? La premisa inicial daba para mucho más juego, no cabe duda, y Bong Joon-Ho quita revoluciones a la sátira política, que es dónde este Mickey 17 hubiese ganado músculo, para como un trilero, ponerse a mezclar Guardianes de la Galaxia con Los Minions (Aquí otros harán sesudas comparaciones con "Moon" de Duncan Jones, emparejamiento, del que me perdone Chucky Belarra, me ría con mi gracejo gallego).

Todo ese abanico de posibilidades que pudiese abrir Mark Ruffalo como comandante en jefe y su primera dama, que van de crucero colonizador por el espacio... ese abanico de posibilidades, digo, que bien pudiese satirizar a tiranicillos contemporáneos, o bien meter el dedo en la herida como "No mires arriba" o "Idiocracia", se va por el retrete como si estuviesemos en un sketch de José Mota. Ruffalo (José Mota Ruffalo), de hecho, se pasa de rosca, no está a tono con el resto de los personajes, como cuando José Mota se pone a hacer el payaso delante de un famoso cualquiera que no le sigue la sobreactuación, lo que lo convierte en un muñeco con resorte en medio de la contención del resto del equipo. Pattinson como Mickey encabeza a este equipo, en la piel de un protagonista agilipollado, memo, bobalicón, tan aburrido que se nos hace antipático al poco tiempo del metraje. Qué tío tan poco carismático este Mickey. Queremos que lo maten pronto a ver si mejora con las nuevas versiones. Pero no se hagan ilusiones. La cosa puede ir a peor. Y con dos Pattinson en pantalla haciendo papel doble (dos Pattinson no es mejor que uno) sólo es posible llegar a apreciar las diferencias en la actuación, marcándole a uno la mejilla.

Quizá si llegara a Mickey 325, Pattinson sacase una luz brillante, de puro pulir, a su grisácea y siempre estreñida composición de personajes. Desde Crepúsculo me ha parecido que este actor está deseando acabar de rodar para ir a dormir a un panteón o a que le hagan una transfusión de sangre. Que se tome vitaminas o lo seguiremos viendo en interpretaciones insulsas. Y en MIckey, si no quieres caldo, 17 tazas! Hasta Jerry Lewis le sacó más partido a la dualidad vital en su profesor chiflado. Recordemos que Robert Pattinson es un modelo reconvertido a actor que se forró con la saga de Crepúsculo (5 películas, la última del 2012) y arrastra desde esa época un fandom que sirve para rentabilizar cualquier película. Él aborrece esa etapa y en la propia promoción de la saga decía que su vampiro era un tipo rídiculo maniaco depresivo, y que los gritos de los fans era como el sonido del infierno (que si él estaba allí, vamos, era para hacer caja). Después de eso, como lo cortés no quita lo valiente, y que sea un actor del montón no quita que sea inteligente, se ha dedicado a colocarse en proyectos diversos con distintos directores, pero casi todos buenos o muy personales. De la francesa Claire Denis (High Life) hasta el pestiño de El Faro de Eggers, pasando por Nolan o Corbet. Pero que participe en historias tan diferentes, no permiten decir que él mismo tenga variedad de registros. Sigue siendo "érase una vez un hombre a una mandíbula pegado". Una de las mejores mandíbulas, que con la boca cerrada, supieron hacer de Batman. Y por encima de la mandíbula una mirada narcotizada, inexpresiva (curiosamente tipo Chalamet). Dice que para hacer a Mickey tenía en mente a Buscemi (este sí un actor camaleón). Muy bueno: piensen ahora en el meme Expectativas versus realidad. Para Pattinson cambiar de registro es encorvarse o ponerse erguido.

Volvamos a Mickey 17: Los coreanos saben manejar muy bien los tiempos narrativos. Son unos genios con los flashback, elipsis y dividir la trama en piezas que al final se juntan para resolver el puzzle. Aquí hay un flashback inicial de 30 minutos que no está mal resuelto pero después, a cuento de no sé qué, nos meten una historia de cuando Mickey era pequeño y un botón rojo... el trauma, la culpabilidad, etc... bueno, ya lo verán ustedes, pero les adelanto que es el típico recurso facilón de los guionistas americanos que se dirigen a sus compatriotas palomiteros para darle profundidad a un personaje, y solo hace falta un poco de cultura cinéfila, no mucha, para oler el cartucho quemado. Falla también la transposición de el peculiar humor oriental: excitado y exagerado. Y apreciarán cierto estiramiento hasta el límite del bostezo de diversos situaciones (¿con la intención de superar las 2 horas de metraje?): véase la escena de la cena, el encarcelamiento, el enfrentamiento con los bichos desde la sala de mandos que podría pertenecer a cualquier película de relleno de cartelera.

