Chris Sanders, el realizador de Robot salvaje, lo es también de dos películas tan estupendas y recordadas como Lilo & Stitch y la primera Cómo entrenar a tu dragón. Sin duda, un hombre que comprende el poder de la emoción en el cine.
No por casualidad, Robot salvaje es una de las películas más clamadas por la crítica de 2024, y sin duda ya la gran favorita para ganar el Oscar a Mejor Película de Animación (a pesar de la presencia de Del Revés 2). Es natural: la película es una preciosidad. Lo es desde el punto de vista de la animación, realizada para que parezca "pintada" a mano como un óleo (atención a la paleta de colores tan impresionante, sobre todo en las escenas nocturnas), y sobre todo lo es desde el punto de vista de una historia llena de alma, corazón y sensibilidad. Es, simple y llanamente, una historia de emociones, que apunta al corazón y la emotividad del espectador. Imposible no caer rendido ante la relación de Roz y Brightbill, la simpatía de Fink o el instinto maternal de Pinktail, personajes inolvidables, en parte gracias a las voces maravillosas que hay detrás de la interpretación, que son las de Lupita Nyong'o, Kit Connor, Pedro Pascal o Catherine O'Hara, entre otros.
No obstante, hay que reconocer también que Robot salvaje no brilla especialmente por su originalidad, y no sólo porque existan dos películas llamadas El gigante de hierro y WALL-E, con las que tiene bastantes puntos en común. Todo en ella suena a dejà vu porque hemos visto ya mil películas (animadas, sobre todo) que apuestan por el sentimiento por encima de todo y nos cuentan una relación materno-filial entre dos seres muy diferentes entre sí. Quizás es algo exagerada la reacción crítica, teniendo en cuenta lo poco o nada que innova, más allá de la técnica de animación (y tampoco, porque la hemos visto sin ir más lejos en la excelente El gato con botas: El último deseo). Decidan ustedes si la palabra es "sobrevalorada".
Con todo, una de las cintas más especiales y hermosas del año.

Lo mejor: Su emotividad, arrebatadora, y la preciosa animación.
Lo peor: No sorprende demasiado.