"Oso vicioso" acaba siendo lo que esperaba de ella: una tontería con grandes picos y valles. Si bien hay muchas, muchísimas, bromas que no hacen gracia y posee personajes y tramas que se alargan innecesariamente, también goza de elementos a tener en cuenta en una comedia como esta.

Es justo decir que la película parte con una complicación de base como es la propia premisa. Quiero decir, un oso que se vuelve agresivo porque se coloca con la cocaína perdida de unos narcos es una idea insuperable, de la que el espectador esperará un grado de salvajismo que la película nunca alcanza porque es imposible. Solo salva los muebles.

A modo personal, no esperaba reír en ningún momento y lloré de risa. Sólo con una escena, pero lloré de risa. La citada escena es, curiosamente, una que sucede en la cabaña y en la que no hay casi acción. Solo Margo Martindale, coja y ensangrentada, y un malentendido con dos malhechores. Es ahí donde la comedia explota. También el personaje de Keri Russell tiene gracia, así como los dos niños. El resto, no.

Dura hora y media y podría haber durado una horita y cuarto. Ahí se ve que algo falla, pero para una noche tonta, "Oso vicioso" sirve, aunque su premisa sea insuperable. Ese es su talón de Aquiles, que es rea de sí misma.