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Voto de Manospondylus:
10

Voto de Manospondylus:
10
6.8
127
11 de abril de 2025
11 de abril de 2025
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Antes que nada, es conveniente aclarar que Liz to Aoi Tori (“Liz y el Pájaro Azul”) no es del todo una obra independiente, aunque sí goza de cierta autonomía que hace que funcione en sí misma (relativamente). El asunto es que esta película gozó inicialmente de una distribución fuera de Japón mayor a la del resto de Hibike! Euphonium, anime del que es un spin-off, habiendo sido proyectada en festivales varios (como el de Sitges y el de Annecy) y contando con doblaje al inglés años antes que su serie madre, en parte debido a que su directora, Noaoko Yamada, había recibido cierto reconocimiento internacional con su anterior película Koe no Katachi (“La Forma de la Voz”, que fuera de Japón se renombró con el obvio –y soso- título de Una Voz Silenciosa).
Por todo ello, esta condición de spin-off es algo que ha pasado completamente inadvertido para la crítica y buena parte del público más generalista que parecen no saber bien con qué se han encontrado y buscan comparaciones con Koe no Katachi o directamente con otras películas que no tienen nada que ver, sin hacer mención alguna a la franquicia de la que procede y de la que forma parte, así que, como viene siendo habitual, pasaré a aportar un poco de contexto: Hibike! Euphonium nace en 2013 como una serie de novelas de temática slice of life escolar que, entre 2015 y 2024, serían llevadas (muchas de ellas) al medio audiovisual por el estudio Kyoto Animation en forma de anime conformado por series, películas y OVAs, contando con la dirección, entre otros, de Tatsuya Ishihara (Chūnibyō Demo Koi ga Shitai!) y Naoko Yamada (K-On!).
El anime de Hibike! Euphonium relata el paso de Kumiko Ōmae por los 3 cursos que dura el kōtōgakkō (la secundaria postobligatoria) centrándose en la banda sinfónica de la que forma parte; ocurriendo Liz to Aoi Tori durante su segundo año. Sin embargo, Kumiko pasa aquí de protagonista a personaje secundario, cediendo su puesto a Mizore (la oboísta presentada en Hibike! Euphonium 2) para volver otra vez a su complicada relación con Nozomi (la flautista introducida en la misma temporada) en una historia coming-of-age intimista, delicada y elegante que sobresale por su magistral narrativa visual.
Sin embargo, Liz to Aoi Tori no es para todo el mundo. De hecho, es muy restrictiva en ese ámbito: pese a que fue concebida como una película stand-alone que puede ser entendida en su totalidad sin ningún conocimiento previo sobre la serie, resulta evidente que la percepción sobre los personajes no puede ser la misma para quien los lleva acompañando ya un tiempo (no solo los principales, sino los secundarios que, sin trasfondo, aquí resultan bastante planos e intrascendentes), y, como he resaltado en las otras reseñas, el gran atractivo de esta franquicia son sus personajes. Es decir, Liz to Aoi Tori seguramente contentará más a quienes hayan seguido la historia de Hibike! Euphonium que a cualquier espectador casual, eso sí, las diferencias con el resto de la franquicia son importantes y pueden chocar bastante al principio: los estilos artísticos (y la disparidad entre ellos), el tono, la ausencia de narración en off, los diálogos más escasos y escuetos…
Liz to Aoi Tori comienza con un prólogo que introduce el cuento que da nombre a la película y a la pieza que ha escogido Taki para el presente curso (que tocarán en los certámenes de bandas escolares y en la que, convenientemente, son prominentes la flauta y el oboe). Aquí se presenta a Liz, una chica solitaria que se encuentra con un pájaro azul, todo ello en un estilo que pretende evocar a las ilustraciones que tendría un cuento, con fondos pintados con acuarelas y un diseño de personajes que recuerda a una película de Ghibli, y acompañado de la música de Akito Matsuda (compositor habitual de la franquicia). Por cierto, sobre este cuento de Liz y el Pájaro Azul, que nadie lo busque, pues no existe fuera del universo de Hibike! Euphonium y su argumento ha sido concebido con propósitos narrativos. Podría estar vagamente inspirado en L’Oiseau bleu, pero no tiene nada en común aparte de que hay un pájaro azul (en realidad un rey convertido en pájaro por un hada como castigo).