Pues para eso ha quedado Bong Joon-Ho. El incisivo director de "Parásitos" que se distinguía por su minuciosidad: En un conformista director de película para todos los públicos en el peor de los sentidos, edulcorando tramas, sin profundidad, superficial, rodeado de actuaciones ridículas, subrayando mensajes por si no nos enteramos, monstruos cuquis y final made in hollywood, sin gracia ni originalidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿Alguién se puede creer que el personaje de Naomi Ackie (la única que se salva del elenco) se quiera follar a Mickey? ¿Dónde están esos personajes (así a bote pronto se me ocurren: Brian, En la vida de... o el inigualable CC Baxter de El Apartamento, Cecilia de la Rosa Púrpura...Jake y Elwood Blues), que a la vez que el destino los convertía en irremediables perdedores eran empáticos y carasmáticos, y no cretinos integrales?

Otra pregunta más sobre un agujerillo de este guión que se empeña en subrayar cada detalle de la impresión de copias humanas: ¿En dónde se nos dice que las versiones de Mickey pueden diferir en personalidad?

Un último apunte: me obliga el equipo de Filmaffinity a comentar en esta zona spoiler que el final es asquerosamente feliz (como explicaba arriba y repito: sin las más mínima gracia ni originalidad). Pues queda dicho. Ea!

Post scriptum: Para un trabajo del director que puso patas arriba los Óscar con la primera película de habla no inglesa en llevarse el premio gordo, amén de otros tres (dirección, guión y película internacional), además de la Palma de Oro... tras 6 años madurándolo, la valoración de su nueva película, utilizando la palabra interesante (6 points) sólo cabe en la expresión "interesantemente flojo" (es decir, 3 points)

Esperando que pase pronto a su próxima versión: Bong Joon-Ho 18
14 de agosto de 2023
109 de 144 usuarios han encontrado esta crítica útil
No nos dejemos engañar por el punto de partida porque en esta película hay un despliegue visual muy interesante, pero es que Islandia es así. Ahí va uno con una cámara y se mueve un poco por la ring road y ya tienes media película hecha con la paisajística sobrenatural y sobresaliente de la tierra volcánica. Soporto películas aburridas como esta solo si están rodadas en Islandia. Y cuando se rueda en Islandia y a poco que el director muestre un poco de empatía con el espectador y tenga un guion medianamente bien encuadernado, la puntuación se me dispara: Corazón Gigante: un 9. Sparrows: un 8. Rams y The Deep: un 7... Un blanco, blanco día, de este mismo director, Palmason: un meritorio 8

Y es que aquí hay muy poca historia. Quizás se sublimina en el estudio de la masculinidad, pero bueno... Lo mismo me dijeron algunos de El Faro de Robert Eggers, que qué pasada de película (me dijeron), su mensaje sobre el hombre blanco y tal (me dijeron), y si tengo que volver a ver cualquiera de las dos, nunca más abriré un paquete de la gula del norte... pero por qué esa mala obsesión de estas pelis con los peces gelatinosos!!

Quisiera advertir a otros cinéfilos que no se dejen llevar de la mano de esas puntuaciones estratosféricas que van al 8 e incluso al 9. Esto no es un western, como algunos nos indican sin abrir miras. Si llamamos western a esto podemos decir que "Vente a Alemania Pepe" también lo sería en el momento en el que Alfredo Landa regresa de Berlín para conquistar su pueblo Paralejos en el alto Aragón. Aquí no hay tensión. Yo diría que tampoco hay villanos (aunque alguien dirá que qué mejor villano que el que hay en uno mismo, jejeje... o qué mejor villano que el dios silente... mis dieses para vosotros). No hay tampoco pueblos o ranchos en peligro... No hay disparos. No hay ningún momento épico. El tabaco no se escupe. Se fuma mucho en pipa.

Hay caballos. Eso sí. Durante toda la película vemos caballos. Locos los dobladores a mover los cocos. Algunas veces me sobran caballos y me faltan personas. Hay de las dos horas y pico de película, planos de caballos a tomar por saco en el paisaje negroverde islandés. Hay también un caballo descomponiéndose. Así se la gasta el neowestern vikingo. La conquista del salvaje oeste escandinavo. El caballo en descomposición como imagen del devenir existencial y el eterno retorno. Flipante. Lo nunca visto, vamos.

