Zombeavers (Castores zombies)

Llegan los castores zombis, serie b/z cachonda para ver con los amigos. Castores/peluches rabiosos, tías buenas, humor negro, cutrez máxima, sangre y vísceras... no se puede pedir más.

Lo cierto es que tarda en arrancar. En casi toda la primera mitad de la película asistimos a las interminables charlas de las tres mujeres sobre chicos y sexo, y acaba aburriendo por mucha carne que enseñen. Luego la cosa se pone interesante y todo se descontrola con las hordas de castores atacando de la forma más exagerada posible, transformaciones en hombre/mujer-castor (hasta un oso-castor... jajaja), amputaciones, mala leche... es bastante entretenida y compensa la insufrible parte inicial.

Todo resulta muy creíble: a uno le devoran un pie y se pasa saltando de un lado para otro toda la película como si nada; entre el grupo de amigos/parejas se descubren infidelidades a punta pala, pero todos pasan del tema y lo aceptan a la primera; en una escena, con casi todos muertos y los castores invadiendo la casa, los dos que quedan se ponen a... ¡echar un polvo! Jajajaja, así se hace, puestos a morir...

La película no falla en ir matando a los personajes más insoportables, y gradualmente le da protagonismo a la única actriz que hace un trabajo aceptable (Cortney Palm). No perderse tampoco las tomas falsas y la estúpida y pegadiza canción de los créditos finales.

Para divertirse en compañía, siempre y cuando gusten este tipo de películas. Ahora bien, si un gilipollas llega a sacrificar a mi perro para poder salvarse, que tenga por seguro que él será el siguiente.

Divertida, fresca (aunque no por la indumentaria de las protagonistas), entretenida, con un toque gore que nunca viene mal, algo gamberra y bastante sorprendente. Sorprendente en el sentido de no esperar nada bueno (castores zombies, la enésima película de animales de serie B) y acabar razonablemente satisfecho.

El primer acierto viene por la no utilización de efectos por ordenador. Estos acaban por dar sensación de irrealidad y desconectan la mente de lo que se está viendo. El maquillaje y los efectos visuales cobran protagonismo como antaño, algo que es de agradecer. El entorno también ayuda, unas casa de madera a la orilla de un lago perdido lejos de la civilización.

Lo que parece un viaje idílico acaba por convertirse en una pesadilla, tema recurrente en el género. Las protagonistas lucen carne y en los diálogos abunda el sexo y un sinfín de tonterías a cada cual mayor. Visto con ojos misericordiosos se puede considerar un intento de hacer poco seria la película, cosa que a priori se podía intuir.

Como referente en el género se podría hacer mención a "Ovejas asesinas" con la que comparte ciertas similitudes aunque sin llegar al nivel de aquella. Sin embargo no tiene desperdicio y sirve perfectamente para amenizar cualquier velada en la que se cuestione el existencialismo.

Para ser su primera película, Jordan Rubin se ha ido a la serie B de cabeza con todo lo que ello conlleva, ya que Zombeavers cumple con todo lo necesario para ser considerada como tal, por eso a los que tienen tablas en ver este tipo de cine no se habrán sorprendido ni para bien ni para mal con lo que ofrece ya que cumple con lo que vende.

Pocas cosas hay que destacar en su lado positivo, en primer lugar ese cierto aire de película de los 80, sus créditos iniciales es de lo mejor que tiene. También tiene a su favor su cortísima duración que hace que no nos arrepintamos del todo de haberla visto y por último en entorno que rodea a la película, parece poca cosa pero para ser la película que es, tener algo a favor es algo poco común.

Por contra podemos relatar infinidad de hechos y situaciones, no se pueden nombrar todas, ya que estaríamos escribiendo más de lo que dura la cinta, pero se puede destacar varias cosas, como por ejemplo que los castores en cuestión parecen peluches despeinados que están conectados a una cinta transportadora, ya que no andan sino que se deslizan por el suelo y parecen marionetas, por lo que no son nada de creíbles. Por otro lado los personajes son el prototipo 10 de este tipo de películas, muy estandarizados, con conversaciones absurdas y sin sentido y con el tema sexual de por medio. Su tramo final es más de risa que de terror ese giro zombi de última hora es de lo más cómico por lo que con ello completa una serie de acontecimientos sin sentido que provocan amnesia al espectador después de verla.

