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Voto de Ferdydurke:
5
7.2
50,207
Drama. Romance
Alemania después de la II Guerra Mundial. Michael Berg (David Kross), un chico de quince años, pierde el conocimiento mientras regresa del colegio. Hanna Schmitz (Kate Winslet), una mujer seria y reservada que le dobla la edad, lo recoge y lo lleva a su casa. Entre ambos surge un apasionado y secreto idilio que se ve interrumpido por la misteriosa desaparición de Hanna. Ocho años más tarde, siendo estudiante de Derecho, Michael vuelve a ... [+]
21 de abril de 2024
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cultura nos hará libres (y buenos). Lee y no te volverás nazi, despierta.
La primera parte es una fantasía sexual clásica, masculina, para variar, de andar por casa, en este caso chico con milf que se diría ahora, categoría taxonomía pajillera, la segunda, porno duro drama juicio alemán en el que se plantean montones ingentes de cuestiones de alto copete la mar de interesantes y sesudas de la forma más superficial, sensacionalista, burda y torpe, esas miradas que se echan las malosas, esa acusación de golpe al galope de todas contra la otra, la enamorada de estudios abogada compañera..., la tercera es bellísima con las infinitas rimas y la coda o ristra de sucesivos epílogos es un rizar el rizo hasta el infinito, se pasan, un poco, mucho, no puedo, me muero.
En resumen o verdad, es una película de una increíble densidad en cuanto a la inmensa cantidad de ideas, sentimientos y emociones que expone o muestra maneja en casi todas las variaciones o grados, anonada, fascina, goza, asombra, pero, la pena es que la mayoría de las veces está todo resuelto o mirado por esa visión jolivudense de las cosas que sacrifica en el altar de lo espectacular o explícito obvio o más llamativo lo que podría ser su mayor baza en cuanto a profundización o capacidad de sutileza, nadie es perfecto, ni siquiera del/en el Norte de América.
(Spoiler aquí mismo por falta de espacio más abajo)
La ceremonia, aquella peli de Chabrol. Empiezas por no saber leer y acabas asesinado a ciento y diestro siniestro en cualquier de concentración campo. El analfabetismo es malo.
El retrato de ella es muy rico y valioso, que no es nada, Lacombe Lucien, tabula rasa, ni mala ni buena, se adapta a su tara, huye, sigue, y de esa mala manera acaba cometiendo aberraciones sin cuento, un ser amoral, desconoce ese aspecto, como un animal, sin civilizar, acultural, buen salvaje, sin domesticar, embrutecida, pero, esa es la cosa, humana, demasiado humana, sensible, con anhelo, con ansia viva de belleza y trascendencia, El perfume, de cultura, de grandeza.
Y ella sirve como reflejo exacto del absurdo de todo ya que acaba perpetrando los mayores crímenes por cumplir su cometido y ser eficiente y responsable y lógica y hacer las cosas como dios o el diablo mandan, con criterio, como toca, por ser honesta, es la única de hecho, esa es la paradoja o jodienda, pagan (no) justas por (sí) pecadoras, ella se lleva la mayor condena y es la única que dice la verdad, que no es mentirosa, a lo que hay que añadir que igualmente se desvalora y ridiculiza la relación entre ellos al quedar claro que ella elegía a chicas jovencitas para que la leyeran, por lo tanto, él pasa a ser uno más, otro eslabón de la cadena, pierde sentido como individuo y se convierte en masa, amorosa, lectora, uno más en la lista, suma y sigue, indistinguible, por lo que ella es un monstruo y, a la vez, todo lo contrario, y, además, se ve cómo al final lo que le lleva a la perdición no es su maldad intrínseca, sino su incapacidad para asumir lo que es, su condición, que en este caso lo reducen, y eso no está bien, es una limitación, madre del cordero, corazón delator, a su analfabetismo, prefiere ocultar ese hecho antes que salvar el pellejo o quitar la vida a quién o cuántos sean, en la desproporción disparatada entre el origen del conflicto y su resolución se plasma el sinsentido de todo, la complejidad delirante y ridícula de la conducta humana que muchas tantas veces actúa irracionalmente, por motivos enrarecidamente grotescos a la par que primitivos, vergüenza por ejemplo.
La idea o planteamiento, como decíamos, merece la pena como apuesta, otra cosa es que tal como está, queda coja, no acaban de casar o fundirse los dos extremos, peca de cierta frivolidad, de una querencia o ramalazo de derribo pulp psicotrónico sublimado limado perfumado con aire de superventas para emocionar a toda la platea y llevarse todos los premios de la academia, rimbombancia nucleica. De acuerdo.
La primera parte es una fantasía sexual clásica, masculina, para variar, de andar por casa, en este caso chico con milf que se diría ahora, categoría taxonomía pajillera, la segunda, porno duro drama juicio alemán en el que se plantean montones ingentes de cuestiones de alto copete la mar de interesantes y sesudas de la forma más superficial, sensacionalista, burda y torpe, esas miradas que se echan las malosas, esa acusación de golpe al galope de todas contra la otra, la enamorada de estudios abogada compañera..., la tercera es bellísima con las infinitas rimas y la coda o ristra de sucesivos epílogos es un rizar el rizo hasta el infinito, se pasan, un poco, mucho, no puedo, me muero.
