Pocas veces ocurre lo que consigue este film, solamente soy capaz de recordar otras dos ocasiones: "Bajo la misma estrella" y "Yo, él y Raquel". Se trata de un argumento muy dramático, pero en la pantalla hay luminosidad, se te escapan las sonrisas y se consigue, por lo tanto, empatizar con los personajes. Gran parte de la culpa la tiene una maravillosa Emilia Clarke, que no desaprovecha su personaje bombón y nos regala una interpretación muy ajustada, comiéndose la pantalla y a su compañero de reparto, el maravilloso en todos los sentidos Sam Clafin.

Me gusta la historia porque tiene una buena progresión, momentos muy divertidos y otros tantos muy desgarradores, te pone las emociones a flor de piel y te hace soñar durante sus dos horas de metraje. ¿Que no es creíble y que se trata de otra historieta de Hollywood? No lo dudo, pero de vez en cuando es bonito dejarse llevar por los cuentos de hadas.

Mi nota: 10