Tras el prólogo, la trama comienza con Mizore llegando al instituto para un ensayo, deteniéndose en la entrada para esperar a Nozomi. El estilo artístico cambia notoriamente, con unos fondos más realistas, como viene siendo habitual en la franquicia, pero con unos colores más suaves, mientras que el diseño de personajes es más estilizado de lo habitual, menos moe y con un coloreado más plano; mientras que la música incidental, también muy diferente, es obra de Kensuke Ushio, quien apuesta por un sonido más minimalista. Aquí también se establece en gran medida el tono de la película y durante la secuencia, que dura unos 7 minutos, apenas hay 11 líneas de diálogo (además, bastante cortas), pero se muestra una cantidad tremenda de información (composición de los planos, lenguaje corporal…). No es algo del todo ajeno a otras producciones de KyoAni, pero Naoko Yamada lo lleva un poco más lejos.
El eje de toda la película es la relación entre Mizore y Nozomi (motivo por el cual Naoko Yamada impulsó este proyecto), lo que definirá todo su desarrollo como personajes y que es mostrada con veracidad y detallismo, usando el cuento como alegoría de la misma. Volviendo a este, llegado a cierto punto, Liz tiene que elegir entre mantener al pájaro azul con ella o dejarlo volar libre, un dilema que Mizore no entiende en absoluto, porque, ¿si tanto quiere al pájaro, por qué habría de dejarlo ir? La película está plagada de sutilezas, pero el paralelismo entre el cuento y la historia de Nozomi y Mizore no es una de ellas: ambos personajes son conscientes de ello e incluso lo verbalizan ya desde el principio, aunque se muestran perspectivas diferentes sobre quien carga con cada rol, especialmente ahora que están terminando el instituto y tienen que decidir sobre el camino que escogerán.
(Sigue sin spoilers)
Por todo ello, esta condición de spin-off es algo que ha pasado completamente inadvertido para la crítica y buena parte del público más generalista que parecen no saber bien con qué se han encontrado y buscan comparaciones con Koe no Katachi o directamente con otras películas que no tienen nada que ver, sin hacer mención alguna a la franquicia de la que procede y de la que forma parte, así que, como viene siendo habitual, pasaré a aportar un poco de contexto: Hibike! Euphonium nace en 2013 como una serie de novelas de temática slice of life escolar que, entre 2015 y 2024, serían llevadas (muchas de ellas) al medio audiovisual por el estudio Kyoto Animation en forma de anime conformado por series, películas y OVAs, contando con la dirección, entre otros, de Tatsuya Ishihara (Chūnibyō Demo Koi ga Shitai!) y Naoko Yamada (K-On!).
El anime de Hibike! Euphonium relata el paso de Kumiko Ōmae por los 3 cursos que dura el kōtōgakkō (la secundaria postobligatoria) centrándose en la banda sinfónica de la que forma parte; ocurriendo Liz to Aoi Tori durante su segundo año. Sin embargo, Kumiko pasa aquí de protagonista a personaje secundario, cediendo su puesto a Mizore (la oboísta presentada en Hibike! Euphonium 2) para volver otra vez a su complicada relación con Nozomi (la flautista introducida en la misma temporada) en una historia coming-of-age intimista, delicada y elegante que sobresale por su magistral narrativa visual.
Sin embargo, Liz to Aoi Tori no es para todo el mundo. De hecho, es muy restrictiva en ese ámbito: pese a que fue concebida como una película stand-alone que puede ser entendida en su totalidad sin ningún conocimiento previo sobre la serie, resulta evidente que la percepción sobre los personajes no puede ser la misma para quien los lleva acompañando ya un tiempo (no solo los principales, sino los secundarios que, sin trasfondo, aquí resultan bastante planos e intrascendentes), y, como he resaltado en las otras reseñas, el gran atractivo de esta franquicia son sus personajes. Es decir, Liz to Aoi Tori seguramente contentará más a quienes hayan seguido la historia de Hibike! Euphonium que a cualquier espectador casual, eso sí, las diferencias con el resto de la franquicia son importantes y pueden chocar bastante al principio: los estilos artísticos (y la disparidad entre ellos), el tono, la ausencia de narración en off, los diálogos más escasos y escuetos…
Liz to Aoi Tori comienza con un prólogo que introduce el cuento que da nombre a la película y a la pieza que ha escogido Taki para el presente curso (que tocarán en los certámenes de bandas escolares y en la que, convenientemente, son prominentes la flauta y el oboe). Aquí se presenta a Liz, una chica solitaria que se encuentra con un pájaro azul, todo ello en un estilo que pretende evocar a las ilustraciones que tendría un cuento, con fondos pintados con acuarelas y un diseño de personajes que recuerda a una película de Ghibli, y acompañado de la música de Akito Matsuda (compositor habitual de la franquicia). Por cierto, sobre este cuento de Liz y el Pájaro Azul, que nadie lo busque, pues no existe fuera del universo de Hibike! Euphonium y su argumento ha sido concebido con propósitos narrativos. Podría estar vagamente inspirado en L’Oiseau bleu, pero no tiene nada en común aparte de que hay un pájaro azul (en realidad un rey convertido en pájaro por un hada como castigo).