No diré que la película tiene sus cosillas. Hay una parte inicial interesante. Cuando sale la expedición. Después maldita la hora en que no cogieron un maldito barco para ir a donde maldito el sitio donde tenían que ir. "Cómo no habéis venido en barco?" pregunta un tipo guasón, y esa me parece la mejor frase. Pónganle un marco. Hay escenas en la celebración de la boda, también buenas, esa lucha libre de pirolas, no lo voy a negar, muy bien ahí el homoerotismo reprimido... Todo lo demás es un poco pretencioso y repetitivo. Andar en círculos. Como si rodar algo que sucede a finales del S. XIX sólo se pudiese hacer poniéndose la gorra transcendental de la lentitud. Será que si mueves la cámara rápido igual te sale un repartidor de Glovo en la lontananza repartiendo pizza. Y sobre todo: Los actores: Muéstrense siempre deslumbrados por el ojo del culo de Dios. Y si no saben poner esa cara transcendental, enseguida se arregla. Aquí los personajes tienen dos registros emocionales: con barba y sin barba. Los hombres se llevan mal pero Palmason mal nos lo plasma, la palma cuando empalma planos sin plan. Y las mujeres... las mujeres... en fin. Las mujeres se dedican a estar ahí, como la laboriosa mujer del duro territorio conquistado por el hombre, su padre, que la vemos desplumando una gallina o cogiendo un cacerolo de agua hirviendo como si se pasase su vida comiendo ensalada en el mcdonalds y le sirviesen té de mandarina. Que pocas ansias, señorita. Ni se nos pone un buen primer plano de ella fumando en pipa.

Alguno pensará: hablas de aburrimiento, hablas de lentitud. Bah... ya tenemos al que se hace manolas con fast and furious. No se equivoquen. Esto no es una película en el que cada detalle aporta, ni aportan información ni sentimiento. Aquí los detalles rellenan el guion flojo, el tempo larghissimo oculta personajes vacuos y sin cabeza. Tanto me da lo que les pase. Como si se vuelven para Dinamarca a leer a Kierkegaard y a quemar biblias.

También hay alguna marca de estilo del director que ya utilizó en "un blanco, blanco día". que si en aquel momento me parecieron buenas ideas (como el paso de las estaciones o las fotos presentación de los personajes), aquí, por repetitivas, me supieron como cuando comí las patatas matutano al jamón por segunda vez. Como si el director cogiese cosas buenas que sabe hacer bien y bueno, allá van de nuevo. Mira qué gracia. Eso lo lleva haciendo Wes Anderson en sus últimas veinte películas y así le va. De cabeza a su infierno particular.

Esta es tu película si viste El Faro dos veces seguidas (excluyendo suicidas). Asistentes a las JMJ o si tienen dudas de fe (¿en serio, a estas alturas del S XXI poniéndose en el pellejo de un cura del XIX?).

Huyan si... mmmm... les gustó la anterior película de Palmason. Huyan si alguna vez vieron un western y lo pasaron pipa. Yo qué sé... El árbol del ahorcado, por ejemplo, Dead Man incluso.
12 de agosto de 2024
22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
André y Vera, pareja, tienen un proyecto de una app sobre salud femenina, buscan financiación y asisten a un congreso de captación de fondos. Paralelamente, Vera, va a la psicóloga que con una terapia hipnótica la ayuda a ser ella misma.

La película abre varios frentes y en un tramo largo nos mantiene bastante despistados. Por ejemplo, la idea de esa app seguramente solo servirá para que André y Vera se llenen los bolsillos durante unos años con el dinero de alguna subvención o con la ayuda de los amigos de mamá. En este caso los amigos de mamá son los de ella. Vera es la que tiene una madre forrada. Quizás el pelotazo lo darán reuniendo datos de los usuarios y poder venderlos a terceras compañías. Son las ventajas de vivir en el primer mundo, se llame Suecia o se llame Noruega. Puedes vivir del cuento sin pegar golpe. El caso es que la película podría ser una crítica al capitalismo extractivo de datos. Podría ser un retrato cruel de los idiotas que estudian ADE con la finalidad de forrarse en el menor tiempo posible. O de los gurús financieros.

También asistimos a la transformación de Vera. Harta de que decidan por ella, empieza a hacer lo que le dé la gana. Entonces ¿podría ser la historia de una liberación femenina? ¿de una mujer que escapa a la dictadura de otra mujer, su madrísima? Y de rebote, ¿podríamos asistir en vivo y en directo a la historia de la ruptura de una pareja entrañable?

