He tenido la fortuna (hasta ahora) de no verme inmersa en ninguna guerra, pero creo bien que vivir un conflicto bélico contemporáneo se tiene que parecer mucho a lo que describe “Civil War”. No hay épica, no hay gloria, no hay forma de distinguir los bandos contendientes y ni siquiera se explican motivos o razones; solo hay violencia ciega, despropósito y sinsentido, todo lo cual ha constituido y constituye la esencia misma de la guerra cuando se la despoja de oropeles y relumbrón militar. Si añadimos el regusto por lo macabro y la necesidad patológica de publicar, en streaming a ser posible, la propia intimidad y la ajena hasta extremos malsanos, tenemos en bandeja la guerra 2.0. que nos sirve esta película con tintes apocalípticos y distópicos y cuyo tema real es la forma de entender el periodismo contemporáneo.

Civil War es seca, contundente, rotunda. Y huelgan las explicaciones. Hubo un detonante, un punto de partida, una relación causa- efecto, pero qué más da…nadie se acuerda, a nadie le importa: solo cuenta contar y retransmitir al precio que sea, sin espacio posible para la epopeya o la hazaña bélica en sentido tradicional. Todo se narra a ras de suelo, la violencia es real, sucia y enloquecida y los personajes se ven envueltos en esa dinámica sin mayores cuestionamientos por su parte y sin mayores análisis que los estrictamente necesarios para la supervivencia inmediata. No obstante, si no heroicidad, sí hay destellos de solidaridad y entrega personal que amortiguan por momentos esta patada en el estómago (y aviso a navegantes) que es la película en cuestión…

En definitiva: más que recomendable.

¡Ánimo y al lío…!