Tras el prólogo, la trama comienza con Mizore llegando al instituto para un ensayo, deteniéndose en la entrada para esperar a Nozomi. El estilo artístico cambia notoriamente, con unos fondos más realistas, como viene siendo habitual en la franquicia, pero con unos colores más suaves, mientras que el diseño de personajes es más estilizado de lo habitual, menos moe y con un coloreado más plano; mientras que la música incidental, también muy diferente, es obra de Kensuke Ushio, quien apuesta por un sonido más minimalista. Aquí también se establece en gran medida el tono de la película y durante la secuencia, que dura unos 7 minutos, apenas hay 11 líneas de diálogo (además, bastante cortas), pero se muestra una cantidad tremenda de información (composición de los planos, lenguaje corporal…). No es algo del todo ajeno a otras producciones de KyoAni, pero Naoko Yamada lo lleva un poco más lejos.
El eje de toda la película es la relación entre Mizore y Nozomi (motivo por el cual Naoko Yamada impulsó este proyecto), lo que definirá todo su desarrollo como personajes y que es mostrada con veracidad y detallismo, usando el cuento como alegoría de la misma. Volviendo a este, llegado a cierto punto, Liz tiene que elegir entre mantener al pájaro azul con ella o dejarlo volar libre, un dilema que Mizore no entiende en absoluto, porque, ¿si tanto quiere al pájaro, por qué habría de dejarlo ir? La película está plagada de sutilezas, pero el paralelismo entre el cuento y la historia de Nozomi y Mizore no es una de ellas: ambos personajes son conscientes de ello e incluso lo verbalizan ya desde el principio, aunque se muestran perspectivas diferentes sobre quien carga con cada rol, especialmente ahora que están terminando el instituto y tienen que decidir sobre el camino que escogerán.
(Sigue sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ya desde Hibike! Euphonium 2, Mizore ha sido establecida como una chica melancólica y extremadamente introvertida con una importante obsesión con Nozomi. De nuevo se incide en que sus compañeras de instituto intentan ser sus amigas, pero Mizore las ignora a todas excepto a Nozomi, cuyo amor por ella es muy dependiente y un tanto posesivo (de hecho, toda esta película puede entenderse como su evolución para llevarlo hacia un enfoque más sano). Nozomi, por su parte, es ahora un personaje más redondo y se la muestra de una forma más objetiva, con defectos e inseguridades, y no desde la óptica idealizada de Mizore (hay que destacar lo logradas que están las sonrisas falsas de Nozomi, que nunca caen en lo caricaturesco o exagerado).
Tristemente, Liz to Aoi Tori no llega a ser del todo perfecta, pues su tramo medio se vuelve algo monótono, en gran parte porque una vez en el instituto Kitauji la película no abandona este escenario hasta casi el final (los pocos planos de exteriores siguen siendo dentro de las instalaciones del centro); una limitación que se han impuesto conscientemente y que, aunque resulta obvio su propósito, no es del todo necesaria. Por ello, quedan excluidas todas las interacciones entre Mizore y Nozomi que ocurren fuera del Kitauji, como cuando van al festival Agata, que es nombrado pero no se muestra (sí aparece en Chikai no Finale, película de la que Liz to Aoi Tori es una paracuela en la que se profundiza más en el tema de la banda y en la que Mizore y Nozomi vuelven a ser personajes menores), por no mencionar que Uji ofrece multitud de paisajes ideales para desarrollar un drama adolescente que sí se aprovechan en el resto de este anime.
Esto último también provoca que no se perciba tanto el paso del tiempo y haya escenas que no se sepa si ocurren con días o semanas de diferencia (el transcurso del tiempo solo se ve reflejado en detalles como en la devolución de los libros de la biblioteca), pero por Chikai no Finale se puede entender que esta película abarca un periodo de entre tres y cuatro meses (entre mayo y agosto).