En resumen o verdad, es una película de una increíble densidad en cuanto a la inmensa cantidad de ideas, sentimientos y emociones que expone o muestra maneja en casi todas las variaciones o grados, anonada, fascina, goza, asombra, pero, la pena es que la mayoría de las veces está todo resuelto o mirado por esa visión jolivudense de las cosas que sacrifica en el altar de lo espectacular o explícito obvio o más llamativo lo que podría ser su mayor baza en cuanto a profundización o capacidad de sutileza, nadie es perfecto, ni siquiera del/en el Norte de América.
(Spoiler aquí mismo por falta de espacio más abajo)
La ceremonia, aquella peli de Chabrol. Empiezas por no saber leer y acabas asesinado a ciento y diestro siniestro en cualquier de concentración campo. El analfabetismo es malo.
El retrato de ella es muy rico y valioso, que no es nada, Lacombe Lucien, tabula rasa, ni mala ni buena, se adapta a su tara, huye, sigue, y de esa mala manera acaba cometiendo aberraciones sin cuento, un ser amoral, desconoce ese aspecto, como un animal, sin civilizar, acultural, buen salvaje, sin domesticar, embrutecida, pero, esa es la cosa, humana, demasiado humana, sensible, con anhelo, con ansia viva de belleza y trascendencia, El perfume, de cultura, de grandeza.
Y ella sirve como reflejo exacto del absurdo de todo ya que acaba perpetrando los mayores crímenes por cumplir su cometido y ser eficiente y responsable y lógica y hacer las cosas como dios o el diablo mandan, con criterio, como toca, por ser honesta, es la única de hecho, esa es la paradoja o jodienda, pagan (no) justas por (sí) pecadoras, ella se lleva la mayor condena y es la única que dice la verdad, que no es mentirosa, a lo que hay que añadir que igualmente se desvalora y ridiculiza la relación entre ellos al quedar claro que ella elegía a chicas jovencitas para que la leyeran, por lo tanto, él pasa a ser uno más, otro eslabón de la cadena, pierde sentido como individuo y se convierte en masa, amorosa, lectora, uno más en la lista, suma y sigue, indistinguible, por lo que ella es un monstruo y, a la vez, todo lo contrario, y, además, se ve cómo al final lo que le lleva a la perdición no es su maldad intrínseca, sino su incapacidad para asumir lo que es, su condición, que en este caso lo reducen, y eso no está bien, es una limitación, madre del cordero, corazón delator, a su analfabetismo, prefiere ocultar ese hecho antes que salvar el pellejo o quitar la vida a quién o cuántos sean, en la desproporción disparatada entre el origen del conflicto y su resolución se plasma el sinsentido de todo, la complejidad delirante y ridícula de la conducta humana que muchas tantas veces actúa irracionalmente, por motivos enrarecidamente grotescos a la par que primitivos, vergüenza por ejemplo.
La idea o planteamiento, como decíamos, merece la pena como apuesta, otra cosa es que tal como está, queda coja, no acaban de casar o fundirse los dos extremos, peca de cierta frivolidad, de una querencia o ramalazo de derribo pulp psicotrónico sublimado limado perfumado con aire de superventas para emocionar a toda la platea y llevarse todos los premios de la academia, rimbombancia nucleica. De acuerdo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Y él igual o parecido, pero todo lo contrario, más cobarde y más oportunista y un hombre sin atributos y, también, un ser sensible, refinado y comprensivo y bueno, él más moral, o más hipócrita que ella, en ese sentido está bien lo que ella le dice cuando él le pregunta si ha aprendido algo y ella le contesta que sí, a leer, no finge buenos sentimientos que no tiene, lo cual lo arreglan o compensan un poco cinematográficamente para que no nos llevemos demasiado las manos a la cabeza en ese final donativo a las víctimas.
Las dos caras de la misma moneda en ámbitos/mundos opuestos que se encuentran, las dos formas de acabar en el desastre y la pena, por acción o por omisión, por hacer o dejar hacer, por verlas venir o no parar de cagarla, y donde las líneas o fronteras entre ambos se difuminan o mezclan más de lo que en principio pareciera.
Ella a él le destroza, a fuego marca, indeleble mancha, él a ella de ninguna (o no de la misma, sin esa influencia) manera, otra muesca, su problema es otro, viene de fondo y largo, de atrás y lejos.
En ese aspecto, la película es hermosa u omnicomprensiva, los entiende/explica a todos, todos tienen sus razones y dolores, culpas y penas, amores y horrores, perfecto, pero no lo hace hondamente, se queda a medias. Tendría que haber indagado más en la vida de ella, haberla enfrentado más como personaje a sus dilemas, a su pasado, antes de la guerra, para cabalmente acabar de entenderla, y a él igual en su futuro o proceso de maduración, todo obedece a causas consecuencias engarzadas unidas de forma demasiado gruesa, todo está contado de modo esquemático y por encima al igual que se trata de dotar de significado a la trama pero más como sobrevuelo, no como raíz o cogollo.
