Puede que sea la película más personal de Louis Malle, ya que desarrolla sus vivencias en plena Segunda Guerra Mundial interno en un colegio religioso. Y me recuerda algo a la reciente "La zona de interés" porque el conflicto bélico se intuye más que se presencia. Los intramuros del recinto católico encierran libremente el crecimiento de los niños y adolescentes, con la curiosidad, el descubrimiento y las ganas de divertirse a pesar del momento tan caótico que se vive. Se plasma la vida en con una naturalidad elogiable, nada forzada, aunque, a veces, con frialdad.