The Bear: ya se habla de ella como de una de las series del año. Capítulos cortos, pocos capítulos y mucha intensidad emocional. Personajes desequilibrados intentando poner equilibrio en una cocina del River North de Chicago. Y sí, más allá de hablar de platos o de cocina, se habla de supervivencia, de lucha de egos, de personas al límite que intentan no reventar en un espacio tan reducido. Los actores espectaculares y la cámara al hombro pone el resto para que sientas el vértigo de no caer por el precipicio. Que soy exagerado? Al tiempo. The Bear, una serie fantástica

Bajo los puentes, Unter den Brücke. Es una obra en que el autor va sobrado, es como pedir a Virgilio que escriba una carta de amor o como pedir a Velázquez que haga un boceto. El director va sobradísimo, es una historia muy sencilla puesta al servicio de una calidad de fotografía y de unos medios técnicos alucinantes. Se nota mucho, en efecto, la influencia de Jean Vigo y su Atalante en la vida de los barqueros, pero donde allí había picante, aquí sólo hay una pizca de pimienta porque la cinta está rodada con un sentido moral muy alto, buenos valores, buena gente, Berlín industrioso...me gusta la historia en el río, sencilla, agradable, me gustan las películas de barcos y casi más las que transcurren tierra adentro con esas barcazas de mercancías que me flipan. La actriz es muy mona y verdaderamente trabajan muy bien los tres actores, casi parece un falso docudrama de lo poco que se nota su trabajo. Cuando hay talento, cuando se hace arte, lo mismo da el contexto aunque es cierto que estando como estaban en Berlín hayan podido hacer esta película tan clara, tan de buen rollo y tan bien hecha.

El gran silencio. Le grand silence, la grande beauté. La historia de la grabación de la película ya merece una película y su comentario correspondiente aparte. Sumergirse en el gran silencio es escalar una soga hacia el ascetismo, dejar a un lado el peso de lo cotidiano y buscar la levedad del ser. Insoportable? Aquí los monjes cartujos nos demuestran lo liviana que puede ser el alma humana y lo trascendente de su hecho insólito y extraordinario, elevarse por encima de las crestas de los Alpes para llegar a colonizar los huecos de las almas perdidas. Así lo veo yo, así parece ser. Una muestra sencilla de las distribución de las almas en un mundo caótico y cambiante: silencio, paz interior, paz en el exterior; comunión entre naturaleza humana, naturaleza salvaje, naturaleza divina, todo ello cruzado, no mezclado, armonía armónica de elementos en continuo movimiento, almas girando como derviches entorno a una idea: el silencio. El silencio llena de sonidos el metraje de esta película diferente, original, completa, una película positiva sobre un fondo positivo, una mirada clásica al paso tranquilo y sereno de las horas mientras el alma crece al ritmo cadencioso de las estaciones.
Estos documentales por definición me chiflan por el fondo y por la forma. Es una obra lírica pero tampoco la define por completo, es más que eso, es belleza tranquila y serena y paz y silencio y todo ello junto forman un cóctel sedante, vivificante y puro que infla las venas como velas y en estas horas previas al alba en que escribo esta crónica, administran mi paz interior y acomodan mis sentimientos.

Cine negro y francés; Julien Duvivier y Michel Simon y basada en una obra de George Simenon. Mucho tendría que decepcionar para que los palos no armasen una buena película. La historia, sencilla, hombre oscuro en manos de los hados del destino que le hacen volver a creer en el ser humano. En medio la mezquindad, la incomprensión y el amor. No necesita mucho más para ser una buena película.

Es cierto, Svevo es serio, Emilio es serio, Trieste es muy serio. Muy hermoso, pero muy serio. Riguroso, formal, austrohúngaro, serio, muy serio. Y seguramente, el amor, para ser bueno, ha de tomarse menos en serio, no ser tan riguroso ni tan formal como Emilio. Pobre Emilio, pobre Leopoldo Trieste, siempre meditabundo, siempre apesadumbrado, siempre con la pasión a flor de piel esperando un resquicio para salir a borbotones del alma comprimida...e inflamada. Qué más puedo añadir? Que es fácil escribir y pensar cuando no se está frente a frente a la carnalidad de Cardinale? Pues sí, mejor ni pensarlo, así acaban los hombres por ella, así termina el comunista labriego de la viaccia y tantos otros por culpa de su efecto magnético.
Aparte se encuentra Betsy Blair. Cuándo encontrará paz esa criatura? Desde luego en la ficción que yo he visto, siempre su frente termina perlada por los sinsabores de las emociones tanto tiempo contenidas y en tan poco echadas a volar. Si ya lo dice Emilio, Amalia, nos tomamos la vida demasiado en serio. Amalia, Emilio...fantástico este Mauro bolognini, un registro diferente de las muchas italias, ni tan oscuro como Bellochio ni tan sesudo como Antonioni, siendo él propio, su universo de amores de ida y vuelta, sus personajes atormentados y sus universos pequeñoburgueses. Me ha encantado.