Todos estos escenarios entran en juego sin que la película pierda interés, porque en esa liberación de Vera, asistimos a lo que parece ser la destrucción de la relación sentimental, la de empresa que se traen entre manos, y quien sabe si también a la destrucción de la propia personalidad de André, del que que nos da verguenza ajena verlo arrastrarse mendigando un poco de éxito laboral.

Sin embargo, el verdadero alcance de la película lo vemos en sus últimos 5 minutos. Demasiado tarde nos lo cuenta el director. Va explicado en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Una de las escenas clave de esta película (al comienzo) es cuando Vera, desatada, ya con los efectos de la sesión de su psicóloga en las venas, escucha música irlandesa en el coche y se pone a bailar diciendo que es como la música de cuando Rose baja a bailar con los pobres del Titanic. Dice: pobres. Y André se sorprende por el término empleado. “¿Has dicho pobres?”. Este pequeño diálogo ya nos ha puesto alerta, porque Vera y André, que trabajan con la idea de una app (cuántos más pobres la usen, más dinero podrían conseguir), no dicen “pobres”, ni en sus presentaciones de power point, ni en sus reuniones sociales.

Detrás de la negativa a utilizar la palabra “pobre”, cuando se es rico, se esconderá, posiblemente, una auténtica aporofobia. Más adelante André (mitad de la película) negará que sus padres vivan en una casa flotante. Él dirá que tienen un barco. También negará que la profesión de sus padres es la de ser payasos. Para él son artistas dramáticos.

También sabremos que la madre de Vera se asegurará que su hija y su novio tengan, a pesar de lo que ocurra con los inversores, un despachito y apoyo financiero para seguir con la idea de la aplicación.

Ese es el cuadro de los personajes principales. Vera es hija de mamá. André es un muerto de hambre. Puede que ahora entendamos el comportamiento de cada uno de ellos. La desesperación de André por realizarse en la idea de la app, para crecer socialmente. El desinterés de Vera en un trabajo que ve como imposición y que ataca su línea de flotación, un trabajo que la obliga a inventar un relato sobre su menstruación, a mentir sobre sus vivencias más íntimas, cuando está en fase de autodescubrirse y repararse. Esta revelación nos llega algo tarde y se muestra de forma tan blanda, tan poco apuntalada y subrayada, en medio de tantas temáticas, que no es capaz de levantar la falta de empatía con los protagonistas. Durante hora y pico no acabamos de comprender las motivaciones de sus comportamientos.

El final es buena metralla, esos últimos 5 minutos (la meada en el router que es la neomeada, el sustituto de la antigua meada en la alfombra). Pero al abrir previamente el director tanto el abanico de las temáticas, cuando opta tan sólo por una de ellas para ir despidiendo el espectáculo, y tan a destiempo, se nos ha quedado la triste sensación de que se ha podido hacer mucho más para poder definir bien lo que se nos quería contar. Para este viaje no hacían falta tantas alforjas.

Volvamos al final. Vemos como André se autoinmola socialmente para salvar a Vera. No contaré aquí cómo porque es la gracia de la película. ¿Pero y Vera? ¿No parece llegar a la conclusión, con esa mirada de autocomprensión en la cuenta atrás del final, de que estar con André, ha sido realmente como bajar a tercera clase a bailar con los pobres? A divertirse un rato. Conseguir que él se comportase, por fin! públicamente como los payasos de sus padres, ha sido algo así como una victoria personal que a ella le sirve para humillar a su madre, pero que sabe (y le viene el flash), que ella siempre será la superviviente y se mantendrá a flote encima de la puerta que le ha brindado su novio, mientras se hunde el Titanic. Nunca dejará de ser rica. Y André nunca dejará de ser hijo de unos payasos. La relación está finiquitada y ese alejamiento de ella, que se queda un poco atrás cuando cierran la escena final, ya nos lo adelanta.

Este es el gran tema de la película. Una relación de diferentes clases sociales. Es una pena que el director no haya ido a por ello y a por todas, una pena que se haya dejado llevar, dispersando el discurso y la atención del espectador, por otras muchas cosas que queda guai hablar de ellas en las entrevistas promocionales.
10 de abril de 2022
21 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Es divertida pero de repente no lo es, y eso de lo que me reí hace un rato, ahora tengo más información y quizás no debería haberme reído. A mí, cuando como espectador una película me da esas sensaciones lo agradezco mucho."