Lo mejor es cuando él decide mandarle los audios y cuando ella aprende a leer, ahí se junta e ilumina todo, el pasado, el presente, el futuro, la corrupción, la educación, la pasión, el sexo, la muerte, la cultura, la literatura, eso sería la película en último término, amor a los libros, la relación, el amor, el espanto.
Follar y leer, qué copula maravillosa, léeme, cómeme, las bodas de Caná, de Cadmo y Harmonía, tan perfecta, qué más quieres, Baldomero, sueño húmedo de un juntaletras adolescente, el guateque, la discoteque.
El maquillaje para envejecerlas, a Lena Olin y a Kate Winslet, es horroroso, de miedo, de amateurs, muy mal hecho, la banda sonora es emulgente y la vida una mierda.
Ella está inmensa. Él, Fiennes, revirado y padentro, torturado.
La película es una maravilla y una chufla. Las dos cosas, tú eliges, La decisión de Sophie, la lavadora. Y esta crítica solo rasca, no llega, no le da.
La vergüenza mata al deseo, lo que más te humilla, su carencia, es lo que más necesitas, la pescadilla y la cola.
La ley está por encima de la moral, vale, lo aceptamos como animal de compañía, el problemo es que la ley es papel mojado, un chicle en manos del poder, no es en verdad nada, un mito, da exactamente igual. La justicia es ciega y sorda, qué va, ve lo que quiere mirar y oye lo que quiere escuchar, no sabe no contesta o solo lo que le interesa, nada, puta, ramera, se vende al mejor postor, mercenaria, la bien pagá, la cabrona, la torticera.
La historia más triste jamás contada.
No es pedófila, él la busca tanto a ella como a la inversa, se pervierten o perturban mutuamente, la edad de la inocencia, quién pudiera.
La vida de los otros. Cadena perpetua. La belleza de las cosas.
Las dos caras de la misma moneda en ámbitos/mundos opuestos que se encuentran, las dos formas de acabar en el desastre y la pena, por acción o por omisión, por hacer o dejar hacer, por verlas venir o no parar de cagarla, y donde las líneas o fronteras entre ambos se difuminan o mezclan más de lo que en principio pareciera.
Ella a él le destroza, a fuego marca, indeleble mancha, él a ella de ninguna (o no de la misma, sin esa influencia) manera, otra muesca, su problema es otro, viene de fondo y largo, de atrás y lejos.
En ese aspecto, la película es hermosa u omnicomprensiva, los entiende/explica a todos, todos tienen sus razones y dolores, culpas y penas, amores y horrores, perfecto, pero no lo hace hondamente, se queda a medias. Tendría que haber indagado más en la vida de ella, haberla enfrentado más como personaje a sus dilemas, a su pasado, antes de la guerra, para cabalmente acabar de entenderla, y a él igual en su futuro o proceso de maduración, todo obedece a causas consecuencias engarzadas unidas de forma demasiado gruesa, todo está contado de modo esquemático y por encima al igual que se trata de dotar de significado a la trama pero más como sobrevuelo, no como raíz o cogollo.
Lo mejor es cuando él decide mandarle los audios y cuando ella aprende a leer, ahí se junta e ilumina todo, el pasado, el presente, el futuro, la corrupción, la educación, la pasión, el sexo, la muerte, la cultura, la literatura, eso sería la película en último término, amor a los libros, la relación, el amor, el espanto.
Follar y leer, qué copula maravillosa, léeme, cómeme, las bodas de Caná, de Cadmo y Harmonía, tan perfecta, qué más quieres, Baldomero, sueño húmedo de un juntaletras adolescente, el guateque, la discoteque.
El maquillaje para envejecerlas, a Lena Olin y a Kate Winslet, es horroroso, de miedo, de amateurs, muy mal hecho, la banda sonora es emulgente y la vida una mierda.
Ella está inmensa. Él, Fiennes, revirado y padentro, torturado.
La película es una maravilla y una chufla. Las dos cosas, tú eliges, La decisión de Sophie, la lavadora. Y esta crítica solo rasca, no llega, no le da.
La vergüenza mata al deseo, lo que más te humilla, su carencia, es lo que más necesitas, la pescadilla y la cola.
La ley está por encima de la moral, vale, lo aceptamos como animal de compañía, el problemo es que la ley es papel mojado, un chicle en manos del poder, no es en verdad nada, un mito, da exactamente igual. La justicia es ciega y sorda, qué va, ve lo que quiere mirar y oye lo que quiere escuchar, no sabe no contesta o solo lo que le interesa, nada, puta, ramera, se vende al mejor postor, mercenaria, la bien pagá, la cabrona, la torticera.
La historia más triste jamás contada.
No es pedófila, él la busca tanto a ella como a la inversa, se pervierten o perturban mutuamente, la edad de la inocencia, quién pudiera.
La vida de los otros. Cadena perpetua. La belleza de las cosas.