Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with gremblin
0
Listas
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de gremblin:
8

Voto de gremblin:
8
6.3
636
3 de abril de 2025
3 de abril de 2025
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay justicia en el mundo del cine, La noche eterna debería estar en la boca de todo amante del thriller que se precie .Este joven belga con nervio cinematográfico, ha hecho lo que otros tardan años en perfeccionar: atrapar al espectador en una odisea nocturna sin descanso, sin respiro, sin tregua.
Esta película no pide permiso, no duda, no titubea. Desde el primer minuto, te agarra por el cuello y te arrastra por una Bruselas sucia, vibrante, peligrosa. Jonathan Feltre se mueve por el caos como si su vida dependiera de ello—que, de hecho, depende. No hay adornos ni tiempo para la pausa. La cámara se lanza a las calles como si fuera un personaje más, acompañada por una banda sonora que retumba como el latido de un corazón al límite.
En este viaje de adrenalina, Natacha Krief deslumbra con una presencia magnética: encantadora y letal a partes iguales. Cada decisión, cada giro, cada mirada es un golpe directo al espectador. Y lo mejor de todo: aquí no hay moralina barata. Ni discursos oportunistas. Solo acción. Solo cine puro. Solo un relato de supervivencia en el que cada minuto pesa.
Pero aquí está la tragedia: este tipo de cine, el que se hace con pasión, riesgo y una clara visión artística, muchas veces se queda atrapado en festivales y ciclos de proyección limitados. La noche eterna debería estar reventando salas, generando conversación, marcando tendencia. Que no lo haga sería un crimen. Y si eso ocurre, solo nos quedará el consuelo de saber que hemos sido testigos de algo electrizante, de una de esas joyas que el tiempo acabará rescatando.
Michiel Blanchart, no te detengas. Si este es tu debut, el futuro promete vértigo.
Esta película no pide permiso, no duda, no titubea. Desde el primer minuto, te agarra por el cuello y te arrastra por una Bruselas sucia, vibrante, peligrosa. Jonathan Feltre se mueve por el caos como si su vida dependiera de ello—que, de hecho, depende. No hay adornos ni tiempo para la pausa. La cámara se lanza a las calles como si fuera un personaje más, acompañada por una banda sonora que retumba como el latido de un corazón al límite.
En este viaje de adrenalina, Natacha Krief deslumbra con una presencia magnética: encantadora y letal a partes iguales. Cada decisión, cada giro, cada mirada es un golpe directo al espectador. Y lo mejor de todo: aquí no hay moralina barata. Ni discursos oportunistas. Solo acción. Solo cine puro. Solo un relato de supervivencia en el que cada minuto pesa.
Pero aquí está la tragedia: este tipo de cine, el que se hace con pasión, riesgo y una clara visión artística, muchas veces se queda atrapado en festivales y ciclos de proyección limitados. La noche eterna debería estar reventando salas, generando conversación, marcando tendencia. Que no lo haga sería un crimen. Y si eso ocurre, solo nos quedará el consuelo de saber que hemos sido testigos de algo electrizante, de una de esas joyas que el tiempo acabará rescatando.
Michiel Blanchart, no te detengas. Si este es tu debut, el futuro promete vértigo.