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1

Voto de PeliculeroHD:
1
6,7
755
Serie de TV. Animación. Fantástico. Acción. Terror
Serie de TV (2023-). 2 temporadas. 16 episodios. Mientras la revolución arrasa Francia, Richter Belmont lucha para defender el legado de su familia e impedir el ascenso al poder de una vampira despiadada y ambiciosa.
29 de enero de 2025
29 de enero de 2025
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La tan esperada secuela de la aclamada serie de Netflix, tenía todo para ser un festín visual y narrativo digno del linaje Belmont. Con su universo oscuro, vampiros sedientos de sangre y una historia cargada de mitología gótica, el escenario estaba listo para otra obra maestra animada. Sin embargo, lo que recibimos fue una desconcertante oda al contenido woke, un experimento de inclusión forzada y una demolición sistemática de la esencia narrativa que hizo grande a la saga.
La serie no es solo una decepción, es un insulto a la saga. Netflix logró lo impensable, convertir una historia cargada de heroísmo gótico, linajes ancestrales y vampiros despiadados en un sermón moral moderno que ni siquiera logra ser entretenido.
Desde los primeros episodios, queda claro que los productores tomaron una hoja de la agenda de las redes sociales, más preocupados por hacer check en la lista de representaciones sociales que por contar una historia coherente. Los personajes masculinos son sistemáticamente despojados de liderazgo y heroísmo, mientras que las mujeres son elevadas a una perfección casi divinizada, sin matices ni desafíos. Richter Belmont, heredero de un linaje de cazadores de vampiros, parece un adolescente inseguro y superado por sus propias decisiones, mientras que Annette, la verdadera protagonista disfrazada, no solo eclipsa al héroe sino que se convierte en la figura central de la narrativa.
El problema no es la inclusión en sí misma, las historias deben evolucionar, sino el burdo y artificial modo en que se ejecuta. Los personajes no existen de manera orgánica dentro del universo de Castlevania, sino como estandartes de valores modernos transplantados sin sutileza a una ambientación histórica que simplemente no los sostiene. Las decisiones creativas no solo rompen la inmersión, sino que trivializan los arcos narrativos. ¿En qué momento el cazador de vampiros dejó de ser el protagonista de su propia historia?
El diálogo es otro punto débil, plagado de frases contemporáneas que destrozan la atmósfera gótica. Los personajes hablan como si estuvieran en un mitin activista en lugar de enfrentarse a criaturas de la noche. La construcción de mundo, antes rica y detallada, queda relegada a un simple decorado para discursos moralizantes que poco tienen que ver con la mitología clásica de la franquicia.
Lo más irónico es que, Nocturne termina siendo narrativamente regresiva. En lugar de construir personajes femeninos fuertes desde sus propias vulnerabilidades y desafíos, cae en el arquetipo simplista de mujeres perfectas y hombres incompetentes. Esto no empodera a nadie, solo perpetúa una narrativa polarizada que se siente condescendiente.
La animación sigue siendo impresionante, pero incluso el arte no puede rescatar una trama que traiciona a su propio público. Los fanáticos de la saga no querían sermones modernos, querían héroes valientes, vampiros aterradores y una historia atrapante que rindiera homenaje a la riqueza del material original.
Castlevania Nocturne no es una evolución audaz, es un paso en falso doloroso. La serie no solo pierde el alma de la franquicia, sino que también corre el riesgo de alienar tanto a los puristas como al público que busca una narrativa inclusiva, pero bien ejecutada.
¿Quieres diversidad y empoderamiento? Fantástico, pero hazlo bien. No te olvides de contarnos una buena historia.
La serie no es solo una decepción, es un insulto a la saga. Netflix logró lo impensable, convertir una historia cargada de heroísmo gótico, linajes ancestrales y vampiros despiadados en un sermón moral moderno que ni siquiera logra ser entretenido.
Desde los primeros episodios, queda claro que los productores tomaron una hoja de la agenda de las redes sociales, más preocupados por hacer check en la lista de representaciones sociales que por contar una historia coherente. Los personajes masculinos son sistemáticamente despojados de liderazgo y heroísmo, mientras que las mujeres son elevadas a una perfección casi divinizada, sin matices ni desafíos. Richter Belmont, heredero de un linaje de cazadores de vampiros, parece un adolescente inseguro y superado por sus propias decisiones, mientras que Annette, la verdadera protagonista disfrazada, no solo eclipsa al héroe sino que se convierte en la figura central de la narrativa.
El problema no es la inclusión en sí misma, las historias deben evolucionar, sino el burdo y artificial modo en que se ejecuta. Los personajes no existen de manera orgánica dentro del universo de Castlevania, sino como estandartes de valores modernos transplantados sin sutileza a una ambientación histórica que simplemente no los sostiene. Las decisiones creativas no solo rompen la inmersión, sino que trivializan los arcos narrativos. ¿En qué momento el cazador de vampiros dejó de ser el protagonista de su propia historia?
El diálogo es otro punto débil, plagado de frases contemporáneas que destrozan la atmósfera gótica. Los personajes hablan como si estuvieran en un mitin activista en lugar de enfrentarse a criaturas de la noche. La construcción de mundo, antes rica y detallada, queda relegada a un simple decorado para discursos moralizantes que poco tienen que ver con la mitología clásica de la franquicia.
Lo más irónico es que, Nocturne termina siendo narrativamente regresiva. En lugar de construir personajes femeninos fuertes desde sus propias vulnerabilidades y desafíos, cae en el arquetipo simplista de mujeres perfectas y hombres incompetentes. Esto no empodera a nadie, solo perpetúa una narrativa polarizada que se siente condescendiente.
La animación sigue siendo impresionante, pero incluso el arte no puede rescatar una trama que traiciona a su propio público. Los fanáticos de la saga no querían sermones modernos, querían héroes valientes, vampiros aterradores y una historia atrapante que rindiera homenaje a la riqueza del material original.
Castlevania Nocturne no es una evolución audaz, es un paso en falso doloroso. La serie no solo pierde el alma de la franquicia, sino que también corre el riesgo de alienar tanto a los puristas como al público que busca una narrativa inclusiva, pero bien ejecutada.
¿Quieres diversidad y empoderamiento? Fantástico, pero hazlo bien. No te olvides de contarnos una buena historia.