Película que juega a dos bandas con el tratamiento moral a demostrar. Fuera de eso, a nivel rítmico y escenográfico cumple de sobras, con una baza que sobresale entre todo el conjunto: la magnífica actuación de Will Smith (Alí) que carga con el peso dramático de la cinta encarnando a este hombre normal y corriente que luchó (y mucho) por un sueño o un objetivo más allá de los costes emocionales que sufrió. Por un lado, esta historia de superación y entrega se vende bien, pero por el otro deja un mensaje esclarecedor sobre ese objetivo: ¿busca felicidad o busca ganar pasta gansa? En esta pregunta radica el quid de lo que queramos entender sobre esta búsqueda y el objetivo de la película. En mi caso, me parece manipuladora. Pero tiene un bonito envoltorio capaz de atraer a la gran mayoría del público. Si se obvia el mensaje que quiere dar, es un buen melodrama, con su encanto y algunos buenos diálogos, sutil y bien filmada, pero... justifica unas cosas y otras las pasa por alto.

Tras las cámaras está el italiano Gabriele Muccino (7 Almas) que demuestra manejar bien a los actores y dirige con suficiencia. El ritmo es ágil y se deja ver bien. El resto del reparto, eclipsado por Smith, cumple en sus roles: Thandie Newton (Westworld), Brian Howe (Gran Torino), Kurt Fuller (Sobrenatural) y por supuesto el sufrido hijo en la función Jaden Smith (The New Karate Kid). Este último lo hace bastante bien en su inocencia y sufre las decisiones del padre con tal de buscar la felicidad (y la pasta).

En Busca de la Felicidad es una película agradable de ver para hacerlo en familia que si la ves desde otra perspectiva puede gustar mucho, pero si piensas en el otro mensaje (el capitalista) puede disgustarte. Su juego depende desde el cariz con que la veas. No aporta mucho, pero sí deja una gran actuación de Will Smith, digna de mencionar.