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Voto de PITERUSTINOF:
3

Voto de PITERUSTINOF:
3
5.0
467
24 de abril de 2025
24 de abril de 2025
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No aporta un átomo de originalidad y sí muchos detalles de horror.
El sonido lo hicieron de vuelta en el metro, en varias escenas es imposible entender lo que se dice.
Antonio Resines parece una caricatura tosca y burda de él mismo. Hace tiempo que no actúa, repite un papel y en esta película se disfraza de su peor versión. Quien le puso la txapela de esa manera en la película es un enemigo declarado del pueblo vasco.
Mucho reparto y poca chicha. Parece que se quiere delegar en los rostros la acción de arrastrar gente al cine, demostrando poca fe en la propia cinta. Quizás por eso Jordi Sánchez aparece hasta en el cartel y no pasa del minuto 10 en pantalla. Desaprovechados casi todos en papeles menores.
Aparece un lehendakari encarnado por uno de los mejores actores vascos de comedia y resulta que le dan un papel absurdo (de un innecesario lehendakari con dos escoltas de dibujos animados) y encima, le doblan la voz, muy característica del actor Santi Ugalde.
Personalmente, Inma Cuesta y Gorka Otxoa salen dignamente del trance, con personajes mejor definidos y con un guion que les permite, cuando menos, evocar a la película original sin torcer el gesto.
El sonido lo hicieron de vuelta en el metro, en varias escenas es imposible entender lo que se dice.
Antonio Resines parece una caricatura tosca y burda de él mismo. Hace tiempo que no actúa, repite un papel y en esta película se disfraza de su peor versión. Quien le puso la txapela de esa manera en la película es un enemigo declarado del pueblo vasco.
Mucho reparto y poca chicha. Parece que se quiere delegar en los rostros la acción de arrastrar gente al cine, demostrando poca fe en la propia cinta. Quizás por eso Jordi Sánchez aparece hasta en el cartel y no pasa del minuto 10 en pantalla. Desaprovechados casi todos en papeles menores.
Aparece un lehendakari encarnado por uno de los mejores actores vascos de comedia y resulta que le dan un papel absurdo (de un innecesario lehendakari con dos escoltas de dibujos animados) y encima, le doblan la voz, muy característica del actor Santi Ugalde.
Personalmente, Inma Cuesta y Gorka Otxoa salen dignamente del trance, con personajes mejor definidos y con un guion que les permite, cuando menos, evocar a la película original sin torcer el gesto.