Como conclusión podemos decir que es serie B con todo el peso que ello conlleva y es recomendable únicamente para los amantes del este género y que como es normal, solo verán el poco entretenimiento que ofrece, todo lo demás es humo.

Lo mejor: La sensación de película vieja
Lo peor: 80 de los 87 minutos.

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Me imagino la cara del productor de Armory Films cuando un director debutante le explicara que tenía un proyecto de una película de castores zombies. Y mejor aún tuvo que ser la de Jordan Rubin, el hombre en cuestión, cuando aceptaran su propuesta. Y es que hay que estar muy zumbado para hacer una película así, y además salir más o menos airosos del asunto.

Zombeivers entra de lleno en la serie B y la comedia negra para presentar esta cinta llena de tópicos en la que el típico grupo de jóvenes ávidos de sexo y diversión se enfrentan a un enemigo de más curioso, unos castores asesinos con bastante mala leche.

La cinta no se toma en serio a sí misma en ningún momento, ni pretende del espectador que lo haga. Simplemente promete pasar un buen rato, unas risas entre colegas, chicas en bikini, las tetas de rigor y unos bichos de trapo tan mal hechos como requiere la ocasión.

Una de las cosas que más me ha sorprendido son las quejas sobre los castores, unos muñecos de trapo que parecen sacado de la tienda de los chinos. No entiendo cómo alguien quería que realmente intentaran hacer unos castores zombis que fuesen "reales".

La escena introductoria está bastante bien, y a partir de aquí es cierto que denota una falta de mala leche y una dosis de mayor salvajismo en el acoso y muerte de la carnaza, que hubiera puesto el film a la altura de la brillante Ovejas Asesinas, una de las comedias negras más disfrutonas del género. No es así, y zombeivers tiene un guión muy justito, demasiado para de verdad aspirar a ser algo más que una locura divertida.

A nivel técnico tampoco hay nada objetar. Se ha rodado con cuatro duros y por tanto cuatro duros nos ofrece. Y con eso logra sacar una sonrisa al espectador, que llega hasta los créditos finales y una serie de tomas falsas para acabar de pasar un buen rato.

Evidentemente, no se puede decir que sea una buena película, pero tampoco defrauda; pues otorga lo que ofrece con simpatía y honestidad.

No viene mal de tanto en tanto una ida de olla de tales proporciones.

Rul T.
www.diasdeterror.com

Creo que tenemos que empezar a asumir las cosas, ¿vale?. Y es que si véis una película que se llama "Sharknado", exigirle a eso un guión a lo Shakespeare e interpretaciones espectaculares, es estúpido -por vuestra parte-. Y lo mismo pasa con un film llamado "Zombeavers", que va sobre unos castores que se convierten en zombis cuando un barril con residuos nucleares cae en su presa y los mata -y muta- en muertos vivientes. Asumiendo las cosas, todos podemos vivir mucho más felices y distraidos y si luego el asunto sale mal, pues oye, se puede decir, pero no achaquemos los problemas que van ligados a nuestra predisposición y no a la obra en si misma. Dicho todo esto "Zombeavers" es bastante mala pero no cabía ninguna otra posibilidad, visto su tráiler: una serie B con factura moderadamente por encima de la media que no funciona más allá de momentos muy aislados.

Sin tener ningún momento tan brutal y salvaje como el de la piscina de "Piraña 3D" de Alexandre Aja, la cosa va más o menos en la misma linea: un buen porcentaje del metraje se dedica a presentar a personajes que no nos interesan una mierda -porque son clichés con patas- y cuando la casquería comienza, el tema se pone más interesante. Con sus dos o tres escenas de impacto, algún recurso visual conseguido (con efectos prácticos además, no CGi mal hecha), la idea se agota en 15 minutos pero al menos no molesta porque es un bodrio ameno de ver, que cierra además con algo de mala leche y que nunca, jamás, se toma en serio. Que diréis que es normal con esa premisa, pero creedme que no es tan habitual... hay mucho iluminado que cree que los géneros se retuercen de la forma equivocada. En fin, una película floja con algún momento aislado aceptable. Si no la véis no pasa nada, que además ni siquiera se pone todo lo loca que podría.