Sylvester Stallone, nominado al oscar al mejor guión por "Rocky" y también como mejor actor, dotó al mundo del boxeo de una imagen más positiva de la que, hasta el momento, siempre ha tenido en el cine (El idolo de barro, Cuerpo y alma, La gran esperanza blanca) y en la vida real, ganada a pulso por la conflictividad social de algunos de los más famosos boxeadores. Rocky era un alegato a la superación. Quizás sus secuelas perdieron este mensaje, transformándose en una especie de panfleto (en special la IV, aborrecible donde las haya). Sin embargo, "Rocky Balboa", escrita y dirigida por Sly recoge el guante de la primera y mítica "Rocky", ligada nostálgicamente a ella. Todo son recuerdos y situaciones que se vuelven a repetir, pero con sus amigos de tantos años, echando en falta a los muertos (reales o fílmicos). Y Stallone integra entre estos amigos a los espectadores de su saga, a los que invita a participar con él en su último combate. Es un combate épico donde los haya, siendo el último asalto, como le recuerda Burt Young, el último de su vida y de toda la serie, y es el mejor de todas ellas.

Nostalgia y emoción, las armas que usa Stallone para armar un magnífico broche final de la Saga Rocky. Quizá la mejor de la saga.