Hubo una vez un verano

"Sentimental, nostálgica y encantadora película. La banda sonora se llevó un merecido Oscar."

Hay películas excelentes, muy buenas, buenas, regulares y malas, y luego hay películas "bonitas". No se sabe muy bien qué hace que una película sea "bonita" sin ser necesariamente buena, pero sí pueden ennumerarse algunas cosas que debe tener para al menos optar a la categoría: una fotografía dorada, una música envolvente, un tono nostálgico, una historia tierna y unos actores atractivos. "Verano del 42" cumple todos los requisitos. Tres jóvenes se inician en los misterios insondables del mundo adulto durante unas vacaciones en la costa de Nueva Inglaterra; uno de ellos, el narrador en la edad adulta, se enamora (y con él todos los espectadores) de una esplendorosa Jennifer O’Neill varios años mayor. En el clímax de la historia, el descubrimiento del deseo más turbador se encuentra con el consolador poder del sexo. La conmovedora escena queda en la retina del espectador, igual que algunas divertidas recreaciones de la torpeza adolescente en materia de sexo, tan tierna por universal. Pues eso: bonita.

"Una pieza autoconscientemente nostálgica, con música ganadora de un Oscar, detalles inmaculados y realizada mientras los soldados morían en Vietnam."

"El director Robert Mulligan muestra la misma sensibilidad hacia los jóvenes y sus debilidades que en 'To Kill a Mockingbird'. En 1962. Nunca percibes que se esté burlando de Hermie o de sus amigos.