"Yo creo que Netflix tiene mucha culpa en la estandarización de las cosas que hemos hablado. Ellos, tengo entendido que hasta te dan la lista de cámaras para rodar donde no hay ninguna de 16 mm. Hay una estandarización de actores, de interpretaciones... da igual que sea una película lituana que de aquí, todo parece igual."

Así habla Chema García de su primer largo que está fuera de lo estándar. Esto no es Netflix. Esto no es quizás tampoco cultura pop ni posmodernismo. En todo caso es la subversión del género. Esto es punk. En los tiempos que corren lo subversivo es lo que se sale de lo estándar, abre el foco, rueda en cierta periferia de las sensaciones y genera cierta incomodidad.

Se acuerdan del bofetón de Will Smith a Chris Rock, pues él se rie del chiste que hace el cómico de su mujer calva, y después se levanta y lo abofetea. En la moral de lo posmoderno dar una hostia al bufón puede estar justificado. Pero ese es otro tema. Lo que quería decir que en ese gran momento, icono de la sensibilidad cinematográfica del siglo XXI, lo subversivo es lo que siente Will Smith, la incomodidad que provoca tu propia risa.

Espíritu Sagrado es drama. Podría decir que es una comedia dramática pero lo más horrible que se nos cuenta se come las risas. Existen los dramas cómicos. Pues eso. Un drama cómico porque lo que se nos muestra es el barrio pobre, el puesto callejero, el mercadillo, la feria, el heroinómano, la vivienda social, la precariedad, la enfermedad y los estafadores, los manipuladores, la maldad que picotea en los más débiles o vulnerables, en los que se dejan seducir por los cantos de sirena de una vida mejor en comunión eterna con los extraterrestres.

Hay a quien le costará entrar. Bien por ese transfondo incómodo, bien por la forma lateral de abordarlo (desde el humor), bien por el propio tipo de humor que se emplea (bizarro, surrealista, politicamente incorrecto), o bien por cierto realismo crudo en la dirección artística o un casting de actores amateur. Que trabajazo por dios en las localizaciones y el diseño de interiores. Hay cierta sordidez nostálgica, ese kitsch del quiero y no puedo, que nos acompaña a diario pero que nunca sale en el cine. En esta película el cutrerío simpático alcanza cuotas imaginables de ocupación por metro cuadrado: fijénse por dios en ese bar, en la inmobiliaria o en todos los anuncios que salen en la tv local, la música!... O en toda esa caterva de personajes que por dios juro que conozco a unos cuantos en mi propia vida o ya no sé si yo mismo podría ser uno de ellos.

Leamos algo más de lo que dice el director sobre estas cosas de las que acabo de hablar:

"Un almacén de atrezo es un sitio enorme donde hay 500 sofas, 500 sillas, todas con una etiquetita y vas allí con quien se encarga del diseño de producción y dices, quiero el sofá 43, y las sillas 32. Das una hoja a la salida, te lo cargan en un camión y en una tarde tienes todo el atrezo de la película. ¿Qué pasa? Pues que es igual que el de una serie que van a hacer al día siguiente o el de una peli que viste ayer. No es que se parezca, es que es el mismo, el mismo objeto físico, y eso ha creado una uniformidad de la dirección artística de las películas que me parece terrible, y aquí Leonor Díaz ha evitado ese proceso, igual que en la búsqueda de localizaciones. Queríamos que hayan sido vividas. La casa donde transcurre la trama está vivida hasta hace muy poco. Era una casa a la venta que alquilamos y es un trabajo enorme. Aquí hemos tardado meses en encontrar todo, y evidentemente es mucho más laborioso, pero se nota que es algo que existe, que lo reconoces" y sobre los actores... "No es mandamiento, pero me gusta tanto (trabajar con actores no profesionales) que no tengo necesidad de dejar de hacerlo. Me provoca tanto disfrute que no veo por qué dejar de hacerlo. Siempre les digo, si quisiera que la peña actuara llamaría a un actor, pero quiero un naturalismo máximo, casi documental, así que olvidaos de actuar.

En fin, me doy cuenta que no es una película mainstream para todos los públicos. Pero estoy seguro que es de esos títulos que irán ganando posiciones en el ranking del cine patrio transgesor. Podrá gustar a los que se divirtiron con Carmina o revienta, los que gustan del humor negro de Azcona, del toque surrealista de Fesser. Los que se vieron más de dos películas de John Waters, Aki Kaurismäki o Ruben Östlund. Los que no piden la cabeza del bufón cuando hace un chiste.
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