En conclusión, estamos ante una obra extraña, muy focalizada y que intenta desligarse de su obra original sin conseguirlo del todo; y, de hecho, seguramente debería haberse mantenido más apegada en algunos apartados. La temática slice of life y coming-of-age no es completamente inusual en animación, aunque para nada frecuente sin algo más, como puediera ser un gran misterio por resolver o una aventura mágica (tipo película de Hayao Miyazaki, de Makoto Shinkai o de Mamoru Hosoda). A lo anterior hay que sumar que Liz to Aoi Tori es un trabajo bastante experimental, atípico incluso en cualquiera de los géneros en los que pueda clasificarse. Visualmente es una pasada, tanto en lo meramente estético como en lo narrativo, la música funciona como acompañamiento por un lado y como hilo conductor por otro, aportando una capa extra de profundidad; y se permite el mostrar unas facetas y dinámicas entre los personajes que no tendrían cabida dentro del anime principal de Hibike! Euphonium.
Aspectos positivos: Sobresale en todo lo audiovisual (dibujo, animación, color, actuaciones de voz, sonido y música), lo que ya la convierte en una película preciosa, pero especialmente destaca en su narrativa, con el uso de una obra enmarcada en otra para construir un paralelismo entre ambas tan apropiado como acertado (apoyado además por distintos estilos artísticos), y en una dirección tan sublime que logra convertir una historia mundana en una experiencia inmersiva y muy emotiva. Los personajes principales y su desarrollo, y el tratamiento que hace de ellos y de su relación.
Aspectos negativos: De por sí, es una obra rara y poco mainstream que va enfocada a un público muy específico que se reduce todavía más a la fanbase de Hibike! Euphonium, pues, aunque Liz to Aoi Tori puede seguirse y entenderse como obra aparte, ignorar el resto del anime le pasa factura.
Puntuación: 9.5
Tristemente, Liz to Aoi Tori no llega a ser del todo perfecta, pues su tramo medio se vuelve algo monótono, en gran parte porque una vez en el instituto Kitauji la película no abandona este escenario hasta casi el final (los pocos planos de exteriores siguen siendo dentro de las instalaciones del centro); una limitación que se han impuesto conscientemente y que, aunque resulta obvio su propósito, no es del todo necesaria. Por ello, quedan excluidas todas las interacciones entre Mizore y Nozomi que ocurren fuera del Kitauji, como cuando van al festival Agata, que es nombrado pero no se muestra (sí aparece en Chikai no Finale, película de la que Liz to Aoi Tori es una paracuela en la que se profundiza más en el tema de la banda y en la que Mizore y Nozomi vuelven a ser personajes menores), por no mencionar que Uji ofrece multitud de paisajes ideales para desarrollar un drama adolescente que sí se aprovechan en el resto de este anime.
Esto último también provoca que no se perciba tanto el paso del tiempo y haya escenas que no se sepa si ocurren con días o semanas de diferencia (el transcurso del tiempo solo se ve reflejado en detalles como en la devolución de los libros de la biblioteca), pero por Chikai no Finale se puede entender que esta película abarca un periodo de entre tres y cuatro meses (entre mayo y agosto).
En conclusión, estamos ante una obra extraña, muy focalizada y que intenta desligarse de su obra original sin conseguirlo del todo; y, de hecho, seguramente debería haberse mantenido más apegada en algunos apartados. La temática slice of life y coming-of-age no es completamente inusual en animación, aunque para nada frecuente sin algo más, como puediera ser un gran misterio por resolver o una aventura mágica (tipo película de Hayao Miyazaki, de Makoto Shinkai o de Mamoru Hosoda). A lo anterior hay que sumar que Liz to Aoi Tori es un trabajo bastante experimental, atípico incluso en cualquiera de los géneros en los que pueda clasificarse. Visualmente es una pasada, tanto en lo meramente estético como en lo narrativo, la música funciona como acompañamiento por un lado y como hilo conductor por otro, aportando una capa extra de profundidad; y se permite el mostrar unas facetas y dinámicas entre los personajes que no tendrían cabida dentro del anime principal de Hibike! Euphonium.
Aspectos positivos: Sobresale en todo lo audiovisual (dibujo, animación, color, actuaciones de voz, sonido y música), lo que ya la convierte en una película preciosa, pero especialmente destaca en su narrativa, con el uso de una obra enmarcada en otra para construir un paralelismo entre ambas tan apropiado como acertado (apoyado además por distintos estilos artísticos), y en una dirección tan sublime que logra convertir una historia mundana en una experiencia inmersiva y muy emotiva. Los personajes principales y su desarrollo, y el tratamiento que hace de ellos y de su relación.
Aspectos negativos: De por sí, es una obra rara y poco mainstream que va enfocada a un público muy específico que se reduce todavía más a la fanbase de Hibike! Euphonium, pues, aunque Liz to Aoi Tori puede seguirse y entenderse como obra aparte, ignorar el resto del anime le pasa factura.
Puntuación: 9.5