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Voto de griffinjazz:
8

Voto de griffinjazz:
8
6.8
21,009
12 de marzo de 2025
12 de marzo de 2025
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con 94 años presentó Clint Eastwood el año pasado su nueva película, "Jurado nº 2", en la que propone desde el principio un dilema universal, un conflicto moral de enorme complejidad que de alguna manera la emparenta con "Mula" de 2018 y en la se desmarca de buena parte de su obra en la que los personajes se esfuerzan y se sacrifican para intentar hacer lo correcto ("Duelo de sangre", "Million Dollar Baby", "Gran Torino"). Decisiones que condicionan una vida y que siempre afectan a terceros, la obligación frente a la necesidad, el precipicio al que abocan decisiones equivocadas, todo eso está en "Jurado nº 2".
En el discurso de Eastwood hay sabiduría, lucidez y sosiego cuando reflexiona sobre la verdad y la justicia, la película está rodada con luz tenue, como sin querer interrumpir. Y con la habitual elegancia del maestro, todo fluye forma natural y armoniosa, sin estrépitos, se nos permite el acceso al interior de los personajes para observar su tormento, su desconsuelo, para después retirarnos sin hacer ruido.
Eastwood afrontó el tema del falso culpable en la excelente "Ejecución inminente" de 1997, una película con un final hasta cierto punto optimista en la que se concluye que siempre hay esperanza mientras alguien crea en ti. En "Jurado nº 2" se muestra una realidad más oscura, probablemente más humana. Tampoco falta la habitual mirada decepcionada de Eastwood respecto a las instituciones y a un sistema que sistemáticamente desampara al individuo.
Dicho lo cual, "Jurado nº 2" es una película muy entretenida, un drama judicial en el que no falta intriga procedimental, un fantástico retrato de los personajes (me encanta el actor JK Simmons, es una debilidad) y en el que no se esconde un evidente homenaje a "Doce hombres sin piedad" de Sidney Lumet, cuando el personaje de Nicholas Hoult (al que vimos como Thomas Hutter en la reciente versión de Nosferatu) se queda solo en la deliberación y se levanta de la silla, tal y como hacía Henry Fonda.
No se sabe si ha sido la última película de Clint Eastwood, ya se decía esto de las anteriores, en concreto tras "Cry Macho". La diferencia es que "Cry Macho" sí era deliberadamente la obra crepuscular de un hombre mayor, un director que busca el remanso de paz donde echarse a descansar. "Jurado nº 2" es una película vigorosa de un director absolutamente vigente, en ningún momento pudiera parecer una despedida. Ya estamos deseando disfrutar de la próxima.
En el discurso de Eastwood hay sabiduría, lucidez y sosiego cuando reflexiona sobre la verdad y la justicia, la película está rodada con luz tenue, como sin querer interrumpir. Y con la habitual elegancia del maestro, todo fluye forma natural y armoniosa, sin estrépitos, se nos permite el acceso al interior de los personajes para observar su tormento, su desconsuelo, para después retirarnos sin hacer ruido.
Eastwood afrontó el tema del falso culpable en la excelente "Ejecución inminente" de 1997, una película con un final hasta cierto punto optimista en la que se concluye que siempre hay esperanza mientras alguien crea en ti. En "Jurado nº 2" se muestra una realidad más oscura, probablemente más humana. Tampoco falta la habitual mirada decepcionada de Eastwood respecto a las instituciones y a un sistema que sistemáticamente desampara al individuo.
Dicho lo cual, "Jurado nº 2" es una película muy entretenida, un drama judicial en el que no falta intriga procedimental, un fantástico retrato de los personajes (me encanta el actor JK Simmons, es una debilidad) y en el que no se esconde un evidente homenaje a "Doce hombres sin piedad" de Sidney Lumet, cuando el personaje de Nicholas Hoult (al que vimos como Thomas Hutter en la reciente versión de Nosferatu) se queda solo en la deliberación y se levanta de la silla, tal y como hacía Henry Fonda.
No se sabe si ha sido la última película de Clint Eastwood, ya se decía esto de las anteriores, en concreto tras "Cry Macho". La diferencia es que "Cry Macho" sí era deliberadamente la obra crepuscular de un hombre mayor, un director que busca el remanso de paz donde echarse a descansar. "Jurado nº 2" es una película vigorosa de un director absolutamente vigente, en ningún momento pudiera parecer una despedida. Ya estamos deseando disfrutar de la próxima.